/ jueves 24 de agosto de 2017

Secretos empresariales | La cacería de Lozoya

Por Carolina Cuevas

El 14 de diciembre de 2012, Emilio Lozoya se convirtió en el funcionario que destapó la primera crisis informativa en el gobierno de Enrique Peña Nieto, al negarse a pagar más de 300 millones de dólares a Conproca, un grupo empresarial conformado por la alemana Siemens y la coreana SK Engineering.

El hombre de moda Brasil-México, así como sus cercanos, desconocían en ese momento el laudo emitido el 11 de enero de 2012 por la Corte Internacional de Comercio, mismo que ordenaba pagar 282.1 millones de dólares más gastos financieros e impuestos.

Todos los integrantes del gabinete confiaron en sus argumentos, contribuyeron a ventilar el supuesto acto de corrupción y castigaron mediáticamente a estas empresas que exigían el pago de los trabajos realizados en la reconfiguración de Cadereyta.

Nombres sobran, pero curiosamente muchas personas hablan de un personaje cercano a Los Pinos, se trataba de Andrés Antonius, doctor en Economía, por la Universidad de Harvard, quien entraba y salía de Siemens y de Pemex, con la única misión de contribuir a “solucionar” el gran problema.

Durante un año el mensaje fue el mismo: se negaban a autorizar el pago, mientras que el equipo de prensa de Lozoya Austin en Pemex, afirmaba que no podía permitir un acto de corrupción de este tamaño.

El tiempo puso a cada funcionario y corporativo en su lugar. El 20 de julio de 2015, Pemex tuvo que emitir un comunicado para informar que había llegado a un acuerdo con SK Engineering y Siemens, mientras que, en agosto de 2017, Lozoya es señalado de participar en supuestos actos de corrupción.

El exdirector de Pemex no tiene su destino judicial asegurado, lo único seguro es que la justicia internacional lo tiene en la mira, mientras que las historias del personaje exitoso, hábil y sagaz financiero, quedaron en el papel.

Recordemos que José Antonio González, titular de Pemex, así como su equipo, trabajan en limpiar y corregir los errores que encontraron. Apunte la caída en la producción del petróleo; la pésima inversión en los Astilleros de Galicia; la millonaria adquisición de las plantas chatarra de Fertinal y Agro Nitrogenados; la ridícula compra-venta de acciones de Repsol y la falta de pago a proveedores.

Pero esas historias parecen no importarle a Emilio Lozoya, quien todavía cree que es el cazador de historias inverosímiles cuando sale a tratar de “limpiar” su nombre y reputación, sin embargo, hoy todos lo ven como una presa política-empresarial.

Tal vez Emilio y su abogado Javier Coello no se dan cuenta de los señuelos que recogen en cada declaración. Lo único claro es que la justicia mexicana está rebasada y mucho de lo que saldrá a la luz pública vendrá nuevamente de Brasil y Estados Unidos, en donde prometen saciar el hambre de los cazadores, quienes disfrutan ver cómo acorralan a quien consideraban prospecto para suceder al presidente Peña Nieto.

EMA por clínicos

La Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), de Jesús Cabrera, pone en marcha hoy en la CdMx, el Segundo Congreso Internacional para la Acreditación del Sector Salud, mismo que tiene como objetivo dar a conocer los beneficios de la acreditación en este sector, pues más del 80% de las decisiones médicas se toman con base en resultados de laboratorios clínicos.

En este foro participarán seis países líderes en materia de normalización y acreditación del sector, así como expertos, autoridades y empresarios, de los cuales destacará la participación de Julio Sánchez y Tépoz, Titular de Cofepris, y de Rocío Ruiz Chávez, subsecretaria de Competitividad y Normatividad.

Por Carolina Cuevas

El 14 de diciembre de 2012, Emilio Lozoya se convirtió en el funcionario que destapó la primera crisis informativa en el gobierno de Enrique Peña Nieto, al negarse a pagar más de 300 millones de dólares a Conproca, un grupo empresarial conformado por la alemana Siemens y la coreana SK Engineering.

El hombre de moda Brasil-México, así como sus cercanos, desconocían en ese momento el laudo emitido el 11 de enero de 2012 por la Corte Internacional de Comercio, mismo que ordenaba pagar 282.1 millones de dólares más gastos financieros e impuestos.

Todos los integrantes del gabinete confiaron en sus argumentos, contribuyeron a ventilar el supuesto acto de corrupción y castigaron mediáticamente a estas empresas que exigían el pago de los trabajos realizados en la reconfiguración de Cadereyta.

Nombres sobran, pero curiosamente muchas personas hablan de un personaje cercano a Los Pinos, se trataba de Andrés Antonius, doctor en Economía, por la Universidad de Harvard, quien entraba y salía de Siemens y de Pemex, con la única misión de contribuir a “solucionar” el gran problema.

Durante un año el mensaje fue el mismo: se negaban a autorizar el pago, mientras que el equipo de prensa de Lozoya Austin en Pemex, afirmaba que no podía permitir un acto de corrupción de este tamaño.

El tiempo puso a cada funcionario y corporativo en su lugar. El 20 de julio de 2015, Pemex tuvo que emitir un comunicado para informar que había llegado a un acuerdo con SK Engineering y Siemens, mientras que, en agosto de 2017, Lozoya es señalado de participar en supuestos actos de corrupción.

El exdirector de Pemex no tiene su destino judicial asegurado, lo único seguro es que la justicia internacional lo tiene en la mira, mientras que las historias del personaje exitoso, hábil y sagaz financiero, quedaron en el papel.

Recordemos que José Antonio González, titular de Pemex, así como su equipo, trabajan en limpiar y corregir los errores que encontraron. Apunte la caída en la producción del petróleo; la pésima inversión en los Astilleros de Galicia; la millonaria adquisición de las plantas chatarra de Fertinal y Agro Nitrogenados; la ridícula compra-venta de acciones de Repsol y la falta de pago a proveedores.

Pero esas historias parecen no importarle a Emilio Lozoya, quien todavía cree que es el cazador de historias inverosímiles cuando sale a tratar de “limpiar” su nombre y reputación, sin embargo, hoy todos lo ven como una presa política-empresarial.

Tal vez Emilio y su abogado Javier Coello no se dan cuenta de los señuelos que recogen en cada declaración. Lo único claro es que la justicia mexicana está rebasada y mucho de lo que saldrá a la luz pública vendrá nuevamente de Brasil y Estados Unidos, en donde prometen saciar el hambre de los cazadores, quienes disfrutan ver cómo acorralan a quien consideraban prospecto para suceder al presidente Peña Nieto.

EMA por clínicos

La Entidad Mexicana de Acreditación (EMA), de Jesús Cabrera, pone en marcha hoy en la CdMx, el Segundo Congreso Internacional para la Acreditación del Sector Salud, mismo que tiene como objetivo dar a conocer los beneficios de la acreditación en este sector, pues más del 80% de las decisiones médicas se toman con base en resultados de laboratorios clínicos.

En este foro participarán seis países líderes en materia de normalización y acreditación del sector, así como expertos, autoridades y empresarios, de los cuales destacará la participación de Julio Sánchez y Tépoz, Titular de Cofepris, y de Rocío Ruiz Chávez, subsecretaria de Competitividad y Normatividad.

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