El secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, anunció la semana pasada un plan para rescatar al Estado de México de las “garras” de la “familia michoacana” y de la delincuencia organizada y desorganizada.
Después de la matanza en el municipio de Texcatitlán, en donde la susodicha “familia” le dio la bienvenida a la gobernadora, quien de estrategias para combatir la violencia que viven esos y otros municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Texcoco, Cuautitlán, Naucalpan y otros, el presidente de la República le pidió al general secretario de la Defensa Nacional que se encargara de este delicado asunto; si esperan que la inepta Delfina Gómez lo resuelva, se la va a pasar seis años “mareando” a sus gobernados, como lo hicieron Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila, Enrique Peña Nieto, Arturo Montiel, y otros impresentables mandatarios de ese estado, con el cuento de que iban a erradicar ese flagelo; pasaron los años, los sexenio y la delincuencia fue extendiendo sus territorios en donde operaban ante la impotencia no sólo de los habitantes sino de comerciantes e industriales a quienes les cobraban hasta por respirar.
De los cuatro personajes mencionados es difícil calificar quien el más inepto en los asuntos de seguridad del Estado; unos dicen que Eruviel, otros que Alfredo; Enrique estaba más preocupado por brincar del Estado de México a la Presidencia de la República que cuando le hablaban del impresionante avance de flagelo, se refugiaba en los brazos de ya saben quién. Sin embargo, el que reconoció que la inseguridad en su estado era “el talón de Aquiles”, fue Eruviel, quien envalentonado porque el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, le mandó al Ejército, a la Marina, a la entonces Policía Federal, tuvo la ocurrencia de declarar que la violencia en la entidad era “atípica y temporal”, y que con la ayuda de las fuerzas armadas le iban a ganar la batalla, lo que no consiguió en seis años.
Alfredito Del Mazo recibió de Eruviel la herencia de la delincuencia, pero como estaba más preocupado por mantenerse en el cargo, y quedar bien con el presidente Andrés Manuel López Obrador, no quiso “sacudir el avispero” y le heredó el flagelo a Delfina Gómez, quien siempre ha creído que el mejor plan para enfrentar a los criminales es el que no existe. “Para erradicar la inseguridad es necesario reforzar el tejido social a través del deporte, la cultura y la educación…”, y como eso va a llevar muuuucho tiempo, por lo pronto les envió a los habitantes de Texcatitlán algunas despensas y a los deudos de los asesinados les prometió apoyos económicos.
Viendo la ineptitud de la señora, el secretario de la Defensa decidió anunciar su plan de combate, que contempla la creación de “un mando especial” integrado por 500 y hasta mil efectivos, y la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional en la zona sur de la entidad; participarán el Ejercito, la Marina, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y otros organismos.
¡Los mexiquenses le ruegan a la Virgen de Guadalupe que el nuevo plan funcione!