/ sábado 17 de marzo de 2018

Alto Poder

* Es pobre la oferta política en las campañas electorales

Se intensificó la lluvia de lodo y de propuestas falaces, con la aparición de falsos profetas recién nacidos en un país cubierto por el desconcierto, la desconfianza y la creciente corrupción.

Ya están en la arena política para la elección presidencial tres candidatos de partido y tres independientes, formados en esos mismos partidos.

Palabras más, palabras menos, la oferta de gobierno para el mexicano es pobre y repetitiva de lo que se ha presentado al pueblo desde hace más de 60 años. No ha habido cambio en la disputa presidencial, ganada por un partido o por otro que tienen el mismo hilo conductor de la corrupción con impunidad.

México se ha convertido en el país del“laissez faire, laissez passer”, (dejar hacer, dejar pasar), donde cabe lo mismo la virgen de Guadalupe que Lucifer, donde se confunden la izquierda con la derecha, que tienen como común denominador la obtención del dinero fácil que se pueda robar de las arcas de la nación.

Por más que gasten dinero en publicidad el Instituto Nacional Electoral (caro e inepto), no puede sacar del alma popular la indiferencia, en unos casos, y el repudio, en la mayoría.

En todo tipo de elecciones, desde alcaldes hasta Presidente de la República, en el país ha habido trampas, sin importar el personaje que compita por un cargo público.

Recientemente, Diego Fernández de Cevallos confirmó que el gobierno de Vicente Fox confabuló para descarrilar la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en 2006. Ese fraude, le abrió las puertas de Los Pinos a Felipe Calderón, que por siempre será un expresidente espurio.

Tuvieron que pasar 12 años para confirmar lo que ya se sabía. Calderón trató de encubrir el robo de la Presidencia, sacando al Ejército a las calles, con el pretexto de combatir la delincuencia, que durante su sexenio dejó 120 mil muertos por todo el territorio mexicano.

Lo que distingue al proceso electoral en curso, es que a los candidatos presidenciales de los partidos, se les han revelado actos de corrupción que pueden generar el interés del pueblo para castigar con su voto a quienes han defraudado a la nación.

ANAYA Y SU SOSPECHOSO IMPERIO

El primero en recibir los ataques fue Ricardo Anaya. En septiembre del año pasado lo acusaron de haber comprado un predio, que le vendió el gobernador de Querétaro, el panista Francisco Garrido Patrón, a un precio irrisorio, donde construyó y vendió a un elevado costo. Toda la maniobra la hizo para erigir la nueva sede del PAN en el estado.

A Anaya también se le descubrió el enriquecimiento inexplicable de su familia política, encabezada por sus suegros Donino Ángel Martínez Díez y Maribel Natalia Franco.

Anaya amplió su impero inmobiliario en 14 años. Pasó de tener de cuatro a 17 empresas; de seis fincas a 33 inmuebles; y un capital de 21.9 millones a 308 millones de pesos. Un crecimiento desmesurado de mil 304 por ciento.

También salió a la luz pública, que en más de 50 notariales del Registro Público dela Propiedad y del Comercio en Querétaro, Anaya, su esposa, Carolina Martínez; sus suegros y sus cuñados, José Ángel y Maribel, forman parte del paquete de propiedades inmobiliarias familiar.

La familia Martínez Franco amasó una fortuna mayor justo cuando Anaya fungió como secretario particular y coordinador de Desarrollo Social del entonces gobernador Garrido Patrón, de 2003 a 2009. Su suegro pasó de administrar restaurantes a la industria inmobiliaria, donde adquirió cinco empresas y construyó 16 nuevas propiedades.

Este año, la PGR confirmó que investiga el presunto lavado de dinero que Anaya habría realizado al través de su prestanombres, Manuel Barreiro Castañeda, que le dejó una ganancia de 542 millones de pesos.

Para ocultar esos ingresos, Anaya, Barreiro y Juan Pablo Olea Villanueva (otro prestanombres) le dieron la vuelta al mundo en paraísos fiscales que han complicado a la PGR seguir la pista.

MEADE Y LOS RECURSOS CONTRA LA POBREZA

El candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, que inició su campaña con la bandera de la honestidad a toda prueba, fue inusitadamente acusado por la Auditoria Superior de la Federación de un posible mal manejo de 540 millones de pesos, cuando fue secretario de Desarrollo Social.

Los presuntos desvíos, según la ASF, habrían ocurrido al través de convenios que firmaron con universidades por servicios que terminaban subcontratando con otras empresas para eludir controles de licitación y transparencia.

En este caso de la Sedesol, también está involucrada Rosario Robles.

Lo que los auditores descubrieron fue que el dinero, destinado para identificar a personas en condiciones de pobreza extrema alimentaria, simplemente desapareció.

Ante la PGR están abiertas 19 carpetas de investigación por fraudes y desvíos bajo el esquema conocido como “estafa maestra”, que permite a las secretarías contratar servicios con otras paraestatales sin licitación.

Conforme avance la contienda electoral, seguramente aparecerán más acusaciones de unos contra otros. Pero todas quedarán en el olvido cuando concluya la jornada.

Contra Andrés Manuel López Obrador la pregunta es ¿de qué ha vivido los últimos 12 años en que se ha encontrado abiertamente en campaña por la Presidencia de la República?

Además, se le cuestiona el haber ocultado, al través de un fideicomiso, los recursos para construir los segundos pisos de la Ciudad de México. No se saben de dónde los sacó, pero la gigantesca obra está presente, permanentemente.

Como a AMLO le han rascado por todas partes sin encontrarle situaciones de fraude o desvío de fondos, las investigaciones se centran en el empresario Alfonso Romo, coordinador del proyecto de nación del candidato de Morena.

La periodista estadounidense Mary Anastasia O’Grady, en un artículo publicado en The Wall Street Journal, bajo el título “Cómo hacerse rico rápido en México”, destacó que en política la marca registrada del candidato AMLO es el corporativismo de amigos.

Se insinúa, sin esclarecerlo, que Alfonso Romo, por medio de su empresa Seminis, es la proveedora de recursos para que el tabasqueño viva y costee la campaña presidencial de Morena por la Presidencia.

El PRI presentó una denuncia ante las autoridades electorales, para que investigue el origen y destino de los recursos de AMLO porque suponen que está en el crimen organizado. Esta acusación más parece una calumnia, que un hecho verdadero.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com

* Es pobre la oferta política en las campañas electorales

Se intensificó la lluvia de lodo y de propuestas falaces, con la aparición de falsos profetas recién nacidos en un país cubierto por el desconcierto, la desconfianza y la creciente corrupción.

Ya están en la arena política para la elección presidencial tres candidatos de partido y tres independientes, formados en esos mismos partidos.

Palabras más, palabras menos, la oferta de gobierno para el mexicano es pobre y repetitiva de lo que se ha presentado al pueblo desde hace más de 60 años. No ha habido cambio en la disputa presidencial, ganada por un partido o por otro que tienen el mismo hilo conductor de la corrupción con impunidad.

México se ha convertido en el país del“laissez faire, laissez passer”, (dejar hacer, dejar pasar), donde cabe lo mismo la virgen de Guadalupe que Lucifer, donde se confunden la izquierda con la derecha, que tienen como común denominador la obtención del dinero fácil que se pueda robar de las arcas de la nación.

Por más que gasten dinero en publicidad el Instituto Nacional Electoral (caro e inepto), no puede sacar del alma popular la indiferencia, en unos casos, y el repudio, en la mayoría.

En todo tipo de elecciones, desde alcaldes hasta Presidente de la República, en el país ha habido trampas, sin importar el personaje que compita por un cargo público.

Recientemente, Diego Fernández de Cevallos confirmó que el gobierno de Vicente Fox confabuló para descarrilar la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en 2006. Ese fraude, le abrió las puertas de Los Pinos a Felipe Calderón, que por siempre será un expresidente espurio.

Tuvieron que pasar 12 años para confirmar lo que ya se sabía. Calderón trató de encubrir el robo de la Presidencia, sacando al Ejército a las calles, con el pretexto de combatir la delincuencia, que durante su sexenio dejó 120 mil muertos por todo el territorio mexicano.

Lo que distingue al proceso electoral en curso, es que a los candidatos presidenciales de los partidos, se les han revelado actos de corrupción que pueden generar el interés del pueblo para castigar con su voto a quienes han defraudado a la nación.

ANAYA Y SU SOSPECHOSO IMPERIO

El primero en recibir los ataques fue Ricardo Anaya. En septiembre del año pasado lo acusaron de haber comprado un predio, que le vendió el gobernador de Querétaro, el panista Francisco Garrido Patrón, a un precio irrisorio, donde construyó y vendió a un elevado costo. Toda la maniobra la hizo para erigir la nueva sede del PAN en el estado.

A Anaya también se le descubrió el enriquecimiento inexplicable de su familia política, encabezada por sus suegros Donino Ángel Martínez Díez y Maribel Natalia Franco.

Anaya amplió su impero inmobiliario en 14 años. Pasó de tener de cuatro a 17 empresas; de seis fincas a 33 inmuebles; y un capital de 21.9 millones a 308 millones de pesos. Un crecimiento desmesurado de mil 304 por ciento.

También salió a la luz pública, que en más de 50 notariales del Registro Público dela Propiedad y del Comercio en Querétaro, Anaya, su esposa, Carolina Martínez; sus suegros y sus cuñados, José Ángel y Maribel, forman parte del paquete de propiedades inmobiliarias familiar.

La familia Martínez Franco amasó una fortuna mayor justo cuando Anaya fungió como secretario particular y coordinador de Desarrollo Social del entonces gobernador Garrido Patrón, de 2003 a 2009. Su suegro pasó de administrar restaurantes a la industria inmobiliaria, donde adquirió cinco empresas y construyó 16 nuevas propiedades.

Este año, la PGR confirmó que investiga el presunto lavado de dinero que Anaya habría realizado al través de su prestanombres, Manuel Barreiro Castañeda, que le dejó una ganancia de 542 millones de pesos.

Para ocultar esos ingresos, Anaya, Barreiro y Juan Pablo Olea Villanueva (otro prestanombres) le dieron la vuelta al mundo en paraísos fiscales que han complicado a la PGR seguir la pista.

MEADE Y LOS RECURSOS CONTRA LA POBREZA

El candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, que inició su campaña con la bandera de la honestidad a toda prueba, fue inusitadamente acusado por la Auditoria Superior de la Federación de un posible mal manejo de 540 millones de pesos, cuando fue secretario de Desarrollo Social.

Los presuntos desvíos, según la ASF, habrían ocurrido al través de convenios que firmaron con universidades por servicios que terminaban subcontratando con otras empresas para eludir controles de licitación y transparencia.

En este caso de la Sedesol, también está involucrada Rosario Robles.

Lo que los auditores descubrieron fue que el dinero, destinado para identificar a personas en condiciones de pobreza extrema alimentaria, simplemente desapareció.

Ante la PGR están abiertas 19 carpetas de investigación por fraudes y desvíos bajo el esquema conocido como “estafa maestra”, que permite a las secretarías contratar servicios con otras paraestatales sin licitación.

Conforme avance la contienda electoral, seguramente aparecerán más acusaciones de unos contra otros. Pero todas quedarán en el olvido cuando concluya la jornada.

Contra Andrés Manuel López Obrador la pregunta es ¿de qué ha vivido los últimos 12 años en que se ha encontrado abiertamente en campaña por la Presidencia de la República?

Además, se le cuestiona el haber ocultado, al través de un fideicomiso, los recursos para construir los segundos pisos de la Ciudad de México. No se saben de dónde los sacó, pero la gigantesca obra está presente, permanentemente.

Como a AMLO le han rascado por todas partes sin encontrarle situaciones de fraude o desvío de fondos, las investigaciones se centran en el empresario Alfonso Romo, coordinador del proyecto de nación del candidato de Morena.

La periodista estadounidense Mary Anastasia O’Grady, en un artículo publicado en The Wall Street Journal, bajo el título “Cómo hacerse rico rápido en México”, destacó que en política la marca registrada del candidato AMLO es el corporativismo de amigos.

Se insinúa, sin esclarecerlo, que Alfonso Romo, por medio de su empresa Seminis, es la proveedora de recursos para que el tabasqueño viva y costee la campaña presidencial de Morena por la Presidencia.

El PRI presentó una denuncia ante las autoridades electorales, para que investigue el origen y destino de los recursos de AMLO porque suponen que está en el crimen organizado. Esta acusación más parece una calumnia, que un hecho verdadero.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com