/ martes 5 de febrero de 2019

Casos drásticos de institutos electorales convertidos en feudo

No funcionó la reforma constitucional de 2014 por la que, entre otras cosas, se pretendió “independizar” a los institutos electorales locales del poder político en las entidades.

En aquel entonces, se les cambió la denominación para llamarlos genéricamente: Organismos Públicos Locales (OPLES), y se modificó el proceso de designación de los consejeros electorales que los integrarían, para que, después del desahogo de varias fases, el Consejo General del INE los nombrara.

Eso fue el paraíso para un par de consejeros del Instituto Nacional Electoral que durante los años que han transcurrido desde aquel momento, se han apropiado de la Comisión de Vinculación con OPLES, para, desde ahí mayormente, designar consejeros a modo en los estados, o en pago/cobro de favores políticos.

El diseño del proceso tuvo varios problemas de génesis: primero, como la designación implicaba la emisión de una convocatoria pública con sucesivas evaluaciones, de conocimientos y curricular, al final, ésto conllevó a que quienes habían laborado previamente en los órganos electorales tuvieran ventaja sobre quienes podrían ser buenos perfiles, pero sin experiencia electoral.

¿Quiénes habían laborado previamente en los órganos electorales? Justamente las personas que -en la mayoría de los casos- habían servido al régimen en los estados y que era lo que la reforma pretendía evitar.

Después, quienes pasaban los filtros, llegaban a la etapa final del INE, donde la Comisión de Vinculación con OPLES (integrada por 4 consejeros electorales), era quien conformaba la lista final que aprobaba el Consejo General del propio INE. De esos 4 consejeros mencionados, sólo 2 han permanecido integrando la comisión casi todo el tiempo, y sólo esos 2 han operado y decidido preponderantemente sobre la integración y funcionamiento de los OPLES, como si se tratase de un feudo.

El resultado fue que en muchos casos los institutos electorales locales servían a los intereses de sus designadores directamente -los 2 consejeros del INE mencionados- o a quienes les habían pedido el favor político a éstos últimos.

¿Cuáles fueron los casos drásticos? En muchas ocasiones se demostró que los consejeros electorales eran imparciales, violentaban la ley y, por lo tanto, fueron removidos; así pasó en Veracruz, Chiapas, Colima, etcétera, solo por mencionar algunos; y lo drástico radicó en que las causas para remover a los consejeros, casi en todos los casos, se derivó de sus acciones que vulneraron el voto popular en las elecciones que ellos tenían la obligación de vigilar.

¿Qué debemos hacer? Tenemos que modificar ese sistema eliminando los OPLES para que sean las juntas locales del INE en los estados quienes organicen las elecciones, claro, con un esquema diferente de integración para que no sean secuestradas y se conviertan otra vez en un feudo. En eso estamos.

@Sergeluna_S

Diputado Federal de Morena

No funcionó la reforma constitucional de 2014 por la que, entre otras cosas, se pretendió “independizar” a los institutos electorales locales del poder político en las entidades.

En aquel entonces, se les cambió la denominación para llamarlos genéricamente: Organismos Públicos Locales (OPLES), y se modificó el proceso de designación de los consejeros electorales que los integrarían, para que, después del desahogo de varias fases, el Consejo General del INE los nombrara.

Eso fue el paraíso para un par de consejeros del Instituto Nacional Electoral que durante los años que han transcurrido desde aquel momento, se han apropiado de la Comisión de Vinculación con OPLES, para, desde ahí mayormente, designar consejeros a modo en los estados, o en pago/cobro de favores políticos.

El diseño del proceso tuvo varios problemas de génesis: primero, como la designación implicaba la emisión de una convocatoria pública con sucesivas evaluaciones, de conocimientos y curricular, al final, ésto conllevó a que quienes habían laborado previamente en los órganos electorales tuvieran ventaja sobre quienes podrían ser buenos perfiles, pero sin experiencia electoral.

¿Quiénes habían laborado previamente en los órganos electorales? Justamente las personas que -en la mayoría de los casos- habían servido al régimen en los estados y que era lo que la reforma pretendía evitar.

Después, quienes pasaban los filtros, llegaban a la etapa final del INE, donde la Comisión de Vinculación con OPLES (integrada por 4 consejeros electorales), era quien conformaba la lista final que aprobaba el Consejo General del propio INE. De esos 4 consejeros mencionados, sólo 2 han permanecido integrando la comisión casi todo el tiempo, y sólo esos 2 han operado y decidido preponderantemente sobre la integración y funcionamiento de los OPLES, como si se tratase de un feudo.

El resultado fue que en muchos casos los institutos electorales locales servían a los intereses de sus designadores directamente -los 2 consejeros del INE mencionados- o a quienes les habían pedido el favor político a éstos últimos.

¿Cuáles fueron los casos drásticos? En muchas ocasiones se demostró que los consejeros electorales eran imparciales, violentaban la ley y, por lo tanto, fueron removidos; así pasó en Veracruz, Chiapas, Colima, etcétera, solo por mencionar algunos; y lo drástico radicó en que las causas para remover a los consejeros, casi en todos los casos, se derivó de sus acciones que vulneraron el voto popular en las elecciones que ellos tenían la obligación de vigilar.

¿Qué debemos hacer? Tenemos que modificar ese sistema eliminando los OPLES para que sean las juntas locales del INE en los estados quienes organicen las elecciones, claro, con un esquema diferente de integración para que no sean secuestradas y se conviertan otra vez en un feudo. En eso estamos.

@Sergeluna_S

Diputado Federal de Morena