/ viernes 2 de agosto de 2019

CIPMEX | El arma de la tecnología

Por: Sofía Quintanilla

El triunfo de un candidato como Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha sido un escenario que ha revolucionado el panorama internacional. Un candidato que se autoproclamo como outsider y quien dentro de su discurso de campaña manifestó un ímpetu por recuperar la ‘grandeza’ de su país (en gran medida a través del refuerzo de la seguridad). Sin embargo, Trump, a menudo, pone en jaque la seguridad de su país. Por ejemplo, logró darle cierta ventaja a su campaña a través de intervenciones y ciberataques de agentes extranjeros (Cambridge Analytica-Facebook).

En los debates actuales, la seguridad (nacional e internacional) ha cobrado una mayor relevancia. Debido a la revolución digital y tecnológica que atravesamos, los caminos para atentar contra la seguridad de un país se han complejizado. Difusión a través de plataformas sin regulación—como el caso de la conocida página 4Chan en donde el terrorista que abrió fuego en una discoteca en Orlando, Florida detalló su plan de acción horas antes de perpetrarlo—así como también el fácil acceso a armas, preparación y adoctrinamiento vía deep web. Hoy en día, los jóvenes que se unen a las filas del Daesh (Estado Islámico) no necesitan asistir físicamente a un campamento, sino que desde sus monitores aprenden a armar una bomba. La tecnología no solo ha reducido fronteras o mejorado la comunicación, también a cambiado las reglas del juego en materia de seguridad.

Los mecanismos existentes para atentar contra la seguridad son multidisciplinarios y multidinámicos. Es importante analizar la forma en la que el Internet se ha convertido en un cuchillo de doble filo que no hemos sabido manejar; se han abierto infinitos canales de comunicación, permitiendo que se cometan ciberataques, ataques terroristas y/o violaciones a los derechos humanos. El ciberespacio se ha transformado en una oportunidad para que criminales, ladrones, y/o terroristas se beneficien de las debilidades de la web para, así, apaciguar la sed de sus propios intereses.

Los factores que forman parte del panorama de la seguridad internacional han cambiado: vivimos una revolución tecnológica militar en donde los actores no son los mismos puesto que ya existen actores violentos no-estatales, el campo de batalla se ha desplazado hacia terrenos más civiles con el propósito de infligir miedo y odio en la población, y la aparición de armas nucleares y ciberataques afecta en gran medida el resultado de las guerras. Por ello, es vital comprender el impacto de la era digital en la seguridad para que en un futuro podamos evitar que continúen sucediendo amenazas que atentan contra los ciudadanos del mundo.

@sofquintanilla

Por: Sofía Quintanilla

El triunfo de un candidato como Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha sido un escenario que ha revolucionado el panorama internacional. Un candidato que se autoproclamo como outsider y quien dentro de su discurso de campaña manifestó un ímpetu por recuperar la ‘grandeza’ de su país (en gran medida a través del refuerzo de la seguridad). Sin embargo, Trump, a menudo, pone en jaque la seguridad de su país. Por ejemplo, logró darle cierta ventaja a su campaña a través de intervenciones y ciberataques de agentes extranjeros (Cambridge Analytica-Facebook).

En los debates actuales, la seguridad (nacional e internacional) ha cobrado una mayor relevancia. Debido a la revolución digital y tecnológica que atravesamos, los caminos para atentar contra la seguridad de un país se han complejizado. Difusión a través de plataformas sin regulación—como el caso de la conocida página 4Chan en donde el terrorista que abrió fuego en una discoteca en Orlando, Florida detalló su plan de acción horas antes de perpetrarlo—así como también el fácil acceso a armas, preparación y adoctrinamiento vía deep web. Hoy en día, los jóvenes que se unen a las filas del Daesh (Estado Islámico) no necesitan asistir físicamente a un campamento, sino que desde sus monitores aprenden a armar una bomba. La tecnología no solo ha reducido fronteras o mejorado la comunicación, también a cambiado las reglas del juego en materia de seguridad.

Los mecanismos existentes para atentar contra la seguridad son multidisciplinarios y multidinámicos. Es importante analizar la forma en la que el Internet se ha convertido en un cuchillo de doble filo que no hemos sabido manejar; se han abierto infinitos canales de comunicación, permitiendo que se cometan ciberataques, ataques terroristas y/o violaciones a los derechos humanos. El ciberespacio se ha transformado en una oportunidad para que criminales, ladrones, y/o terroristas se beneficien de las debilidades de la web para, así, apaciguar la sed de sus propios intereses.

Los factores que forman parte del panorama de la seguridad internacional han cambiado: vivimos una revolución tecnológica militar en donde los actores no son los mismos puesto que ya existen actores violentos no-estatales, el campo de batalla se ha desplazado hacia terrenos más civiles con el propósito de infligir miedo y odio en la población, y la aparición de armas nucleares y ciberataques afecta en gran medida el resultado de las guerras. Por ello, es vital comprender el impacto de la era digital en la seguridad para que en un futuro podamos evitar que continúen sucediendo amenazas que atentan contra los ciudadanos del mundo.

@sofquintanilla