/ sábado 4 de septiembre de 2021

Cuchillito de palo | Caen las máscaras

La represión que hemos visto los últimos días, revela el espíritu autoritario de la 4T y de un gobierno al que le salen sobrando los Derechos Humanos. Ni pío dijo el tlatoani en su Tercer Informe, sobre los graves problemas del país y, por el contrario, nos pintó una tierra de ensueño.

Los Informes son lo mismo desde que tengo uso de razón. Con más o menos cifras, el Ejecutivo Federal en turno adorna lo que suele ser su desgobierno.

La gente, harta de demagogia, procura ignorar la cacallaqueada fecha y, para ventura, pasaron los tiempos en los que era casi obligatorio escuchar tanta necedad. Lo que se supone que debería ser la jornada de rendición de cuentas, resulta en un “alábate burro, que no hay quien te alabe”, intolerable.

De aquí que no es de extrañar que AMLO, siguiendo la ancestral tradición, se enzarzara en una serie de paparruchadas, ajenas por completo a la deplorable realidad. Para él se acabó con la pandemia y la tercera ola, que sigue dejando un número espeluznante de muertos, está “domada”.

Por encimita y enfatizando en que se había suspendido al tipejo, tocó el tema de la golpiza que, el energúmeno agente de migración, le propinó a un infeliz haitiano. Las imágenes trascendieron fronteras y provocaron una enorme indignación. Los organismos internacionales defensores de Derechos Humanos, condenaron los hechos, mientras aquí la destrozada CNDH y la ombudsperson, la patética señora Piedra, se quedaron mudas.

El tabasqueño, en su tozudez por acabar con las instituciones, nombró a una mujer incapaz, ignorante del significado del concepto objeto de la Comisión y empeñada en liquidar la incipiente cultura de Derechos Humanos, que tanto esfuerzo costó.

Tras la brutal agresión al migrante, el ataque a los alcaldes de oposición, por parte de los “granaderos no granaderos” capitalinos, reforzó la idea de que, la 4T deja la máscara y actúa con la conocida rijosidad.

Fue muy serio el cinismo atroz de la jefa de gobierno de la CDMX. Minimizó e incluso puso en duda el atentado contra Lía Limón, Mauricio Tabe y el resto de quienes intentaban entrar al Congreso capitalino. Lo mismo hizo su secretario de gobierno, Martí Batres, reconocido porro de porros, politiquillo marrullero, capaz de “regalar” leche Bety, que contenía incluso, heces fecales, para “ganar adeptos”.

Intentan revertir el descalabro electoral bloqueando a los ganadores. Emiten leyes –antes de que lleguen los nuevos legisladores y pierdan la mayoría-, para limitar la esfera de actividad de los referidos alcaldes.

La Sheinbaum, apenas los recibió, “de uno por uno”, negándose a escuchar las propuestas conjuntas que tenían. De que va a hacer lo imposible por ponerles piedras en el camino, ni duda cabe.

Para recuperar a la perdida clase media, moviliza a una multitud de “servidores de la nación” –con el nombre que se les antoje darles-, legiones de achichincles inútiles, que suelen estar mano sobre mano. ¿Y quién paga esa nómina? Nuestros impuestos.

El despilfarro y mal uso del presupuesto es notable, cuando podía invertirse en la infraestructura, en la salud, en la educación. Tiran el dinero haciendo que estos personajillos vayan casa por casa, pregonando los “programas” de la “señora Chenbam”. En la mayoría de los domicilios les dan con la puerta en las narices.

Un Informe de pacotilla, en tanto la problemática se agrava y a los Derechos Humanos se les entierra, a cambio de la represión.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

La represión que hemos visto los últimos días, revela el espíritu autoritario de la 4T y de un gobierno al que le salen sobrando los Derechos Humanos. Ni pío dijo el tlatoani en su Tercer Informe, sobre los graves problemas del país y, por el contrario, nos pintó una tierra de ensueño.

Los Informes son lo mismo desde que tengo uso de razón. Con más o menos cifras, el Ejecutivo Federal en turno adorna lo que suele ser su desgobierno.

La gente, harta de demagogia, procura ignorar la cacallaqueada fecha y, para ventura, pasaron los tiempos en los que era casi obligatorio escuchar tanta necedad. Lo que se supone que debería ser la jornada de rendición de cuentas, resulta en un “alábate burro, que no hay quien te alabe”, intolerable.

De aquí que no es de extrañar que AMLO, siguiendo la ancestral tradición, se enzarzara en una serie de paparruchadas, ajenas por completo a la deplorable realidad. Para él se acabó con la pandemia y la tercera ola, que sigue dejando un número espeluznante de muertos, está “domada”.

Por encimita y enfatizando en que se había suspendido al tipejo, tocó el tema de la golpiza que, el energúmeno agente de migración, le propinó a un infeliz haitiano. Las imágenes trascendieron fronteras y provocaron una enorme indignación. Los organismos internacionales defensores de Derechos Humanos, condenaron los hechos, mientras aquí la destrozada CNDH y la ombudsperson, la patética señora Piedra, se quedaron mudas.

El tabasqueño, en su tozudez por acabar con las instituciones, nombró a una mujer incapaz, ignorante del significado del concepto objeto de la Comisión y empeñada en liquidar la incipiente cultura de Derechos Humanos, que tanto esfuerzo costó.

Tras la brutal agresión al migrante, el ataque a los alcaldes de oposición, por parte de los “granaderos no granaderos” capitalinos, reforzó la idea de que, la 4T deja la máscara y actúa con la conocida rijosidad.

Fue muy serio el cinismo atroz de la jefa de gobierno de la CDMX. Minimizó e incluso puso en duda el atentado contra Lía Limón, Mauricio Tabe y el resto de quienes intentaban entrar al Congreso capitalino. Lo mismo hizo su secretario de gobierno, Martí Batres, reconocido porro de porros, politiquillo marrullero, capaz de “regalar” leche Bety, que contenía incluso, heces fecales, para “ganar adeptos”.

Intentan revertir el descalabro electoral bloqueando a los ganadores. Emiten leyes –antes de que lleguen los nuevos legisladores y pierdan la mayoría-, para limitar la esfera de actividad de los referidos alcaldes.

La Sheinbaum, apenas los recibió, “de uno por uno”, negándose a escuchar las propuestas conjuntas que tenían. De que va a hacer lo imposible por ponerles piedras en el camino, ni duda cabe.

Para recuperar a la perdida clase media, moviliza a una multitud de “servidores de la nación” –con el nombre que se les antoje darles-, legiones de achichincles inútiles, que suelen estar mano sobre mano. ¿Y quién paga esa nómina? Nuestros impuestos.

El despilfarro y mal uso del presupuesto es notable, cuando podía invertirse en la infraestructura, en la salud, en la educación. Tiran el dinero haciendo que estos personajillos vayan casa por casa, pregonando los “programas” de la “señora Chenbam”. En la mayoría de los domicilios les dan con la puerta en las narices.

Un Informe de pacotilla, en tanto la problemática se agrava y a los Derechos Humanos se les entierra, a cambio de la represión.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq