Por Catalina Noriega
Con un país asolado por la pandemia, las “fuerzas vivas” –o, ¿estarán muertas?- lanzan las candidaturas para junio, como si la contienda fuera en el medio artístico o deportivo. Desgranan nombres de “famosos” –a la mayoría solo los conocen en su casa-, convencidos de que así ganarán las elecciones.
Ni a quien irle. Sea la oposición o Morena, también convocan a sátrapas aún más impresentables, “purificados” por el amiguismo, la fidelidad al gurú o el éxito en las encuestas, que quedan en la opacidad y jamás hacen públicas.
El símbolo es Félix Salgado Macedonio, en el primer lugar, por Morena, para la gubernatura de Guerrero. Amén de las tres acusaciones que tiene por violación, su trayectoria es patética. Se le podría aplicar la cantata del “borracho, parrandero y jugador”, aunque se quedaría corta.
Su desgobierno, como Presidente Municipal de Acapulco, estuvo plagado de escándalos. Una historieta en la que lo mismo la hacía de cantante, de actor, fanático de la motocicleta y reportero, aunque tan afortunado que, cuando fungió como alcalde pudo adquirir La Jornada de Acapulco. Del reforzamiento de los cárteles durante su gestión, ni “pío” y tampoco de sus agresiones en estado etílico: ¡Una joyita! Pero es muy cuate del “preciso”, ha sido como perro fiel y ésa cualidad se paga, aunque de “honrado y honesto” tenga poco.
La impericia, la falta de preparación y de aptitudes, características de un par de ejecutivos estatales, Cuauhtémoc Blanco y Cuitláhuac García, confirman el desastre del dedazo divino, dirigido a personajillos incapaces de sacar adelante a una entidad.
En plena rebatinga por el Poder, el futuro Congreso, los Locales y varios Ayuntamientos se podrían convertir en foros de grabación, escenarios o canchas deportivas. La lista de “elegidos de los dioses” es larga e incluye a una Paquita del Barrio, que bien podrá mega amenizar las sesiones legislativas y señalar a las “ratas de dos patas”; una Laura León, “Tesorito”, a la par reina de las vedettes, o una Lupita Jones, exMiss Universo, a la medida de las necesidades de los Baja Californianos. El actor Alfredo Adame será todo un contestatario, acostumbrado a subirse al ring con el que se le ponga enfrente y la telenovelera Gabriela Goldsmith, hará dramas.
Estamos en Jauja: la economía “va para arriba”, como diría el tlatoani; la pandemia bajo control, Olga Sánchez Cordero dixit; la inseguridad a la baja y ya no hay corrupción, de acuerdo a la grandiosidad de la 4T. Ni falta que hacen leguleyos ni sabiondos en escaños a los que se va a seguir la línea.
¿Y el ciudadano? Para desgracia nacional, estos héroes y heroínas gozan del favor del pueblo, el que les dará su voto así rebuznen en plena tribuna. Cuando menos, eso cree la partidocracia, ajena a que cada vez crece más el número de los que ya no se chupan el dedo.
A falta de políticos hechos y derechos, la farándula y el circo, símbolos de esas “mañaneras”.
Llevo años insistiendo en la negligencia partidista para formar cuadros. Hicieron a un lado la necesidad de adiestrar nuevas generaciones. Se incrustaron “burrocracias” cupulares, se repartieron el pastel, e impidieron la llegada de vientos frescos.
Perdieron principios, se olvidaron de sus plataformas y se desdibujaron a los ojos de la sociedad, al tiempo de que se alejaban de ella, inconscientes a la problemática real. Ahora recogen “lo que caiga”, así provenga del estercolero. ¡Menudo futuro!
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