/ sábado 21 de abril de 2018

De todos, no se hace uno

Desolador el debate de los siete candidatos a “gobernar la Ciudad de México. Con un nivel, impropio incluso, para quinceañeros, confirmaron su ignorancia de lo que supone estar al frente de una megalópolis.

Ni la –según su arrogancia-. “docta” esclava de López Obrador (Claudia Sheinbaum),ni la representante del Frente por México (Alejandra Barrales), ducha en ostentar cargos en varias administraciones capitalinas, pudieron siquiera esbozar ideas originales en los renglones de Urbanismo y Seguridad.

A Mikel Arriola le faltaron tablas. Quien provenía como independiente, por la sociedad civil (Lorena Osornio), daba grima su nivel de lenguaje, de soltura para expresarse, de falta de coordinación mental. Una Purificación Carpinteyro, con ademán hitleriano y vacío neuronal. Algo más hilvanada, Mariana Boy, del Verde Ecologista y el “Superbarrio (Marco Rascón, quien jamás debió alejarse de la cocina de sus restaurantes.

Vergüenza debería darles gritotear que “ganaron”, cuando los espectadores, atónitos y “anonadados”, reflexionaban sobre el horror futuro y la tragedia de estar un sexenio en manos de un o una mequetrefe. Obvio, la ciudad acabará de devorarnos en el pleno caos.

Dos horas que discurrieron entre atacarse unos a otros y lanzar las mismaspropuestas. Para acabar con la delincuencia, al unísono se hacían competencia por ver quién colocaría más miles y miles de cámaras –como si las tantas que hay hubieran servido para algo-.

Cuando menos, la Boy habló del monstruo inmobiliario que nos devora e hizo algunas alusiones a la urgencia de un Estado de Derecho (Dicho con otras palabras).

También, como si fueran una sola voz, se comprometieron a hacer ¡hasta 100 kilómetros de metro!, inversión que superaría a la del aeropuerto en construcción y que le daría vueltas como un trompo, a la superficie que fue el DF.

A pregunta expresa del moderador, Arriola dijo que el dinero saldría de la autofinanciación de los usuarios del metro –lo que pongo en duda-. El resto no hizo ni media referencia a los fondos esenciales para costear tanta maravilla.

En esta capital, millones de habitantes agonizan por la escasez de agua. Desde los tiempos de Oscar Espinosa –último priísta al frente - se sabía de la urgencia de renovar el drenaje que, provoca una pérdida de un 40 por ciento del líquido, a causa de las fugas.

Ninguno de sus sucesores de Izquierda –y eso que Cuauhtémoc Cárdenas es ingeniero-, invirtió en ello. Les gustan las obras de relumbrón y las de infraestructura las hacen a un lado, porque “no lucen”.

El patético debate me hizo recordar al de hace seis años, en el que, cuando menos, Isabel Miranda de Wallace, el miniMancera y Beatriz Paredes, defendieron proyectos y plantearon programas. Entonces pareció acartonado y aburrido y, sin embargo, si se le compara con este bodrio, ¡resultaría histórico!

Vamos como el cangrejo. Los cuadros políticos rescatables, eluden cargos de tanta responsabilidad y rechazan candidaturas que saben los llevará a un fracaso. La CDMX está, desde hace 20 años, condenada a la ambición y el secuestro, de una mafia de corruptos, que manipulan estructuras gangsteriles -reditúan enormes ganancias- ycompran voluntades mediante dádivas. Y de que haya diferencias entre PRD y Morena, ninguna.

Un debate que abrió los ojos de un sector social, aterrado frente a la mediocridad. ¿Pasará lo mismo con el de los presidenciables?

catalinanq@hotmail.com

Tuiter: @catalinanq




Desolador el debate de los siete candidatos a “gobernar la Ciudad de México. Con un nivel, impropio incluso, para quinceañeros, confirmaron su ignorancia de lo que supone estar al frente de una megalópolis.

Ni la –según su arrogancia-. “docta” esclava de López Obrador (Claudia Sheinbaum),ni la representante del Frente por México (Alejandra Barrales), ducha en ostentar cargos en varias administraciones capitalinas, pudieron siquiera esbozar ideas originales en los renglones de Urbanismo y Seguridad.

A Mikel Arriola le faltaron tablas. Quien provenía como independiente, por la sociedad civil (Lorena Osornio), daba grima su nivel de lenguaje, de soltura para expresarse, de falta de coordinación mental. Una Purificación Carpinteyro, con ademán hitleriano y vacío neuronal. Algo más hilvanada, Mariana Boy, del Verde Ecologista y el “Superbarrio (Marco Rascón, quien jamás debió alejarse de la cocina de sus restaurantes.

Vergüenza debería darles gritotear que “ganaron”, cuando los espectadores, atónitos y “anonadados”, reflexionaban sobre el horror futuro y la tragedia de estar un sexenio en manos de un o una mequetrefe. Obvio, la ciudad acabará de devorarnos en el pleno caos.

Dos horas que discurrieron entre atacarse unos a otros y lanzar las mismaspropuestas. Para acabar con la delincuencia, al unísono se hacían competencia por ver quién colocaría más miles y miles de cámaras –como si las tantas que hay hubieran servido para algo-.

Cuando menos, la Boy habló del monstruo inmobiliario que nos devora e hizo algunas alusiones a la urgencia de un Estado de Derecho (Dicho con otras palabras).

También, como si fueran una sola voz, se comprometieron a hacer ¡hasta 100 kilómetros de metro!, inversión que superaría a la del aeropuerto en construcción y que le daría vueltas como un trompo, a la superficie que fue el DF.

A pregunta expresa del moderador, Arriola dijo que el dinero saldría de la autofinanciación de los usuarios del metro –lo que pongo en duda-. El resto no hizo ni media referencia a los fondos esenciales para costear tanta maravilla.

En esta capital, millones de habitantes agonizan por la escasez de agua. Desde los tiempos de Oscar Espinosa –último priísta al frente - se sabía de la urgencia de renovar el drenaje que, provoca una pérdida de un 40 por ciento del líquido, a causa de las fugas.

Ninguno de sus sucesores de Izquierda –y eso que Cuauhtémoc Cárdenas es ingeniero-, invirtió en ello. Les gustan las obras de relumbrón y las de infraestructura las hacen a un lado, porque “no lucen”.

El patético debate me hizo recordar al de hace seis años, en el que, cuando menos, Isabel Miranda de Wallace, el miniMancera y Beatriz Paredes, defendieron proyectos y plantearon programas. Entonces pareció acartonado y aburrido y, sin embargo, si se le compara con este bodrio, ¡resultaría histórico!

Vamos como el cangrejo. Los cuadros políticos rescatables, eluden cargos de tanta responsabilidad y rechazan candidaturas que saben los llevará a un fracaso. La CDMX está, desde hace 20 años, condenada a la ambición y el secuestro, de una mafia de corruptos, que manipulan estructuras gangsteriles -reditúan enormes ganancias- ycompran voluntades mediante dádivas. Y de que haya diferencias entre PRD y Morena, ninguna.

Un debate que abrió los ojos de un sector social, aterrado frente a la mediocridad. ¿Pasará lo mismo con el de los presidenciables?

catalinanq@hotmail.com

Tuiter: @catalinanq