/ miércoles 27 de marzo de 2019

El mundo de la realeza

JENNIE SEGUNDA PARTE

MARIANA VARGAS RUIZ

Jennie Jerome, Lady Randolph Churchill, pronto se separó en privado de su marido y se introdujo en la alta sociedad londinense. Su hijo Winston contó que para él su madre era un hada siempre ausente y su verdadera madre fue su nanny. Con su belleza y fortuna, Jennie se convirtió en una dama solicitada por los grandes caballeros siendo amante de muchos de ellos, entre ellos el Príncipe de Gales.

Como madre fue más amiga de sus hijos que madre, pero siempre dispuesta a hacer lo que fuese para que progresasen. Cuando a Winston le dijeron que no era apto para el Ejército, ella buscó la forma de satisfacer el ansia de su hijo por ser militar tocando el contacto de algún amante, pero así Winston fue al Punjab, tras luchar en el Punjab contra los sijs (religión monoteísta) se hizo reportero y fue a la guerra de los boers (guerras de liberación) donde cayó prisionero y se hizo famoso con el relato de su espectacular fuga, también estuvo en la guerra de Cuba, de donde cogió la afición a los habanos y a la siesta y después decidió entrar en política como su difunto padre.

Mientras tanto, la viuda de Lord Randolph–él falleció a los 45 años en 1895, con su fama de político populista y provocador, siempre insatisfecho con su hijo mayor- volvió a casarse en 1900 con George Cornwallis-West, capitán de la Guardia escocesa, que era sólo 26 días mayor que Winston, que se hizo amigo suyo. El matrimonio duró 12 años, y llegó el divorcio por problemas económicos, el ex-capitan no pudo recuperarse de una pérdida en la City.

Durante ese matrimonio, en 1908, Winston Churchill, ya destacado político, se casó con Clementine Hozier, de quien se decía que no era hija de su padre oficial. Quizás por ese clima familiar, ambos protagonizaron un matrimonio unido.

El tercer matrimonio fue Lady Randolph en 1918 fue con Montagu Phippen Porch , miembro del servicio civil británico en Nigeria. Era tres años más joven que Winston. Fue el viudo de Jennie Jerome, que falleció en 1921 a los 67 años. Fué enterrada junto a su primer esposo.

A Jennie se atribuye la invención del coctel Manhattan

EL LIBRO DE RALPH G MARTIN

Sin duda, el hecho de que su famoso hijo Winston mantuvo a los historiadores y biógrafos relativamente circunspectos al comentar sobre sus padres, Lord Randolph y su Dama, la debutante estadounidense, Jennie Jerome. Y es sin duda cierto que para los estándares del día de Victoria, la bella Jennie era una swinger. Sin embargo, la primera de una biografía proyectada de dos volúmenes está repleta de especulaciones picantes y carece de documentación para ideas como éstas: que Jennie cuidó a Randolph con una regularidad metronómica complaciente y que Randolph era homosexual. El hecho de que Jennie estuviera probablemente embarazada (el fuerte Winston llegó siete meses después) en el momento de su matrimonio en 1874 es una vieja noticia y también lo es la sífilis progresiva que mató a Lord Randolph sólo 20 años después. "Dejé a Jennie en este punto, sólo 39, todavía hermosa, y sólo me queda el dinero de su acuerdo matrimonial después de pagar las deudas de su marido". Se lee con más energía chismosa. Debería ser una pena ya que Jennie se casó dos veces más, en un caso, un hombre mucho más joven. Es de esperar que junto con ese aspecto poco mencionado de su vida, haya una oportunidad de escanear las fuentes de la autora para ver qué, al menos hasta ahora, logra disminuir a la mujer notable que se negó a entregar las ropas de su esposo. cuando autodestructivamente terminó su brillante carrera política con las palabras: "Los estoy guardando para mi hijo". "Y ella vivió para verlo llevarlos también a ellos".


JENNIE SEGUNDA PARTE

MARIANA VARGAS RUIZ

Jennie Jerome, Lady Randolph Churchill, pronto se separó en privado de su marido y se introdujo en la alta sociedad londinense. Su hijo Winston contó que para él su madre era un hada siempre ausente y su verdadera madre fue su nanny. Con su belleza y fortuna, Jennie se convirtió en una dama solicitada por los grandes caballeros siendo amante de muchos de ellos, entre ellos el Príncipe de Gales.

Como madre fue más amiga de sus hijos que madre, pero siempre dispuesta a hacer lo que fuese para que progresasen. Cuando a Winston le dijeron que no era apto para el Ejército, ella buscó la forma de satisfacer el ansia de su hijo por ser militar tocando el contacto de algún amante, pero así Winston fue al Punjab, tras luchar en el Punjab contra los sijs (religión monoteísta) se hizo reportero y fue a la guerra de los boers (guerras de liberación) donde cayó prisionero y se hizo famoso con el relato de su espectacular fuga, también estuvo en la guerra de Cuba, de donde cogió la afición a los habanos y a la siesta y después decidió entrar en política como su difunto padre.

Mientras tanto, la viuda de Lord Randolph–él falleció a los 45 años en 1895, con su fama de político populista y provocador, siempre insatisfecho con su hijo mayor- volvió a casarse en 1900 con George Cornwallis-West, capitán de la Guardia escocesa, que era sólo 26 días mayor que Winston, que se hizo amigo suyo. El matrimonio duró 12 años, y llegó el divorcio por problemas económicos, el ex-capitan no pudo recuperarse de una pérdida en la City.

Durante ese matrimonio, en 1908, Winston Churchill, ya destacado político, se casó con Clementine Hozier, de quien se decía que no era hija de su padre oficial. Quizás por ese clima familiar, ambos protagonizaron un matrimonio unido.

El tercer matrimonio fue Lady Randolph en 1918 fue con Montagu Phippen Porch , miembro del servicio civil británico en Nigeria. Era tres años más joven que Winston. Fue el viudo de Jennie Jerome, que falleció en 1921 a los 67 años. Fué enterrada junto a su primer esposo.

A Jennie se atribuye la invención del coctel Manhattan

EL LIBRO DE RALPH G MARTIN

Sin duda, el hecho de que su famoso hijo Winston mantuvo a los historiadores y biógrafos relativamente circunspectos al comentar sobre sus padres, Lord Randolph y su Dama, la debutante estadounidense, Jennie Jerome. Y es sin duda cierto que para los estándares del día de Victoria, la bella Jennie era una swinger. Sin embargo, la primera de una biografía proyectada de dos volúmenes está repleta de especulaciones picantes y carece de documentación para ideas como éstas: que Jennie cuidó a Randolph con una regularidad metronómica complaciente y que Randolph era homosexual. El hecho de que Jennie estuviera probablemente embarazada (el fuerte Winston llegó siete meses después) en el momento de su matrimonio en 1874 es una vieja noticia y también lo es la sífilis progresiva que mató a Lord Randolph sólo 20 años después. "Dejé a Jennie en este punto, sólo 39, todavía hermosa, y sólo me queda el dinero de su acuerdo matrimonial después de pagar las deudas de su marido". Se lee con más energía chismosa. Debería ser una pena ya que Jennie se casó dos veces más, en un caso, un hombre mucho más joven. Es de esperar que junto con ese aspecto poco mencionado de su vida, haya una oportunidad de escanear las fuentes de la autora para ver qué, al menos hasta ahora, logra disminuir a la mujer notable que se negó a entregar las ropas de su esposo. cuando autodestructivamente terminó su brillante carrera política con las palabras: "Los estoy guardando para mi hijo". "Y ella vivió para verlo llevarlos también a ellos".