/ viernes 19 de octubre de 2018

El mundo de la realeza | Enlace de la princesa Eugenia y Jack Brookman

Queridos lectores. El 12 de octubre no dormí porque Gran Bretaña casó a su princesa: Eugenia de York. Como mucha gente, estuvimos al pendiente de la ceremonia, la cual empezó a las 4 am hora de México, 11 am hora de Londres.

Les comento lo emocionados que estaban los novios. Fue una gran boda real. La familia real británica acompañó a los novios- con excepción de Camila- a celebrar sus votos matrimoniales en la antigua capilla de San Jorge, que se encuentra dentro del castillo de Windsor.

Pese al horrible viento que hizo que, algunas damas, y caballeros, perdieran sus pamelas y sombreros, todo transcurrió bien. A las 3 am hora de nuestro país empezaron a llegar los invitados. Entre estos, estaban Naomi Campbell, Robbie Williams, Ricky Martin, los príncipes de Hannover y de Grecia, entre cientos de invitados. La capilla se llenó. Casi una hora después, llegó la familia real y, después de la entrada del príncipe de Gales-sin su mujer- sonaron las fanfarrias porque su majestad la reina llegaba junto, ¡Oh, sorpresa! Su esposo de 97 años, el duque de Edimburgo. Bravo por el duque, que asistió, a su avanzada edad, a ver el enlace de su nieta.

Cabe destacar que la reina Isabel II y su marido tienen ocho nietos, de los cuales quedan tres solteros: Beatriz, hermana de la novia –que confieso iba muy bien arreglada y vestida de azul- y los pequeños Luisa y Jacobo, hijos de los condes de Wessex.

Y más emoción llegó cuando llegó Jack antes de la reina y de su esposo, y su padrino, quién era su hermano Thomas. Y después, los pajes, entre los que encontraban los príncipes Jorge y Carlota de Cambridge, y Savannah Phillips, sobrinos de la novia.

Al llegar la princesa Beatriz y su madre, Fergie, la famosa pelirroja, sólo cabía esperar la llegada de la novia y de su padre y padrino, el duque de York, Andrés, quién es el segundo hijo varón de Isabel II.

Cuando estos llegaron a la catedral, cuyas campanas no dejaban de replicar, nos sorprendió la novia con su vestido, con doble escote en “V”, la manga larga y falda abultada con un moño atrás y sin velo. El diseño fue realizado por Peter Pilotto y Christopher De Vos.

LAS JOYAS

¿Fue decepción-pregunto yo, que no llevara la tiara que usó su madre, en 1986? Sorprendió, porque la reina, su abuela, le prestó una diadema de esmeraldas y diamantes llamada Greville Emerald Kokoshnik de 1919. Jack le obsequió unos pendientes de diamantes y esmeraldas, a juego con la tiara.

El ramo consistió en una mezcla de lirios del valle, jazmines, cardos azules, rosas blancas y hiedras, diseñado por Patrice Van Helden Oakes. Los caballeros, desde el novio, los príncipes e invitados, usaron el famoso chaqué. No hubo uniformes militares.

Durante la ceremonia, que fue oficiada por el Reverendo David Conner, decano de Windsor, Eugenia no prometió obediencia a su marido, como sí lo hizo lady Di al príncipe Carlos en 1981. Cabe decir que los novios ya convivían desde unos meses antes del enlace.

Se contó con la participación del tenor Andrea Bocelli, quién cantó el Ave María de Johan Sebastian Bach y el Panis Angelicas. Las lecturas fueron llevadas a cabo por el señor Charles Brooksbank y por la princesa Beatriz. Se entonaron los himnos: Inmortal, Invisible God only wise y Love divine, alloves excelling. Las oraciones fueron hechas por el Reverendo John Sentamu.

Queridos lectores. El 12 de octubre no dormí porque Gran Bretaña casó a su princesa: Eugenia de York. Como mucha gente, estuvimos al pendiente de la ceremonia, la cual empezó a las 4 am hora de México, 11 am hora de Londres.

Les comento lo emocionados que estaban los novios. Fue una gran boda real. La familia real británica acompañó a los novios- con excepción de Camila- a celebrar sus votos matrimoniales en la antigua capilla de San Jorge, que se encuentra dentro del castillo de Windsor.

Pese al horrible viento que hizo que, algunas damas, y caballeros, perdieran sus pamelas y sombreros, todo transcurrió bien. A las 3 am hora de nuestro país empezaron a llegar los invitados. Entre estos, estaban Naomi Campbell, Robbie Williams, Ricky Martin, los príncipes de Hannover y de Grecia, entre cientos de invitados. La capilla se llenó. Casi una hora después, llegó la familia real y, después de la entrada del príncipe de Gales-sin su mujer- sonaron las fanfarrias porque su majestad la reina llegaba junto, ¡Oh, sorpresa! Su esposo de 97 años, el duque de Edimburgo. Bravo por el duque, que asistió, a su avanzada edad, a ver el enlace de su nieta.

Cabe destacar que la reina Isabel II y su marido tienen ocho nietos, de los cuales quedan tres solteros: Beatriz, hermana de la novia –que confieso iba muy bien arreglada y vestida de azul- y los pequeños Luisa y Jacobo, hijos de los condes de Wessex.

Y más emoción llegó cuando llegó Jack antes de la reina y de su esposo, y su padrino, quién era su hermano Thomas. Y después, los pajes, entre los que encontraban los príncipes Jorge y Carlota de Cambridge, y Savannah Phillips, sobrinos de la novia.

Al llegar la princesa Beatriz y su madre, Fergie, la famosa pelirroja, sólo cabía esperar la llegada de la novia y de su padre y padrino, el duque de York, Andrés, quién es el segundo hijo varón de Isabel II.

Cuando estos llegaron a la catedral, cuyas campanas no dejaban de replicar, nos sorprendió la novia con su vestido, con doble escote en “V”, la manga larga y falda abultada con un moño atrás y sin velo. El diseño fue realizado por Peter Pilotto y Christopher De Vos.

LAS JOYAS

¿Fue decepción-pregunto yo, que no llevara la tiara que usó su madre, en 1986? Sorprendió, porque la reina, su abuela, le prestó una diadema de esmeraldas y diamantes llamada Greville Emerald Kokoshnik de 1919. Jack le obsequió unos pendientes de diamantes y esmeraldas, a juego con la tiara.

El ramo consistió en una mezcla de lirios del valle, jazmines, cardos azules, rosas blancas y hiedras, diseñado por Patrice Van Helden Oakes. Los caballeros, desde el novio, los príncipes e invitados, usaron el famoso chaqué. No hubo uniformes militares.

Durante la ceremonia, que fue oficiada por el Reverendo David Conner, decano de Windsor, Eugenia no prometió obediencia a su marido, como sí lo hizo lady Di al príncipe Carlos en 1981. Cabe decir que los novios ya convivían desde unos meses antes del enlace.

Se contó con la participación del tenor Andrea Bocelli, quién cantó el Ave María de Johan Sebastian Bach y el Panis Angelicas. Las lecturas fueron llevadas a cabo por el señor Charles Brooksbank y por la princesa Beatriz. Se entonaron los himnos: Inmortal, Invisible God only wise y Love divine, alloves excelling. Las oraciones fueron hechas por el Reverendo John Sentamu.