/ sábado 19 de diciembre de 2020

Elecciones como en el pasado

Por Catalina Noriega


Como en las trágicas épocas en las que, la dictablanda acaparaba y la oposición se ahogaba en sus lamentos de fraude, sin que, los entonces dioses del Olimpo se dignaran verlos. De “morado” pinta un 2021 en el que, AMLO intenta borrar de un plumazo, las conquistas del pasado.

La batalla por unas elecciones limpias y respetuosas del voto ciudadano fue muy ardua. El Tricolor no soltaba el control y, por las buenas o las malas, llenaba las urnas a su favor. La cultura priísta enquistada en las masas, lo favorecía, a extremos de que, la maquinaria caminaba sola, aplastando a su paso los intentos de apertura.

Apareció el, entonces IFE (Instituto Federal Electoral) y vino el gran cambio. Su creación permitió el que un órgano independiente organizara, regulara y diera transparencia a la voluntad popular. Podrá haber habido errores y podrá no haberles dado gusto a muchos contendientes, pero la realidad es que supuso el ancla de lo que había sido barco a la deriva.

De la credencialización –válida al grado de servir como documento de identificación- al cuidado de las urnas y el conteo de votos, su estructura invita a que se sufrague con absoluta libertad.

El ahora INE cuenta con un cuerpo sólido de especialistas, capaces de organizar la que será –por la cantidad de cargos en juego- la madre de todas las elecciones. Su consejero Presidente, Lorenzo Córdova, ha dado ejemplo de espíritu democrático, con apego a la ley.

Pues al tlatoani no le gusta ni tantito. Insiste en su cantaleta de que Calderón le robó el cargo, que hubo fraude y culpa al órgano electoral de algo que jamás se pudo probar. Si la diferencia entre contendientes es mínima, el triunfo se da al que tenga la cifra mayor.

La inquina contra Córdova ha sido escandalosa. Desde el púlpito mañanero se denuesta a la institución, sembrando con malicia resquemores entre sus fanáticos. Hubo intentos vergonzosos por acortar el periodo de Córdova y por incrustar en sus filas a “enviados divinos”, a fin de cooptar al organismo. Lo tienen entre la espada y la pared, a base de recortes presupuestales y fatuas exigencias.

Lo que aún el tabasqueño no logra –absorber al INE-, lo obtiene a través de un Tribunal Federal Electoral y su cínico Magistrado Presidente, José Luis Vargas. Fue este hombrecillo, el que concretó la negativa de registro al partido México Libre. Se le conoce como el Magistrado Billetes, por sus abultados gastos que, en nada corresponden a sus ingresos. Ha favorecido a Morena con sentencias contrarias al Código Electoral, por lo que, poco podrá esperarse que actúe conforme a Derecho, en lo que será feroz contienda. Las denuncias en su contra, parecen estar en el baúl de los olvidos, mientras él se burla: ni quien toque a los cercanos a Palacio.

La FEPADE (Fiscalía especializada en delitos electorales), también está bajo la férula de AMLO. Al frente se encuentra su incondicional, José Agustín Ortíz Pinchetti, fiel compañero de la lidia López Obradorista, desde sus inicios. Ortíz ha sido un hombre de vocación democrática, comprometido con el activismo social. Se le respeta por ello, aunque existe la duda de que, la fiscalía que preside sea objetiva a la hora de perseguir los delitos electorales, en vista de su incondicionalidad con el tlatoani.

Triste retroceso en las instituciones que deberían ser democráticas por excelencia. Los procesos del 2021, pintan como los del pasado PRInosáurico.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Por Catalina Noriega


Como en las trágicas épocas en las que, la dictablanda acaparaba y la oposición se ahogaba en sus lamentos de fraude, sin que, los entonces dioses del Olimpo se dignaran verlos. De “morado” pinta un 2021 en el que, AMLO intenta borrar de un plumazo, las conquistas del pasado.

La batalla por unas elecciones limpias y respetuosas del voto ciudadano fue muy ardua. El Tricolor no soltaba el control y, por las buenas o las malas, llenaba las urnas a su favor. La cultura priísta enquistada en las masas, lo favorecía, a extremos de que, la maquinaria caminaba sola, aplastando a su paso los intentos de apertura.

Apareció el, entonces IFE (Instituto Federal Electoral) y vino el gran cambio. Su creación permitió el que un órgano independiente organizara, regulara y diera transparencia a la voluntad popular. Podrá haber habido errores y podrá no haberles dado gusto a muchos contendientes, pero la realidad es que supuso el ancla de lo que había sido barco a la deriva.

De la credencialización –válida al grado de servir como documento de identificación- al cuidado de las urnas y el conteo de votos, su estructura invita a que se sufrague con absoluta libertad.

El ahora INE cuenta con un cuerpo sólido de especialistas, capaces de organizar la que será –por la cantidad de cargos en juego- la madre de todas las elecciones. Su consejero Presidente, Lorenzo Córdova, ha dado ejemplo de espíritu democrático, con apego a la ley.

Pues al tlatoani no le gusta ni tantito. Insiste en su cantaleta de que Calderón le robó el cargo, que hubo fraude y culpa al órgano electoral de algo que jamás se pudo probar. Si la diferencia entre contendientes es mínima, el triunfo se da al que tenga la cifra mayor.

La inquina contra Córdova ha sido escandalosa. Desde el púlpito mañanero se denuesta a la institución, sembrando con malicia resquemores entre sus fanáticos. Hubo intentos vergonzosos por acortar el periodo de Córdova y por incrustar en sus filas a “enviados divinos”, a fin de cooptar al organismo. Lo tienen entre la espada y la pared, a base de recortes presupuestales y fatuas exigencias.

Lo que aún el tabasqueño no logra –absorber al INE-, lo obtiene a través de un Tribunal Federal Electoral y su cínico Magistrado Presidente, José Luis Vargas. Fue este hombrecillo, el que concretó la negativa de registro al partido México Libre. Se le conoce como el Magistrado Billetes, por sus abultados gastos que, en nada corresponden a sus ingresos. Ha favorecido a Morena con sentencias contrarias al Código Electoral, por lo que, poco podrá esperarse que actúe conforme a Derecho, en lo que será feroz contienda. Las denuncias en su contra, parecen estar en el baúl de los olvidos, mientras él se burla: ni quien toque a los cercanos a Palacio.

La FEPADE (Fiscalía especializada en delitos electorales), también está bajo la férula de AMLO. Al frente se encuentra su incondicional, José Agustín Ortíz Pinchetti, fiel compañero de la lidia López Obradorista, desde sus inicios. Ortíz ha sido un hombre de vocación democrática, comprometido con el activismo social. Se le respeta por ello, aunque existe la duda de que, la fiscalía que preside sea objetiva a la hora de perseguir los delitos electorales, en vista de su incondicionalidad con el tlatoani.

Triste retroceso en las instituciones que deberían ser democráticas por excelencia. Los procesos del 2021, pintan como los del pasado PRInosáurico.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq