UN TANGO PARA OLVIDAR Y UN PISCO
“Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?”.
Ernesto “Che” Guevara
Los triunfos unen, sin lugar a duda, pero también cubren y enmascaran el pasado. La victoria borra las peleas y rencores. “Lo que dejamos en el camino” sería, seguramente, para Argentina,el título de la novela que vivió para su calificación de último minuto a Rusia 2018. Ahora bien, los últimos meses fueron una pesadilla para la albiceleste, pasaron del veto a los periodistas y de una renuncia de Lionel Messi a la selección, a la euforia total por la victoria en Ecuador. La misma prensa que una vez atacó a Lio por no sentir los colores de la camiseta, de no tener carácter y por no jugar como lo hace cada fin de semana con su club, el Barcelona, hoy se lava las manos y lo aclama como el mejor de los argentinos, como el sustituto de Maradona. Después del triunfo en quito, el periódico el Clarín tituló su nota, “El genio de Messi nos puso en el Mundial; Olé publicó, “Messi es argentino”; y Página 12 lo llamó “El Messias”. Las victorias tienen muchos padres, las derrotas son siempre huérfanas.
¿Lo único que importa es calificar? Este debería ser uno de los muchos cuestionamientos que la AFA y el cuerpo técnico deberían preguntarse. El olvido sería sumamente perjudicial. Jorge Sampaoli debería estar preocupado, ya que teniendo a grandes jugadores y participando todos ellos en las mejores ligas, está concentrando todo su juego por las piernas del diez, es decir, una selección nacional no puede basar su estrategia en lo que haga un jugador.
Es cierto, que, Messi es un jugador diferente, pero también necesita mucha de ayuda, y tal vez, en un partido te puede modificar el marcador y llevarte al triunfo, pero en un torneo, como un Mundial, es complicado que rinda en todos los partidos igual, por lo que la tarea en estos meses será quitarle un poco de presión al capitán y marca en el terreno de juego. La motivación y la garra le funcionaron para este último partido a Sampaoli, pero tendrá que hacer algo más para el próximo verano.
Por otro lado, tenemos, el contrario de Argentina, la selección chilena. Sí, los andinos habían sido el equipo revelación de los últimos años, ganaron dos veces la Copa América y por momentos lució mejor que los alemanes en la final de la Copa Confederaciones. En un primer momento, Bielsa encontró a la mejor generación de jugadores chilenos, él debutó a Vargas, Alexis, Fuenzalida, Aranguiz, Beausejour e Isla. Por tal motivo, no es raro escuchar que fue el “Loco” quien cambió el estilo y la mentalidad (complejo de inferioridad) de los jugadores chilenos.
Después, llegó Sampaoli, pulió el trabajo de Bielsa y los resultados por fin llegaron. Con la contratación de Pizzi parecía que el equipo llegaba a la madurez deportiva, con una plantilla experimentada y con muchos partidos internacionales en sus pies. Ahora, esta misma selección se encuentra eliminada, sin cambio generacional de calidad y en el ojo del huracán con acusaciones de indisciplina.
El futbol es un deporte que no tiene leyes ni formulas. Importa el trabajo, pero el momento, la concentración y la motivación son variables que no se pueden controlar. La estadística ponía a Chile en el Mundial. Ahora, no queda otra que tocar un tango y tomar un Pisco para olvidar.
Algo Más. El futbol en Concacaf es una vergüenza. El jugar a no jugar, la presión al árbitro y las mañas siguen siendo más importantes que el futbol. Lástima.
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