/ lunes 13 de septiembre de 2021

Hechos, no promesas

Hidalgo vive uno de los momentos más complicados del año: las lluvias, deslaves e inundaciones han hecho que sus habitantes pierdan el patrimonio de muchos años y en varios casos, lamentablemente a alguno de los integrantes de su familia. Veintisiete municipios sufrieron daños, entre los más afectados se encuentra Tula, Ixmiquilpan, Tlahuelilpan y Tepeji del Río.

Sin embargo, los desastres naturales no son la raíz del problema, sino el detonante. Quienes realmente han puesto a nuestros paisanos en esta situación son el descuido, la falta de planeación y poca estructura del gobierno de Morena. Necesitamos políticas públicas que nos garanticen un plan de respaldo frente a los desastres naturales para tener certeza y hechos.

Como sociedad nos identifica la solidaridad, ser un pueblo que sabe tenderse la mano y apoyar a quien lo necesita; y eso es lo que nos queda: asumir por propia cuenta la responsabilidad de las autoridades y organizarnos para que los apoyos lleguen a donde se requieren con urgencia, para hacerles saber que ¡no están solos!

No dejaremos de alzar la voz, de pedir soluciones para las víctimas y prevención para las situaciones de riesgo. ¡Necesitamos garantías de que las familias podrán salir adelante!

Hidalgo vive uno de los momentos más complicados del año: las lluvias, deslaves e inundaciones han hecho que sus habitantes pierdan el patrimonio de muchos años y en varios casos, lamentablemente a alguno de los integrantes de su familia. Veintisiete municipios sufrieron daños, entre los más afectados se encuentra Tula, Ixmiquilpan, Tlahuelilpan y Tepeji del Río.

Sin embargo, los desastres naturales no son la raíz del problema, sino el detonante. Quienes realmente han puesto a nuestros paisanos en esta situación son el descuido, la falta de planeación y poca estructura del gobierno de Morena. Necesitamos políticas públicas que nos garanticen un plan de respaldo frente a los desastres naturales para tener certeza y hechos.

Como sociedad nos identifica la solidaridad, ser un pueblo que sabe tenderse la mano y apoyar a quien lo necesita; y eso es lo que nos queda: asumir por propia cuenta la responsabilidad de las autoridades y organizarnos para que los apoyos lleguen a donde se requieren con urgencia, para hacerles saber que ¡no están solos!

No dejaremos de alzar la voz, de pedir soluciones para las víctimas y prevención para las situaciones de riesgo. ¡Necesitamos garantías de que las familias podrán salir adelante!