Hace apenas unos días, comentábamos en este mismo espacio, la forma en que la pandemia y algunos efectos posteriores, habían incidido en la economía mundial con fenómenos como la contracción del Producto Interno Bruto, en diferente forma en naciones y regiones, además alterar ritmos en las cadenas de suministro, perjudicando procesos globales de producción.
Si bien, lo mencionado ha vuelto lenta a la economía mundial, lo que ahora está provocando una mayor preocupación, es la forma en que vienen aumentando los precios, vaya, la inflación, que a nivel mundial se encuentra en niveles no vistos en más de 20 años y en naciones como Estados Unidos, va llegando a puntos no vistos desde los años 70’s, cuando la crisis del petróleo llegó a un punto tal, que ese país, que se ufana de sus bajas tasas de interés, llegó a estar en un 22% anual, necesitando hacer grandes ahorros que llevaron incluso a apagar los aires acondicionados de los grandes centros comerciales, conocidos al norte de la frontera como “mall”.
Una parte esencial en el actual proceso global de inflación, se ha dado con el constante aumento de precios de energéticos, particularmente con el barril de petróleo, que en mezclas como el Brent del Mar del Norte o el caso de la Mexicana, ha superado incluso los 100 dólares, algo que ya no se esperaba después de los elevados precios de la década pasada, pero que dadas las condiciones, es un fenómeno que se ha repetido.
El hecho de que suban de precios los energéticos, genera preocupación, porque es algo que repercute en toda la cadena productiva, ya que se pagan tanto por la energía de los procesos industriales, como por el transporte de productos tanto en los niveles nacionales, como en los globales.
Al incrementarse los precios del petróleo, suben en paralelo, los de los diferentes tipos de combustibles, como gasolinas y diésel, para vehículos automotores, que van desde los más elementales de los hogares, hasta los trailers más grandes; están además las turbosinas para los aviones y desde luego hay que tomar en cuenta a aquello que moviliza a las embarcaciones de gran calado, lo que incluye desde aquellas que transportan los grandes contenedores, hasta los buques petroleros.
Es por esto que países como el nuestro, dentro de sus medidas para hacer frente a este proceso inflacionario, que aquí supera ya el 7% en promedio, se ha suprimido la carga fiscal de las gasolinas, con el fin de atenuar o incluso eliminar el incremento en sus precios y que de esta forma no impacte otros rubros, como es el caso de la ‘canasta básica’.
Con el fin de que este proceso no implique un daño aún más severo a las finanzas públicas, lo que se ha hecho es tomar lo que se capta por concepto de excedentes petroleros, ahora que hay precios altos, recordemos que somos exportadores.
¿A qué grado estarán las cosas, que Estados Unidos también está reduciendo la carga fiscal de las gasolinas, tanto a nivel federal, como estatal?
Vivimos un momento difícil que implica fuertes medidas. Esperemos sean las correctas.
*: Diputada Federal por Durango
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