/ miércoles 27 de mayo de 2020

La demencia es contagiosa

Le siguen los pasos a su gurú y en este lacayismo fuera de órbita, Miguel Barbosa, desgobernador poblano, lanza una iniciativa de Ley de Educación que se aprueba a toda prisa, en plena pandemia que desvía la atención de la sociedad.

El fin de semana, sus siervos votaron lo que les mandó, sin que se escuchara a los distintos actores involucrados en una materia tan delicada. El resultado es una “norma” contraria al Artículo 27 Constitucional, desde el momento en el que, en su Artículo 155, define que ¡el Estado incorpora a su Sistema Educativo los bienes muebles e inmuebles, de la educación privada. En pocas palabras, los expropia!

Semejante aberración propició el desconcierto y la ira de la comunidad de rectores y maestros de planteles privados, a quienes se ignoró.

Un personaje como el tal Ejecutivo estatal, debería ser objeto de una investigación en relación a su cuantiosa fortuna. Llegó al cargo después de la trágica caída del helicóptero –en el que perdió la vida la gobernadora en turno, Martha Érika Alonso y su marido, el senador Moreno Valle-, a quien acusaba de fraude electoral.

Con el cinismo que lo caracteriza, declaró que había sido “castigo de Dios”, una frase electrizante, en boca de quien salió ganando con la tragedia. ¿Se llegó hasta las últimas consecuencias de la investigación? Es la fecha en la que sólo se han tenido “hipótesis” sobre que fue un “accidente”, pero ambiguas, poco confiables y menos creíbles.

Barbosa ha sido traidor a todo y a todos: sería bueno recordar su paso por el PRD y sus conjuras contra más de un compañero y compañera. Ambicioso rapaz, jamás se detuvo hasta sentarse en la silla embrujada de la entidad, tras el clásico “cambio de chaqueta” (Morenista puro).

En sus dos campañas se dedicó a enlodar los procesos, a la compra de votos y a cuanta marrullería tuvo a su alcance.

Una vez aferrado al Poder, ni quien volviera a hablar de sus muchas y millonarias propiedades, a pesar de su aparente inquina hacia los “ricos” (A los que pertenece). Estulticias como la de decir que la pandemia sólo atacaba a los “fifís” y que la vacuna era un mole con guajolote, son costumbre en el individuo ignorante, soberbio y prepotente.

Con su Ley de Educación rebasa el límite constitucional y atenta contra una educación privada que, en Puebla se ha caracterizado por ser de gran calidad. Actúa con el intervencionismo propio de dictador, en un renglón del que no tiene ni peregrina idea.

Una entidad con casi tres mil instituciones privadas, las que, de acuerdo a la Reforma, pasarán a incorporarse al Sistema estatal. Quiso salir del paso ante las quejas, con sus frases de Perogrullo y demás cantaletas de merolico.

El tlatoani habla de que más que transformación esto va a ser una revolución, lo que se ve venir. Es imposible inculcar el divisionismo, la lucha de clases y fomentar el odio, sin que se tengan consecuencias.

Se intenta esconder el fracaso de la administración en materia de seguridad, de economía, de salud, incitando a la inquina en contra de empresarios, comunicadores, funcionarios de organismos autónomos y hasta médicos. Se habla de cambio, cuando se es incapaz de cumplir con una sola de sus promesas de campaña, empezando por el combate a la corrupción (Subimos en el ranking mundial).

Lo grave es que sus “discípulos” buscan “ponerse a tono” y se lanzan, como ahora Barbosa, con una Ley inconstitucional. ¡Y esto, apenas empieza!


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Le siguen los pasos a su gurú y en este lacayismo fuera de órbita, Miguel Barbosa, desgobernador poblano, lanza una iniciativa de Ley de Educación que se aprueba a toda prisa, en plena pandemia que desvía la atención de la sociedad.

El fin de semana, sus siervos votaron lo que les mandó, sin que se escuchara a los distintos actores involucrados en una materia tan delicada. El resultado es una “norma” contraria al Artículo 27 Constitucional, desde el momento en el que, en su Artículo 155, define que ¡el Estado incorpora a su Sistema Educativo los bienes muebles e inmuebles, de la educación privada. En pocas palabras, los expropia!

Semejante aberración propició el desconcierto y la ira de la comunidad de rectores y maestros de planteles privados, a quienes se ignoró.

Un personaje como el tal Ejecutivo estatal, debería ser objeto de una investigación en relación a su cuantiosa fortuna. Llegó al cargo después de la trágica caída del helicóptero –en el que perdió la vida la gobernadora en turno, Martha Érika Alonso y su marido, el senador Moreno Valle-, a quien acusaba de fraude electoral.

Con el cinismo que lo caracteriza, declaró que había sido “castigo de Dios”, una frase electrizante, en boca de quien salió ganando con la tragedia. ¿Se llegó hasta las últimas consecuencias de la investigación? Es la fecha en la que sólo se han tenido “hipótesis” sobre que fue un “accidente”, pero ambiguas, poco confiables y menos creíbles.

Barbosa ha sido traidor a todo y a todos: sería bueno recordar su paso por el PRD y sus conjuras contra más de un compañero y compañera. Ambicioso rapaz, jamás se detuvo hasta sentarse en la silla embrujada de la entidad, tras el clásico “cambio de chaqueta” (Morenista puro).

En sus dos campañas se dedicó a enlodar los procesos, a la compra de votos y a cuanta marrullería tuvo a su alcance.

Una vez aferrado al Poder, ni quien volviera a hablar de sus muchas y millonarias propiedades, a pesar de su aparente inquina hacia los “ricos” (A los que pertenece). Estulticias como la de decir que la pandemia sólo atacaba a los “fifís” y que la vacuna era un mole con guajolote, son costumbre en el individuo ignorante, soberbio y prepotente.

Con su Ley de Educación rebasa el límite constitucional y atenta contra una educación privada que, en Puebla se ha caracterizado por ser de gran calidad. Actúa con el intervencionismo propio de dictador, en un renglón del que no tiene ni peregrina idea.

Una entidad con casi tres mil instituciones privadas, las que, de acuerdo a la Reforma, pasarán a incorporarse al Sistema estatal. Quiso salir del paso ante las quejas, con sus frases de Perogrullo y demás cantaletas de merolico.

El tlatoani habla de que más que transformación esto va a ser una revolución, lo que se ve venir. Es imposible inculcar el divisionismo, la lucha de clases y fomentar el odio, sin que se tengan consecuencias.

Se intenta esconder el fracaso de la administración en materia de seguridad, de economía, de salud, incitando a la inquina en contra de empresarios, comunicadores, funcionarios de organismos autónomos y hasta médicos. Se habla de cambio, cuando se es incapaz de cumplir con una sola de sus promesas de campaña, empezando por el combate a la corrupción (Subimos en el ranking mundial).

Lo grave es que sus “discípulos” buscan “ponerse a tono” y se lanzan, como ahora Barbosa, con una Ley inconstitucional. ¡Y esto, apenas empieza!


catalinanq@hotmail.com

@catalinanq