/ miércoles 13 de diciembre de 2023

La extorsión se apodera de México

La extorsión en México, además de que va evolucionando, representa un grave daño al patrimonio de las personas; mancilla la libertad y refleja un precario Estado de Derecho, ya que las autoridades no garantizan la seguridad de los habitantes y su patrimonio en detrimento del desarrollo económico y social del país.

Las 10 mil 340 extorsiones que contabilizó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) durante 2022, son la cifra más alta registrada en este ilícito durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador que, desde 2018, se incrementó 53.85%, pese a que su cifra negra –delitos no denunciados o de los que no se inició una carpeta de investigación– corresponde al 97.4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

A nivel nacional las características de actuación del extorsionador se presentan de la siguiente forma: por lo general participan en la comisión del acto un individuo del sexo masculino de entre 26 a 35 años que en el momento de la interacción con su víctima no se encuentran bajo los efectos de alcohol o alguna droga, teniendo como formas de intimidación la amenaza verbal, con armas punzo cortantes y armas de fuego.

En el Estado de México las características de actuación del extorsionador se presentan de la siguiente forma: en lo general participan en la comisión del acto dos individuos del sexo masculino de entre 25 años o menos que en el momento de la interacción con su víctima no se encuentran bajo los efectos de alcohol o alguna droga, teniendo como una forma de intimidación la portación de armas de fuego para la obtención de su cometido.

En los últimos años en México se ha mantenido una tendencia ascendente en cuanto a las extorsiones, en 2019 el SESNSP reportó 6 mil 721; en 2019, 8 mil 734; en 2020, 7 mil 960; en 2021, 8 mil 828; y en 2022, 10 mil 340, 53.85% más que en 2021. En el Estado de México, por ejemplo, la extorsión se incrementó 25.77%, al pasar 3 mil 302 en 2021 a 4 mil 153 en 2022, las principales víctimas fueron transportistas, repartidores, productores y comerciantes; no obstante, en la región sur del estado se reportaron extorsiones a ayuntamientos en demarcaciones como Ixtapan de la Sal. Sólo en Toluca se registraron 438 extorsiones, más de las contabilizadas en 27 estados.

En las últimas dos décadas este delito se ha sofisticado tanto de forma directa –cuando el extorsionador se presenta físicamente con la víctima para amenazarlo y exigir pagos, o cobros de piso–, como indirecta cuando a través de llamadas se prometen premios; se amenaza con secuestros, detención de familiares y muerte; o se presiona con deudas contraídas.

A pesar de las múltiples denuncias, la extorsión sigue en aumento. Debo destacar que, la sociedad paga sus impuestos, además de, pagar derecho de piso, al crimen organizado con el único fin de seguir produciendo y comercializar sus productos, los cuales en muchas ocasiones son robados al transportarlos.

También que los mexicanos de bien, los que trabajamos, los que producimos, los que invertimos en nuestro grande y querido país, ya nos estamos cansando. La ineficiencia del gobierno en materia de seguridad y hartos de las extorsiones y la creciente inseguridad los mexicanos toman la justicia por su propia mano, como sucedió la semana pasada en la población de Texcapilla, al sur del Estado de México.

La extorsión en México, además de que va evolucionando, representa un grave daño al patrimonio de las personas; mancilla la libertad y refleja un precario Estado de Derecho, ya que las autoridades no garantizan la seguridad de los habitantes y su patrimonio en detrimento del desarrollo económico y social del país.

Las 10 mil 340 extorsiones que contabilizó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) durante 2022, son la cifra más alta registrada en este ilícito durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador que, desde 2018, se incrementó 53.85%, pese a que su cifra negra –delitos no denunciados o de los que no se inició una carpeta de investigación– corresponde al 97.4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

A nivel nacional las características de actuación del extorsionador se presentan de la siguiente forma: por lo general participan en la comisión del acto un individuo del sexo masculino de entre 26 a 35 años que en el momento de la interacción con su víctima no se encuentran bajo los efectos de alcohol o alguna droga, teniendo como formas de intimidación la amenaza verbal, con armas punzo cortantes y armas de fuego.

En el Estado de México las características de actuación del extorsionador se presentan de la siguiente forma: en lo general participan en la comisión del acto dos individuos del sexo masculino de entre 25 años o menos que en el momento de la interacción con su víctima no se encuentran bajo los efectos de alcohol o alguna droga, teniendo como una forma de intimidación la portación de armas de fuego para la obtención de su cometido.

En los últimos años en México se ha mantenido una tendencia ascendente en cuanto a las extorsiones, en 2019 el SESNSP reportó 6 mil 721; en 2019, 8 mil 734; en 2020, 7 mil 960; en 2021, 8 mil 828; y en 2022, 10 mil 340, 53.85% más que en 2021. En el Estado de México, por ejemplo, la extorsión se incrementó 25.77%, al pasar 3 mil 302 en 2021 a 4 mil 153 en 2022, las principales víctimas fueron transportistas, repartidores, productores y comerciantes; no obstante, en la región sur del estado se reportaron extorsiones a ayuntamientos en demarcaciones como Ixtapan de la Sal. Sólo en Toluca se registraron 438 extorsiones, más de las contabilizadas en 27 estados.

En las últimas dos décadas este delito se ha sofisticado tanto de forma directa –cuando el extorsionador se presenta físicamente con la víctima para amenazarlo y exigir pagos, o cobros de piso–, como indirecta cuando a través de llamadas se prometen premios; se amenaza con secuestros, detención de familiares y muerte; o se presiona con deudas contraídas.

A pesar de las múltiples denuncias, la extorsión sigue en aumento. Debo destacar que, la sociedad paga sus impuestos, además de, pagar derecho de piso, al crimen organizado con el único fin de seguir produciendo y comercializar sus productos, los cuales en muchas ocasiones son robados al transportarlos.

También que los mexicanos de bien, los que trabajamos, los que producimos, los que invertimos en nuestro grande y querido país, ya nos estamos cansando. La ineficiencia del gobierno en materia de seguridad y hartos de las extorsiones y la creciente inseguridad los mexicanos toman la justicia por su propia mano, como sucedió la semana pasada en la población de Texcapilla, al sur del Estado de México.