/ sábado 6 de octubre de 2018

La moviola

Che’ Araña.

Gerardo Gil Ballesteros

En medio de un cine basado en comics, que más allá de sus excesos industriales ha alcanzado una narrativa propia de género, llega antes de los estrenos fuertes de fin de año Venom (Ruben Fleischer,2018), basada, de manera parcial en el personaje creado por e Tod Mcfarlane y David Micheline en 1984. Puntero de los manejos comerciales de la industria cinematográfica, la adaptación fílmica traiciona en forma y fondo el espíritu de uno de los principales antagonistas de Spider-Man.

Y es que importa –y mucho - que por asuntos de derechos no se pueda utilizar al adolescente arácnido en la historia, que pertenecen a Disney-Marvel, esa mafia del poder del cine palomero, pero el asunto trasciende este pequeño detalle. La sospecha es que el estudio Sony, no quiso perder los derechos de Venom y de ahí la idea sobre un filme sobre la némesis de Spider.

Asimilado el asunto, uno esperaría que en general las líneas trazadas por los creadores de Venom se respetaran. No es el caso y el filme decanta entre un guion bastardo que no tiene bases sólidas ni una palanca fuerte desde donde impulsar la trama yun espectáculo mediano que a estas alturas ya no impresiona a nadie.

Guion mediano porque más parece un filme huérfano de mitología, algo esencial dentro del mundo del comic, a estas alturas ya analizado desde distintas disciplinas sociales y espectáculo mediocre ya que los FX, son algo ya demasiado visto. Ni por eso lado alcanza cierta dignidad.

En el primer caso, en medio de una moda de análisis social, sin lugar a dudas, de antihéroes, Venom es descafeinado para crear un personaje, que al no contar con su universo original, que lo mantiene desde hace años como un personaje complejo, debe formar uno propio. Héroe a la fuerza y así justificamos la franquicia.

En el segundo caso, más parece que vemos un filme sin pasión y de molde, realizado en 1996 o principios del milenio. Títulos como Spawn (Mark. A.Z. Dippé, 1997) o Elektra (Rob Bowman, 2005) le caben más a Venom a nivel de industria que lo realizado por Marvel-Disney y DC-Warner.

Eso sí, Fleischer se da el lujo, ya que no tiene bases de donde partir, de hacer una suerte, sobre todo al inicio del filme de cine dezombis e infectados. Cabe añadir que es el director también de Zombieland en 2009.

¿La trama? El atarantado reportero Eddie Brock (Tom Hardy), trata de sobrevivir, luego de perder su empleo y traicionar a su novia, Anne (Michelle Williams), hasta que por una investigación es poseído por el simbionte Venom.

¡Ah!, y hay un villano reventón, Carlton (Riz Ahmed) que provoca todo, pero la verdad es lo de menos. Ya anunció Fleischer el filme Jekyll y eso es lo que quedó a deber.

Si padece insomnio no se la pierda. En especialla primera hora.

Che’ Araña.

Gerardo Gil Ballesteros

En medio de un cine basado en comics, que más allá de sus excesos industriales ha alcanzado una narrativa propia de género, llega antes de los estrenos fuertes de fin de año Venom (Ruben Fleischer,2018), basada, de manera parcial en el personaje creado por e Tod Mcfarlane y David Micheline en 1984. Puntero de los manejos comerciales de la industria cinematográfica, la adaptación fílmica traiciona en forma y fondo el espíritu de uno de los principales antagonistas de Spider-Man.

Y es que importa –y mucho - que por asuntos de derechos no se pueda utilizar al adolescente arácnido en la historia, que pertenecen a Disney-Marvel, esa mafia del poder del cine palomero, pero el asunto trasciende este pequeño detalle. La sospecha es que el estudio Sony, no quiso perder los derechos de Venom y de ahí la idea sobre un filme sobre la némesis de Spider.

Asimilado el asunto, uno esperaría que en general las líneas trazadas por los creadores de Venom se respetaran. No es el caso y el filme decanta entre un guion bastardo que no tiene bases sólidas ni una palanca fuerte desde donde impulsar la trama yun espectáculo mediano que a estas alturas ya no impresiona a nadie.

Guion mediano porque más parece un filme huérfano de mitología, algo esencial dentro del mundo del comic, a estas alturas ya analizado desde distintas disciplinas sociales y espectáculo mediocre ya que los FX, son algo ya demasiado visto. Ni por eso lado alcanza cierta dignidad.

En el primer caso, en medio de una moda de análisis social, sin lugar a dudas, de antihéroes, Venom es descafeinado para crear un personaje, que al no contar con su universo original, que lo mantiene desde hace años como un personaje complejo, debe formar uno propio. Héroe a la fuerza y así justificamos la franquicia.

En el segundo caso, más parece que vemos un filme sin pasión y de molde, realizado en 1996 o principios del milenio. Títulos como Spawn (Mark. A.Z. Dippé, 1997) o Elektra (Rob Bowman, 2005) le caben más a Venom a nivel de industria que lo realizado por Marvel-Disney y DC-Warner.

Eso sí, Fleischer se da el lujo, ya que no tiene bases de donde partir, de hacer una suerte, sobre todo al inicio del filme de cine dezombis e infectados. Cabe añadir que es el director también de Zombieland en 2009.

¿La trama? El atarantado reportero Eddie Brock (Tom Hardy), trata de sobrevivir, luego de perder su empleo y traicionar a su novia, Anne (Michelle Williams), hasta que por una investigación es poseído por el simbionte Venom.

¡Ah!, y hay un villano reventón, Carlton (Riz Ahmed) que provoca todo, pero la verdad es lo de menos. Ya anunció Fleischer el filme Jekyll y eso es lo que quedó a deber.

Si padece insomnio no se la pierda. En especialla primera hora.

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