/ sábado 3 de febrero de 2024

La moviola / Vidas pasadas: Chica, conoce a Chico

@lamoviola

En Vidas pasadas (Celine Song, 2023) Chica conoce a Chico. Es la Corea del Sur de principios de milenio. Ella es hija de un director de cierta fama. Él la defiende en la escuela. Juegan, se divierten. Parece que se quieren. Tienen 12 años.

Chica, conoce a Chico. Ella es un poco celosa de los logros de su amigo. Él es un poco pazguato, pero noble. Juegan en el parque, sienten atracción por primera vez. Un día Ella se va a Canadá por la carrera de su padre.

Pasan 12 años y Chica busca a Chico porque éste preguntó por ella en las redes del padre de la chava. Se contactan en pantalla, se ven con cierta ternura, se frecuentan. Ella ahora vive en Nueva York en medio de la escena medio pretenciosilla cultural en la que se desenvuelve. Ya no recuerda su pasado y poco siente que queda de la niña que jugaba y lloraba y hacía berrinche en el parque.

Chico, vive con sus padres y estudia una carrera convencional. Se emborracha con sus amigos, lo mandan al servicio militar, aún no da pie con bola y se da cuenta pero parece no importarle.

Chico, no se impresiona de los logros de su primer amor y le da medio el avión. Ella tampoco presume demasiado. Para él, ella representa una esperanza, nunca la ha olvidado. Para ella, él es un descanso, un pasado ido que por principio ya no le dice nada. Un día tienen una ligera discusión. No vuelven a verse. Están en sus veinte.

Pasan 12 años. Chica ya casada con un joven escritor, Arthur (John Magaro), el cual conoció en una residencia para artistas, se anima y busca a Chico, quien por invitación de ella, decide hacer el viaje a Nueva York para encontrarse con su antigua amiga. Él aún se emborracha los viernes, trabaja en una oficina y está más capacitado que su jefe. Vive con sus padres y la pasa tan bien como se puede. Así le va la vida. Ella no alcanza todavía el prestigio que busca, pero tiene cierto reconocimiento. Poco queda de la niña llorona coreana.

Por fin, luego de más de 20 años Nora, la Chica del cuento (Greta Lee) y Hae Sung, Chico, por supuesto, (Teo Yoo), se reencuentran. Para colmo, Arthur resulta un buen tipo, que entiende la situación más allá de lo que ella misma puede ver.

Chica y Chico recuerdan su pasado, se reconocen, se desconocen. Son y no son. Al principio el asunto parece inofensivo. El semi dulce pasado regresa. Y a uno se le rompe el alma.

La ópera prima de la cineasta y escritora Celine Song, nominada al Oscar como Mejor película, es todo menos un filme sencillo, todo menos una historia convencional. Detrás de una aparente convención, hay un dulce cándido y semi amargo de reconciliación con el pasado. Una trayectoria de redención y esperanza con clímax internos y constantes. La vida común que pasa por una discreta y dolorosa cotidianeidad envuelta en el halo de un hábil y efectivísimo relato cinematográfico.

Song da muestra de una potente discreción narrativa y emocional. Es difícil no sentir empatía por los personajes. Una historia de memoria colectiva común de rupturas y redenciones.

Hágase un favor, vaya a verla. De preferencia acompañado de Chico o Chica. Como prefiera.


@lamoviola

En Vidas pasadas (Celine Song, 2023) Chica conoce a Chico. Es la Corea del Sur de principios de milenio. Ella es hija de un director de cierta fama. Él la defiende en la escuela. Juegan, se divierten. Parece que se quieren. Tienen 12 años.

Chica, conoce a Chico. Ella es un poco celosa de los logros de su amigo. Él es un poco pazguato, pero noble. Juegan en el parque, sienten atracción por primera vez. Un día Ella se va a Canadá por la carrera de su padre.

Pasan 12 años y Chica busca a Chico porque éste preguntó por ella en las redes del padre de la chava. Se contactan en pantalla, se ven con cierta ternura, se frecuentan. Ella ahora vive en Nueva York en medio de la escena medio pretenciosilla cultural en la que se desenvuelve. Ya no recuerda su pasado y poco siente que queda de la niña que jugaba y lloraba y hacía berrinche en el parque.

Chico, vive con sus padres y estudia una carrera convencional. Se emborracha con sus amigos, lo mandan al servicio militar, aún no da pie con bola y se da cuenta pero parece no importarle.

Chico, no se impresiona de los logros de su primer amor y le da medio el avión. Ella tampoco presume demasiado. Para él, ella representa una esperanza, nunca la ha olvidado. Para ella, él es un descanso, un pasado ido que por principio ya no le dice nada. Un día tienen una ligera discusión. No vuelven a verse. Están en sus veinte.

Pasan 12 años. Chica ya casada con un joven escritor, Arthur (John Magaro), el cual conoció en una residencia para artistas, se anima y busca a Chico, quien por invitación de ella, decide hacer el viaje a Nueva York para encontrarse con su antigua amiga. Él aún se emborracha los viernes, trabaja en una oficina y está más capacitado que su jefe. Vive con sus padres y la pasa tan bien como se puede. Así le va la vida. Ella no alcanza todavía el prestigio que busca, pero tiene cierto reconocimiento. Poco queda de la niña llorona coreana.

Por fin, luego de más de 20 años Nora, la Chica del cuento (Greta Lee) y Hae Sung, Chico, por supuesto, (Teo Yoo), se reencuentran. Para colmo, Arthur resulta un buen tipo, que entiende la situación más allá de lo que ella misma puede ver.

Chica y Chico recuerdan su pasado, se reconocen, se desconocen. Son y no son. Al principio el asunto parece inofensivo. El semi dulce pasado regresa. Y a uno se le rompe el alma.

La ópera prima de la cineasta y escritora Celine Song, nominada al Oscar como Mejor película, es todo menos un filme sencillo, todo menos una historia convencional. Detrás de una aparente convención, hay un dulce cándido y semi amargo de reconciliación con el pasado. Una trayectoria de redención y esperanza con clímax internos y constantes. La vida común que pasa por una discreta y dolorosa cotidianeidad envuelta en el halo de un hábil y efectivísimo relato cinematográfico.

Song da muestra de una potente discreción narrativa y emocional. Es difícil no sentir empatía por los personajes. Una historia de memoria colectiva común de rupturas y redenciones.

Hágase un favor, vaya a verla. De preferencia acompañado de Chico o Chica. Como prefiera.