/ sábado 13 de mayo de 2023

La niñez ante un sistema de salud inaccesible

La pandemia ha puesto foco a una de las necesidades más básicas de cualquier niña o niño y revalorizar la importancia de su salud y bienestar. Desgraciadamente, en México el panorama de la salud es complicado y poco alentador.

Durante la mesa de discusión: “Obstáculos y soluciones para la salud de la primera infancia”, organizada por Early Institute, el Dr. Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó sobre el tema de la salud durante la primera infancia.

De acuerdo con datos encontrados en la plataforma SIPI México del CONEVAL, de 2018 a 2020 aumentó en 77% la carencia por acceso a la salud en la primera infancia pasando de 17.6% de niñas y niños menores de 6 años a 31.2% con esta carencia en 2020. En estados como Chiapas, Estado de México y Michoacán las cifras superan el 40%.

La salud de la primera infancia pone el foco sobre binomio madre e hijo, pues durante esta etapa es fundamental que las madres tengan una atención de calidad durante el embarazo, parto y puerperio. Por ser un momento crucial para niñas y niños es indispensable llevar a cabo las consultas de niño sano continuamente para evitar problemas en el desarrollo, en la nutrición, en la salud y en el aprendizaje temprano.

Sin embargo, la atención en salud no es prometedora, al analizar algunos de los indicadores clave del SIPI México, plataforma dedicada al monitoreo, análisis e incidencia en políticas públicas de la primera infancia; se observa que en México el 20 por ciento de niñas y niños de la primera infancia no se están desarrollando adecuadamente, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2021). En esta misma encuesta se refleja que el 60 por ciento de las niñas y niños fueron al menos a una “consulta de niño sano”, un índice bajo porque se recomiendan dos consultas para el neonato, seis consultas para las y los menores de 1 año y 2 consultas al año hasta que se cumplen los 4 años.

En tanto, con información de la Secretaría de Salud, en 2022 se registró una razón de mortalidad materna de 30 defunciones maternas por cada cien mil nacimientos vivos. Es decir, México no ha alcanzado la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que debía cumplirse en 2015, de 22 defunciones.

Ante el panorama, el Dr. Bringas explicó que no se ha logrado incidir en las barreras estructurales: “Se ha hecho algo en dar antibióticos y el esquema de vacunaciones, pero no se ha hecho nada en las causas estructurales como desigualdad, pobreza y acceso a servicios de salud, a medicamentos, además en materia de combate a la desnutrición”, remarcó ante representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil.

Durante la mesa, se discutió respecto a que el acceso a la salud y seguridad social está ligado al empleo formal y la falta de ellos conduce a la vulnerabilidad. Con el retiro del Estado y el aumento de la informalidad, el 60% de la población no tiene acceso a estos servicios. En las zonas rurales, la situación es aún más difícil debido a la falta de recursos y la discriminación étnica y social. La necesidad de garantizar el acceso universal a la salud y seguridad social es crucial para proteger a la población vulnerable.

El especialista de la UNAM abogó porque haya una reforma integral al sector salud. Sin embargo, vaticinó que por ahora ese cambio de fondo es imposible, por las condiciones presupuestales y de organización institucional que prevalecen. Hay un sesgo ideológico, una negación a aceptar lo que en el pasado sí funcionó, como lo fue, con sus limitantes o fallas, el Seguro Popular.

Necesitamos caminar hacia la universalización del acceso a los servicios de salud haciendo ajustes significativos para evitar la duplicidad de esfuerzos y el desperdicio de recursos. El Dr. Héctor Bringas señala que en “América Latina, gran parte de la inversión en salud se financia de forma individual; se debe decidir si es mejor transferir recursos a personas o fortalecer las organizaciones de salud, la segunda opción parece más conveniente”.

Dadas las carencias y urgencias en servicios de salud, desde Early Institute consideramos imperante priorizar la salud y atención que requieren las madres, y las niñas y niños de la primera infancia. Nos lo dice la evidencia científica, si invertimos hoy en la primera infancia tendremos menos costos en salud, educación, en el sistema de justicia penal y disminuyen las desigualdades sociales. La primera infancia no puede esperar, necesita ser priorizada.




Investigadora en Early Institute




La pandemia ha puesto foco a una de las necesidades más básicas de cualquier niña o niño y revalorizar la importancia de su salud y bienestar. Desgraciadamente, en México el panorama de la salud es complicado y poco alentador.

Durante la mesa de discusión: “Obstáculos y soluciones para la salud de la primera infancia”, organizada por Early Institute, el Dr. Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comentó sobre el tema de la salud durante la primera infancia.

De acuerdo con datos encontrados en la plataforma SIPI México del CONEVAL, de 2018 a 2020 aumentó en 77% la carencia por acceso a la salud en la primera infancia pasando de 17.6% de niñas y niños menores de 6 años a 31.2% con esta carencia en 2020. En estados como Chiapas, Estado de México y Michoacán las cifras superan el 40%.

La salud de la primera infancia pone el foco sobre binomio madre e hijo, pues durante esta etapa es fundamental que las madres tengan una atención de calidad durante el embarazo, parto y puerperio. Por ser un momento crucial para niñas y niños es indispensable llevar a cabo las consultas de niño sano continuamente para evitar problemas en el desarrollo, en la nutrición, en la salud y en el aprendizaje temprano.

Sin embargo, la atención en salud no es prometedora, al analizar algunos de los indicadores clave del SIPI México, plataforma dedicada al monitoreo, análisis e incidencia en políticas públicas de la primera infancia; se observa que en México el 20 por ciento de niñas y niños de la primera infancia no se están desarrollando adecuadamente, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2021). En esta misma encuesta se refleja que el 60 por ciento de las niñas y niños fueron al menos a una “consulta de niño sano”, un índice bajo porque se recomiendan dos consultas para el neonato, seis consultas para las y los menores de 1 año y 2 consultas al año hasta que se cumplen los 4 años.

En tanto, con información de la Secretaría de Salud, en 2022 se registró una razón de mortalidad materna de 30 defunciones maternas por cada cien mil nacimientos vivos. Es decir, México no ha alcanzado la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que debía cumplirse en 2015, de 22 defunciones.

Ante el panorama, el Dr. Bringas explicó que no se ha logrado incidir en las barreras estructurales: “Se ha hecho algo en dar antibióticos y el esquema de vacunaciones, pero no se ha hecho nada en las causas estructurales como desigualdad, pobreza y acceso a servicios de salud, a medicamentos, además en materia de combate a la desnutrición”, remarcó ante representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil.

Durante la mesa, se discutió respecto a que el acceso a la salud y seguridad social está ligado al empleo formal y la falta de ellos conduce a la vulnerabilidad. Con el retiro del Estado y el aumento de la informalidad, el 60% de la población no tiene acceso a estos servicios. En las zonas rurales, la situación es aún más difícil debido a la falta de recursos y la discriminación étnica y social. La necesidad de garantizar el acceso universal a la salud y seguridad social es crucial para proteger a la población vulnerable.

El especialista de la UNAM abogó porque haya una reforma integral al sector salud. Sin embargo, vaticinó que por ahora ese cambio de fondo es imposible, por las condiciones presupuestales y de organización institucional que prevalecen. Hay un sesgo ideológico, una negación a aceptar lo que en el pasado sí funcionó, como lo fue, con sus limitantes o fallas, el Seguro Popular.

Necesitamos caminar hacia la universalización del acceso a los servicios de salud haciendo ajustes significativos para evitar la duplicidad de esfuerzos y el desperdicio de recursos. El Dr. Héctor Bringas señala que en “América Latina, gran parte de la inversión en salud se financia de forma individual; se debe decidir si es mejor transferir recursos a personas o fortalecer las organizaciones de salud, la segunda opción parece más conveniente”.

Dadas las carencias y urgencias en servicios de salud, desde Early Institute consideramos imperante priorizar la salud y atención que requieren las madres, y las niñas y niños de la primera infancia. Nos lo dice la evidencia científica, si invertimos hoy en la primera infancia tendremos menos costos en salud, educación, en el sistema de justicia penal y disminuyen las desigualdades sociales. La primera infancia no puede esperar, necesita ser priorizada.




Investigadora en Early Institute