/ lunes 30 de abril de 2018

Logros y pendientes de la LXIII Legislatura

Hoy culmina el último periodo ordinario de la LXIII Legislatura, y con su clausura, el balance entre lo que pudo sacarse adelante, y lo que quedó pendiente, genera profundas reflexiones. Esta Legislatura se va en medio de un grave descontento social hacia el poder Ejecutivo, cruzada por un ambiente político cada vez más enrarecido, producto de una cruda realidad que se sobrepuso a aquel Mexican Moment, del que algún día se habló. Nos vamos (algunos), con la certeza de haber puesto el mayor de nuestros esfuerzos por mejorar al país.

Entre los logros de esta etapa legislativa, sin duda está el haber sacado las reformas y leyes complementarias del Sistema Nacional Anticorrupción, el haber destrabado y designado un nuevo Auditor Superior, el haber legislado en materia de publicidad gubernamental -aunque con sus deficientes resultados-,el haber impulsado una nueva y mejorada Ley de Transparencia, así como haber sacado adelante la desindexación del salario mínimo, y también una Ley de desaparición forzada, y de víctimas, ésta últimas que si bien perfectibles hoy existen.

En la sesión del pasado jueves, la Cámara de Diputados aprobó uno de los temas cruciales en materia de derechos humanos, el de la eliminación de la figura del arraigo, sin embargo, asuntos como la supresión del fuero, corrieron otra suerte y será hasta la sesión de hoy, que posiblemente puedan dirimirse con mejor suerte.

Entre los pendientes más graves que deja esta Legislatura, sin duda están del lado del Senado, la falta en las designaciones. Desde el nombramiento de Magistrados Electorales Locales, integrantes de las Juntas de Gobernación del INEGI y BANXICO, la designación de 6 Magistrados de las dos nuevas Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,y sin duda la designación de los Fiscales General y Anticorrupción, la Cámara Alta se lleva una terrible falta por estas omisiones.

Del lado de la Cámara de Diputados, otra Legislatura se va sin que se apruebe una sola Cuenta Pública en el pleno, y más aún, ninguna de las 5 que hasta hora lleva la escandalosa administración de Peña Nieto. Otros temas son los nombramientos pendientes de los titulares de los órganos de control interno de COFECE, IFETEL e INAI, que lamentablemente, ya no dependen por completo del Legislativo, pues los amparos tienen parado el proceso. A estos asuntos se suma, la falta que ya de 5 años en sacar una Ley de Aguas, o las reformas en materia de justicia laboral.

A lo largo de estos tres años, he confirmado que tanto la Cámara de Diputados como el Senado, han abandonado, -más allá de su composición- su objetivo de ser un contrapeso fuerte al Ejecutivo y al mismo poder Judicial. Una de las situaciones más preocupantes en el caso de la Cámara baja, es el hecho de que las Comisiones de Presupuesto, y de Hacienda permanezcan cooptadas y respondan a unos cuantos intereses. Ahí, iniciativas como la eliminación de los seguros de gastos médicos privados para altos funcionarios, o la reversa a los gasolinazos han pasado de largo y se han quedado en la dichosa “congeladora”, mientras que los recortes en áreas sensibles como salud y educación, son la constante en cada aprobación del presupuesto.

El próximo 1 de septiembre habrán de tomar protesta, las y los Diputados y Senadores de la LXIV Legislatura, muy probablemente en un clima político más complejo aún, ante la cerrada contienda electoral que nos espera. Deseo sin duda, que en esta ocasión lleguen personas con causas y empatía hacia las urgentes reformas que necesita este país, sobre todo, espero la próxima Legislatura abrace el inherente sentido republicano del Poder Legislativo, y construya desde ahí las bases para una profunda transformación del país, que no admite mayor demora.

Diputada por Movimiento Ciudadano

Hoy culmina el último periodo ordinario de la LXIII Legislatura, y con su clausura, el balance entre lo que pudo sacarse adelante, y lo que quedó pendiente, genera profundas reflexiones. Esta Legislatura se va en medio de un grave descontento social hacia el poder Ejecutivo, cruzada por un ambiente político cada vez más enrarecido, producto de una cruda realidad que se sobrepuso a aquel Mexican Moment, del que algún día se habló. Nos vamos (algunos), con la certeza de haber puesto el mayor de nuestros esfuerzos por mejorar al país.

Entre los logros de esta etapa legislativa, sin duda está el haber sacado las reformas y leyes complementarias del Sistema Nacional Anticorrupción, el haber destrabado y designado un nuevo Auditor Superior, el haber legislado en materia de publicidad gubernamental -aunque con sus deficientes resultados-,el haber impulsado una nueva y mejorada Ley de Transparencia, así como haber sacado adelante la desindexación del salario mínimo, y también una Ley de desaparición forzada, y de víctimas, ésta últimas que si bien perfectibles hoy existen.

En la sesión del pasado jueves, la Cámara de Diputados aprobó uno de los temas cruciales en materia de derechos humanos, el de la eliminación de la figura del arraigo, sin embargo, asuntos como la supresión del fuero, corrieron otra suerte y será hasta la sesión de hoy, que posiblemente puedan dirimirse con mejor suerte.

Entre los pendientes más graves que deja esta Legislatura, sin duda están del lado del Senado, la falta en las designaciones. Desde el nombramiento de Magistrados Electorales Locales, integrantes de las Juntas de Gobernación del INEGI y BANXICO, la designación de 6 Magistrados de las dos nuevas Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,y sin duda la designación de los Fiscales General y Anticorrupción, la Cámara Alta se lleva una terrible falta por estas omisiones.

Del lado de la Cámara de Diputados, otra Legislatura se va sin que se apruebe una sola Cuenta Pública en el pleno, y más aún, ninguna de las 5 que hasta hora lleva la escandalosa administración de Peña Nieto. Otros temas son los nombramientos pendientes de los titulares de los órganos de control interno de COFECE, IFETEL e INAI, que lamentablemente, ya no dependen por completo del Legislativo, pues los amparos tienen parado el proceso. A estos asuntos se suma, la falta que ya de 5 años en sacar una Ley de Aguas, o las reformas en materia de justicia laboral.

A lo largo de estos tres años, he confirmado que tanto la Cámara de Diputados como el Senado, han abandonado, -más allá de su composición- su objetivo de ser un contrapeso fuerte al Ejecutivo y al mismo poder Judicial. Una de las situaciones más preocupantes en el caso de la Cámara baja, es el hecho de que las Comisiones de Presupuesto, y de Hacienda permanezcan cooptadas y respondan a unos cuantos intereses. Ahí, iniciativas como la eliminación de los seguros de gastos médicos privados para altos funcionarios, o la reversa a los gasolinazos han pasado de largo y se han quedado en la dichosa “congeladora”, mientras que los recortes en áreas sensibles como salud y educación, son la constante en cada aprobación del presupuesto.

El próximo 1 de septiembre habrán de tomar protesta, las y los Diputados y Senadores de la LXIV Legislatura, muy probablemente en un clima político más complejo aún, ante la cerrada contienda electoral que nos espera. Deseo sin duda, que en esta ocasión lleguen personas con causas y empatía hacia las urgentes reformas que necesita este país, sobre todo, espero la próxima Legislatura abrace el inherente sentido republicano del Poder Legislativo, y construya desde ahí las bases para una profunda transformación del país, que no admite mayor demora.

Diputada por Movimiento Ciudadano