/ lunes 26 de noviembre de 2018

Momento corporativo | Rassini, cierra un ciclo bursátil

Sobre el productor mexicano de autopartes que dirige Eugenio Madero se pueden escribir muchas historias. Fue la estrella del programa de analista independiente que lanzó la Bolsa Mexicana e Valores, de José Oriol Bosch, con el que recobró la visibilidad ante los inversionistas nacionales y extranjeros. En los últimos cinco años sus acciones acumularon un aumento de 800 por ciento y gracias a sus avances tecnológicos y oficinas de ingeniería en Alemania y Japón se ganó el respeto de sus clientes, que incluyen a las automotrices más importantes del mundo, y de sus propios competidores. Pero hoy la historia se trata de su próxima salida de la BMV, a la que ingresó en 1984, como San Luis Corporación, para iniciar la transición de una empresa minera a un proveedor de autopartes y aprovechar las oportunidades comerciales que comenzaron a vislumbrarse previo a la firma del TLCAN.

Ahora el equipo principal de accionistas de Rassini tomó la decisión de lanzar una oferta para comprar las acciones en circulación, equivalentes a 55 por ciento del capital, luego solicitar su salida y convertirse de nueva cuenta en una empresa privada. Para diversos analistas, durante la renegociación del acuerdo comercial trilateral las acciones de Rassini recibieron un castigo injustificado y el precio no reflejaba sus fundamentales y esto habría sido el principal motivo de la oferta, además de que la empresa cubre sus necesidades de financiamiento con su propio flujo, sin necesidad de acudir desde hace tiempo a los mercados de capital; además por el momento no hay un proyecto suficientemente atractivo como para realizar un aumento de capital o colocar deuda en los mercados internacionales. El objetivo es simplemente deslistarse del mercado.

El plazo de la oferta vence el 3 de diciembre y ante el entorno de volatilidad de los mercados es una muy buena oportunidad para que los tenedores obtengan liquidez, ya que además de recibir un premio superior a 20 por ciento, tienen la opción de cobrar en dólares o bien en moneda nacional al tipo de cambio de esta fecha. La semana pasada y con la aprobación de 74 por ciento de la asamblea de accionistas se autorizó que Rassini garantice un crédito para que GGI INV SPV, el vehículo de inversión creado por los controladores, realice el pago de las acciones que sumará 362 millones de dólares. Y así se perfila el cierre de una etapa más en la historia de la empresa mexicana.

SEVERO AJUSTE

Luego de que se presentara la iniciativa de Morena para cambiar diversos aspectos del marco legal de las mineras que operan en el país, diversos analistas ajustaron sus perspectivas por los potenciales efectos negativos que traería dicha propuesta. Sin embargo, el reporte de Morgan Stanley fue sin duda uno de los más severos porque no sólo bajó su recomendación de Grupo México e Industrias Peñoles, sino que redujo el precio objetivo en 40 por ciento y 34 por ciento, respectivamente.

Sobre el productor mexicano de autopartes que dirige Eugenio Madero se pueden escribir muchas historias. Fue la estrella del programa de analista independiente que lanzó la Bolsa Mexicana e Valores, de José Oriol Bosch, con el que recobró la visibilidad ante los inversionistas nacionales y extranjeros. En los últimos cinco años sus acciones acumularon un aumento de 800 por ciento y gracias a sus avances tecnológicos y oficinas de ingeniería en Alemania y Japón se ganó el respeto de sus clientes, que incluyen a las automotrices más importantes del mundo, y de sus propios competidores. Pero hoy la historia se trata de su próxima salida de la BMV, a la que ingresó en 1984, como San Luis Corporación, para iniciar la transición de una empresa minera a un proveedor de autopartes y aprovechar las oportunidades comerciales que comenzaron a vislumbrarse previo a la firma del TLCAN.

Ahora el equipo principal de accionistas de Rassini tomó la decisión de lanzar una oferta para comprar las acciones en circulación, equivalentes a 55 por ciento del capital, luego solicitar su salida y convertirse de nueva cuenta en una empresa privada. Para diversos analistas, durante la renegociación del acuerdo comercial trilateral las acciones de Rassini recibieron un castigo injustificado y el precio no reflejaba sus fundamentales y esto habría sido el principal motivo de la oferta, además de que la empresa cubre sus necesidades de financiamiento con su propio flujo, sin necesidad de acudir desde hace tiempo a los mercados de capital; además por el momento no hay un proyecto suficientemente atractivo como para realizar un aumento de capital o colocar deuda en los mercados internacionales. El objetivo es simplemente deslistarse del mercado.

El plazo de la oferta vence el 3 de diciembre y ante el entorno de volatilidad de los mercados es una muy buena oportunidad para que los tenedores obtengan liquidez, ya que además de recibir un premio superior a 20 por ciento, tienen la opción de cobrar en dólares o bien en moneda nacional al tipo de cambio de esta fecha. La semana pasada y con la aprobación de 74 por ciento de la asamblea de accionistas se autorizó que Rassini garantice un crédito para que GGI INV SPV, el vehículo de inversión creado por los controladores, realice el pago de las acciones que sumará 362 millones de dólares. Y así se perfila el cierre de una etapa más en la historia de la empresa mexicana.

SEVERO AJUSTE

Luego de que se presentara la iniciativa de Morena para cambiar diversos aspectos del marco legal de las mineras que operan en el país, diversos analistas ajustaron sus perspectivas por los potenciales efectos negativos que traería dicha propuesta. Sin embargo, el reporte de Morgan Stanley fue sin duda uno de los más severos porque no sólo bajó su recomendación de Grupo México e Industrias Peñoles, sino que redujo el precio objetivo en 40 por ciento y 34 por ciento, respectivamente.