/ sábado 13 de abril de 2024

Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho

Con su artero y criminal ataque armado a la embajada de México en Ecuador, el gobierno de Daniel Noboa se metió en un callejón sin salida. Y nada puede hacer para corregir el yerro excepto meter reversa y volver sobre sus propios pasos.

Ese camino correctivo pasa en primer término reconocer el error cometido y pedir una disculpa pública al gobierno mexicano, como lo demanda el Presidente López Obrador ante la Corte Internacional de Justicia.

Un segundo paso sería liberar al ex presidente de Ecuador, Jorge Glas, secuestrado por fuerzas policiacas en el interior de la embajada de México en Quito, lugar en el que se encontraba en calidad de refugiado político.

En tercer lugar, deberá garantizar la salida con vida de Jorge Glas del territorio ecuatoriano y su entrega al país asilante. Nada de esto es imposible o de difícil realización.

Luego de todo ello las cosas volverán a la normalidad y podrán ser reanudadas las ahora rotas relaciones diplomáticas entre México y Ecuador.

Pero qué pasará si Daniel Noboa se resiste a enmendar su grotesco yerro. Primeramente continuará y se enconará la condena universal contra el gobierno noboísta, con sus esperables y nocivas para Ecuador consecuencias diplomáticas, económicas, comerciales y financieras.

Pasará también que Jorge Glas continuará secuestrado y encarcelado y se convertirá en mártir de un gobierno autoritario y desprestigiado. Y también, desde luego, en factor de deslegitimación interna e internacional de Noboa. Cuánto tiempo puede aguantar éste en semejante situación de inestabilidad política. El tiempo corre a favor de México y del ex vicepresidente.

Debe recordarse, además, que Glas pertenece a un movimiento político con honda presencia en la sociedad ecuatoriana, como es el correísmo, y con simpatías y afinidades sociales y políticas entre vastos sectores populares y democráticos, sobre todo en América Latina y el Caribe.

¿Noboa contra el mundo es una opción política y diplomática viable? La salida al embrollo ya la delineó el gobierno mexicano. A Noboa, sin apoyos internos y mundiales sólo le queda el camino de la rectificación. ¿O pensará acaso escalar más el conflicto? La ineptitud y la soberbia no son buenas consejeras.

Por lo que toca a México el balance del asunto es altamente positivo sea cual sea el desenlace. La divisa es clara: nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho, como aconsejaba Benito Juárez, el Benemérito de las Américas.


mentorferrer@gmail.com


Con su artero y criminal ataque armado a la embajada de México en Ecuador, el gobierno de Daniel Noboa se metió en un callejón sin salida. Y nada puede hacer para corregir el yerro excepto meter reversa y volver sobre sus propios pasos.

Ese camino correctivo pasa en primer término reconocer el error cometido y pedir una disculpa pública al gobierno mexicano, como lo demanda el Presidente López Obrador ante la Corte Internacional de Justicia.

Un segundo paso sería liberar al ex presidente de Ecuador, Jorge Glas, secuestrado por fuerzas policiacas en el interior de la embajada de México en Quito, lugar en el que se encontraba en calidad de refugiado político.

En tercer lugar, deberá garantizar la salida con vida de Jorge Glas del territorio ecuatoriano y su entrega al país asilante. Nada de esto es imposible o de difícil realización.

Luego de todo ello las cosas volverán a la normalidad y podrán ser reanudadas las ahora rotas relaciones diplomáticas entre México y Ecuador.

Pero qué pasará si Daniel Noboa se resiste a enmendar su grotesco yerro. Primeramente continuará y se enconará la condena universal contra el gobierno noboísta, con sus esperables y nocivas para Ecuador consecuencias diplomáticas, económicas, comerciales y financieras.

Pasará también que Jorge Glas continuará secuestrado y encarcelado y se convertirá en mártir de un gobierno autoritario y desprestigiado. Y también, desde luego, en factor de deslegitimación interna e internacional de Noboa. Cuánto tiempo puede aguantar éste en semejante situación de inestabilidad política. El tiempo corre a favor de México y del ex vicepresidente.

Debe recordarse, además, que Glas pertenece a un movimiento político con honda presencia en la sociedad ecuatoriana, como es el correísmo, y con simpatías y afinidades sociales y políticas entre vastos sectores populares y democráticos, sobre todo en América Latina y el Caribe.

¿Noboa contra el mundo es una opción política y diplomática viable? La salida al embrollo ya la delineó el gobierno mexicano. A Noboa, sin apoyos internos y mundiales sólo le queda el camino de la rectificación. ¿O pensará acaso escalar más el conflicto? La ineptitud y la soberbia no son buenas consejeras.

Por lo que toca a México el balance del asunto es altamente positivo sea cual sea el desenlace. La divisa es clara: nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho, como aconsejaba Benito Juárez, el Benemérito de las Américas.


mentorferrer@gmail.com