/ miércoles 15 de abril de 2020

"Nos fue requetebién con la OPEP"

Para reconocidos expertos en petróleo, como David Shield, México –en particular, Rocío Nahle-, hizo un “oso” en la reunión urgente de los países productores de petróleo. Para el tlatoani, “nos fue requetebién en la OPEP”. Para unos, el vaso medio vacío; para otros, medio lleno.

La realidad es que, de nuevo, la insolente secretaria de energía actuó de títere de su patrón, alargando varias horas el presunto diálogo entre las naciones representadas. ¿El motivo? El rechazo de México a reducir en un 23 por ciento su producción de barriles diarios, ofertando que sólo sería de 100 mil.

El sainete internacional, como sabemos, terminó en que, la tal señora acabó levantándose de la mesa, para dejar en ascuas al resto de los convidados, en obediencia a las órdenes del señor.

¿Se puede confiar en una funcionaria que, en primer término, jamás debió acceder a un cargo de tanta responsabilidad y necesidad de preparación? Por más que presuma y rezongue a los reporteros que “las reuniones de la OPEP son duras y lo que hizo es algo común y corriente”, su realidad es que, jamás, ni en sus mejores sueños, imaginó estar sentada “departiendo” con esos personajes, ni conoce la materia como para poder discutir sobre ella.

Volvemos a la “preparación” de integrantes de un gabinete, a la que AMLO no da importancia. Para él, lo único que interesa es la sumisión a su palabra dictatorial, así quede el país por los suelos, como lo ven quienes, desde los ojos del conocimiento, a nivel internacional, tratan con semejantes “analfabestias”.

Inmersa en la repetitiva, hasta la náusea, construcción de la refinería de Dos Bocas, una sociedad –ignorante, como es lógico, de las tripas de esa industria-, se cree las paparruchadas obsoletas de quien está propiciando el regreso a las décadas más rústicas de nuestra historia. Para salir del atorón, le pidió ayuda al señor Trump, otro populista de quinta, que tiene a su nación sumida en una pandemia feroz (Como la que se nos avecina, a pesar de que quieran ocultarla).

Sonriente y orondo, declaró que el yankee nos iba a apoyar. En vez de sacrificar la producción en 400 mil barriles, sólo se reducirán 100 mil y el resto lo absorberá el vecino del norte.

¡Nuestro salvador!, ¿el Atila de los migrantes hispanos?, ¿el que nos los devuelve a tierra azteca, para hacerle el trabajo sucio? ¿El politicastro nefasto, que ha propiciado un odio franco a nuestros connacionales?

Lo más serio del tema es la entrega de un país que, hasta ahora, tuvo dignidad frente a quien actúa, ¡ése sí!, como nuestro adversario. Que ha despertado un racismo que estaba controlado. Que expulsa a personas que llevaban años viviendo en aquellos lares y cancela el sueño de jóvenes que llegaron de meses, a la que consideran su patria (Daydreamers), muchos de los cuales ni siquiera hablan español.

Gracias a López Obrador, a cualquiera que se atreva a decir que es mexicano, se le mal mira y digo, gracias a él, porque ha sido incapaz de actuar como un gobernante nacionalista. O, ¿con qué balanza pesa los desatinos del otro populista, contra nosotros?

Su crítica a las administraciones del pasado se esfumó –cuando logró saciar su ambición-, para dar paso a la más vergonzosa venta de nuestro territorio y nuestro destino.

Trump no engaña: con todas las letras dijo que se cobrará el favor a su debido tiempo. A saber, en su maquiavélica cabecita, cuál será el pago. ¡De vergüenza!



catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Para reconocidos expertos en petróleo, como David Shield, México –en particular, Rocío Nahle-, hizo un “oso” en la reunión urgente de los países productores de petróleo. Para el tlatoani, “nos fue requetebién en la OPEP”. Para unos, el vaso medio vacío; para otros, medio lleno.

La realidad es que, de nuevo, la insolente secretaria de energía actuó de títere de su patrón, alargando varias horas el presunto diálogo entre las naciones representadas. ¿El motivo? El rechazo de México a reducir en un 23 por ciento su producción de barriles diarios, ofertando que sólo sería de 100 mil.

El sainete internacional, como sabemos, terminó en que, la tal señora acabó levantándose de la mesa, para dejar en ascuas al resto de los convidados, en obediencia a las órdenes del señor.

¿Se puede confiar en una funcionaria que, en primer término, jamás debió acceder a un cargo de tanta responsabilidad y necesidad de preparación? Por más que presuma y rezongue a los reporteros que “las reuniones de la OPEP son duras y lo que hizo es algo común y corriente”, su realidad es que, jamás, ni en sus mejores sueños, imaginó estar sentada “departiendo” con esos personajes, ni conoce la materia como para poder discutir sobre ella.

Volvemos a la “preparación” de integrantes de un gabinete, a la que AMLO no da importancia. Para él, lo único que interesa es la sumisión a su palabra dictatorial, así quede el país por los suelos, como lo ven quienes, desde los ojos del conocimiento, a nivel internacional, tratan con semejantes “analfabestias”.

Inmersa en la repetitiva, hasta la náusea, construcción de la refinería de Dos Bocas, una sociedad –ignorante, como es lógico, de las tripas de esa industria-, se cree las paparruchadas obsoletas de quien está propiciando el regreso a las décadas más rústicas de nuestra historia. Para salir del atorón, le pidió ayuda al señor Trump, otro populista de quinta, que tiene a su nación sumida en una pandemia feroz (Como la que se nos avecina, a pesar de que quieran ocultarla).

Sonriente y orondo, declaró que el yankee nos iba a apoyar. En vez de sacrificar la producción en 400 mil barriles, sólo se reducirán 100 mil y el resto lo absorberá el vecino del norte.

¡Nuestro salvador!, ¿el Atila de los migrantes hispanos?, ¿el que nos los devuelve a tierra azteca, para hacerle el trabajo sucio? ¿El politicastro nefasto, que ha propiciado un odio franco a nuestros connacionales?

Lo más serio del tema es la entrega de un país que, hasta ahora, tuvo dignidad frente a quien actúa, ¡ése sí!, como nuestro adversario. Que ha despertado un racismo que estaba controlado. Que expulsa a personas que llevaban años viviendo en aquellos lares y cancela el sueño de jóvenes que llegaron de meses, a la que consideran su patria (Daydreamers), muchos de los cuales ni siquiera hablan español.

Gracias a López Obrador, a cualquiera que se atreva a decir que es mexicano, se le mal mira y digo, gracias a él, porque ha sido incapaz de actuar como un gobernante nacionalista. O, ¿con qué balanza pesa los desatinos del otro populista, contra nosotros?

Su crítica a las administraciones del pasado se esfumó –cuando logró saciar su ambición-, para dar paso a la más vergonzosa venta de nuestro territorio y nuestro destino.

Trump no engaña: con todas las letras dijo que se cobrará el favor a su debido tiempo. A saber, en su maquiavélica cabecita, cuál será el pago. ¡De vergüenza!



catalinanq@hotmail.com

@catalinanq