/ martes 16 de abril de 2024

Perspectiva de Género / Cuidadoras primarias y la ONU

Por Mari Rouss Villegas Balmori

En las calles 42 y York Avenue, en la preciosa Manhatan, se congregaron miles de mujeres de todo el mundo durante la CSW68 de las Naciones Unidas. Los huipiles, burkas, jeans, sneakers, tacones, dashikis, kangas, la valentía, el coraje, la fuerza, la inteligencia y la sororidad inhundaron esta zona de la Gran Manzana.

La CSW68 se refiere a la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW), que tuvo lugar en Nueva York. La CSW es un órgano funcional de la ONU dedicado exclusivamente a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Esta comisión se reúne anualmente para abordar temas relevantes para la igualdad de género y para formular políticas y recomendaciones destinadas a avanzar en la agenda de género a nivel mundial. La CSW68 abordó temas como la violencia de género, los derechos reproductivos, la participación política de las mujeres y otros aspectos relacionados con la igualdad de género.

Entre la multitud, resonaban historias de valentía, dolor, orgullo y dignidad. La sororidad se manifestaba en cada abrazo, en cada mirada solidaria, en cada palabra de apoyo. Pero también, en medio de esta sinfonía de experiencias, se alzaban voces que clamaban por justicia y cambio. La CSW68 no fue solo un espacio de discusión académica, sino un escenario donde se denunciaron las injusticias más atroces que enfrentan las mujeres en todo el mundo. Se destacaron temas críticos como el uso de la violencia sexual como arma de guerra en conflictos armados, la violencia sexual contra mujeres con discapacidad y la situación de desventaja de las mujeres indígenas. Una voz que resonó con particular fuerza fue la de Olimpia Coral, la activista que busca la erradicación de la violencia digital, sí Olimpia la de la Ley Olimpia. En este contexto, no puedo dejar de destacar la presencia y participación activa de mujeres mexicanas que han dedicado sus vidas a luchar por los derechos de las mujeres.


En lo personal, como Presidenta de la Fundación MGAS y Directora de Diversidad e Inclusión de Hogan Lovells México, mi compromiso se centra en alzar la voz por las cuidadoras primarias, esas mujeres valientes que día a día brindan su amor y dedicación a familiares con discapacidad o enfermedades crónicas degenerativas. La agenda de cuidados no debe faltar en ninguna reunión de mujeres líderes, ya que estas mujeres son la columna vertebral de nuestras comunidades y merecen todo nuestro reconocimiento y apoyo. Agradezco el privilegio de haber podido participar en este evento histórico, rodeada de mujeres que representan la diversidad, la equidad y la inclusión. La presencia de activistas y autoridades mexicanas como Nadine Gasman, Titular de INMUjeres, Marcela Hernández Oropa, Coordinadora Nacional de Red Nacional de Masculinidades Cómplices por la Igualdad, Maryangel García Ramos, Representante en México de Women Unabled, Flor Rodríguez, Directora de Repara Lumea, Andrea Legarci, Fundadorda de DIGNA, Luisa Gandara, Presidenta de Fundación GANFER, y Alexia Cortéz, Presidenta de AGORA entre otras, ha enriquecido enormemente esta experiencia.


La CSW68 ha sido mucho más que una conferencia; ha sido un espacio de encuentro, de aprendizaje y de acción. Sigamos trabajando juntas, en solidaridad y sororidad, para construir un mundo más justo, inclusivo y equitativo para todas las mujeres y niñas del mundo. Destaco la importancia de reconocer y valorar el papel fundamental de las mujeres cuidadoras primarias en nuestras sociedades. Estas mujeres, sean madres, hermanas, tías, amigas, abuelas o hijas, dedican su tiempo, energía y amor a brindar cuidados a familiares que lo necesitan, ya sea por discapacidad o enfermedades crónicas degenerativas. En la Fundación MGAS, hemos sido testigos del arduo trabajo y la dedicación inquebrantable de estas mujeres. Su labor es fundamental para el bienestar y la calidad de vida de quienes dependen de ellas, pero con frecuencia su esfuerzo pasa desapercibido o no recibe el reconocimiento y apoyo que merece. Es por eso que me siento llamada a levantar la voz en defensa de las cuidadoras primarias, a asegurarme de que sus necesidades y preocupaciones sean escuchadas y atendidas en todas las instancias pertinentes. En una reunión tan importante como la CSW68, donde se discuten políticas y estrategias para promover la igualdad de género, es fundamental incluir la agenda de cuidados y asegurar que estas mujeres sean parte integral de la conversación.

Además, como Directora de Diversidad, Equidad e Inclusión en Hogan Lovells México, me comprometo a trabajar a favor de lugares de trabajo con políticas y prácticas que reconozcan y valoren a os equipos diversos, entendiendo el enorme valor que suman a las diferentes empresas, organizaciones ya la sociedad en su totalidad.

Es crucial reconocer que las cuidadoras primarias enfrentan múltiples desafíos en su día a día. Muchas de ellas se ven obligadas a sacrificar sus propias aspiraciones y sueños para poder cuidar a sus seres queridos. La falta de apoyo financiero y emocional, así como la escasez de servicios de cuidados asequibles y de calidad, agravan aún más su situación. Es urgente que se implementen políticas y programas que reconozcan y respalden el trabajo de estas mujeres, brindándoles acceso a recursos y servicios que les permitan conciliar sus responsabilidades de cuidado con otras áreas de sus vidas, como la educación, el trabajo y el desarrollo personal.

Asimismo, es importante destacar que las mujeres cuidadoras no son un grupo homogéneo, sino que provienen de diversos contextos socioeconómicos, culturales y geográficos. Es necesario abordar las necesidades específicas de cada grupo, teniendo en cuenta factores como la edad, la situación migratoria, la orientación sexual y la identidad de género, entre otros. Las políticas y programas diseñados para apoyar a las cuidadoras deben ser inclusivos y sensibles a la diversidad de experiencias y realidades que enfrentan estas mujeres en su vida diaria.

La ONU, al dar este protagonismo a la agenda de género, ofrece una plataforma única para abordar estas cuestiones y promover un enfoque integral de la igualdad de género. La participación activa de mujeres líderes y defensoras de derechos en este evento es fundamental para asegurar que las voces de las cuidadoras primarias sean escuchadas y tenidas en cuenta en las discusiones y decisiones políticas. Además, es importante que se reconozca el papel fundamental de las mujeres en la promoción de la justicia social y el cambio transformador en nuestras sociedades.

Un tema doloroso que es importante reconocer y abordar con seriedad es el uso de la violencia sexual como arma de guerra en los conflictos armados. Esta práctica despreciable no solo causa un sufrimiento inmenso a las víctimas, sino que también socava la estabilidad y la seguridad de las comunidades afectadas. Es fundamental que la comunidad internacional adopte medidas concretas y eficaces para prevenir y castigar estos crímenes atroces, así como para brindar apoyo y protección a las supervivientes.

Otro tema que tabú y complejo de poner en la luz pública es la terrible violencia sexual contra mujeres con discapacidad, un problema que suele ser pasado por alto y que enfrenta una falta significativa de visibilidad y atención. Las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables a la violencia y el abuso debido a su posición marginalizada en la sociedad y a las barreras adicionales que enfrentan para acceder a servicios de apoyo y protección. Es fundamental que se reconozca y aborde esta forma de violencia de manera integral, teniendo en cuenta las necesidades específicas de las mujeres con discapacidad y garantizando su plena participación en los procesos de toma de decisiones que las afectan.

Otro tema crucial que se abordó en la CSW68 fue la situación de desventaja de las mujeres indígenas, quienes enfrentan múltiples formas de discriminación y violencia debido a su género, etnia y condición socioeconómica. Es fundamental que se reconozcan y respeten los derechos de las mujeres indígenas, así como su contribución invaluable a la preservación de la cultura y el medio ambiente. Las políticas y programas destinados a promover la igualdad de género deben tener en cuenta las necesidades y aspiraciones específicas de las mujeres indígenas y garantizar su plena participación en la toma de decisiones que afectan sus vidas y comunidades.

La CSW68 ha sido una experiencia inspiradora y enriquecedora que nos recuerda la importancia de seguir trabajando juntos para lograr la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo. Sigamos adelante con determinación y solidaridad, sabiendo que juntos podemos construir un futuro más justo y equitativo para todas y todos. ¡El poder de la sororidad y la colaboración es inmenso y juntos podemos lograr un cambio real y duradero!

Directora DEI Hogan Lovells México / Presidenta Fundación MGAS

Por Mari Rouss Villegas Balmori

En las calles 42 y York Avenue, en la preciosa Manhatan, se congregaron miles de mujeres de todo el mundo durante la CSW68 de las Naciones Unidas. Los huipiles, burkas, jeans, sneakers, tacones, dashikis, kangas, la valentía, el coraje, la fuerza, la inteligencia y la sororidad inhundaron esta zona de la Gran Manzana.

La CSW68 se refiere a la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW), que tuvo lugar en Nueva York. La CSW es un órgano funcional de la ONU dedicado exclusivamente a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Esta comisión se reúne anualmente para abordar temas relevantes para la igualdad de género y para formular políticas y recomendaciones destinadas a avanzar en la agenda de género a nivel mundial. La CSW68 abordó temas como la violencia de género, los derechos reproductivos, la participación política de las mujeres y otros aspectos relacionados con la igualdad de género.

Entre la multitud, resonaban historias de valentía, dolor, orgullo y dignidad. La sororidad se manifestaba en cada abrazo, en cada mirada solidaria, en cada palabra de apoyo. Pero también, en medio de esta sinfonía de experiencias, se alzaban voces que clamaban por justicia y cambio. La CSW68 no fue solo un espacio de discusión académica, sino un escenario donde se denunciaron las injusticias más atroces que enfrentan las mujeres en todo el mundo. Se destacaron temas críticos como el uso de la violencia sexual como arma de guerra en conflictos armados, la violencia sexual contra mujeres con discapacidad y la situación de desventaja de las mujeres indígenas. Una voz que resonó con particular fuerza fue la de Olimpia Coral, la activista que busca la erradicación de la violencia digital, sí Olimpia la de la Ley Olimpia. En este contexto, no puedo dejar de destacar la presencia y participación activa de mujeres mexicanas que han dedicado sus vidas a luchar por los derechos de las mujeres.


En lo personal, como Presidenta de la Fundación MGAS y Directora de Diversidad e Inclusión de Hogan Lovells México, mi compromiso se centra en alzar la voz por las cuidadoras primarias, esas mujeres valientes que día a día brindan su amor y dedicación a familiares con discapacidad o enfermedades crónicas degenerativas. La agenda de cuidados no debe faltar en ninguna reunión de mujeres líderes, ya que estas mujeres son la columna vertebral de nuestras comunidades y merecen todo nuestro reconocimiento y apoyo. Agradezco el privilegio de haber podido participar en este evento histórico, rodeada de mujeres que representan la diversidad, la equidad y la inclusión. La presencia de activistas y autoridades mexicanas como Nadine Gasman, Titular de INMUjeres, Marcela Hernández Oropa, Coordinadora Nacional de Red Nacional de Masculinidades Cómplices por la Igualdad, Maryangel García Ramos, Representante en México de Women Unabled, Flor Rodríguez, Directora de Repara Lumea, Andrea Legarci, Fundadorda de DIGNA, Luisa Gandara, Presidenta de Fundación GANFER, y Alexia Cortéz, Presidenta de AGORA entre otras, ha enriquecido enormemente esta experiencia.


La CSW68 ha sido mucho más que una conferencia; ha sido un espacio de encuentro, de aprendizaje y de acción. Sigamos trabajando juntas, en solidaridad y sororidad, para construir un mundo más justo, inclusivo y equitativo para todas las mujeres y niñas del mundo. Destaco la importancia de reconocer y valorar el papel fundamental de las mujeres cuidadoras primarias en nuestras sociedades. Estas mujeres, sean madres, hermanas, tías, amigas, abuelas o hijas, dedican su tiempo, energía y amor a brindar cuidados a familiares que lo necesitan, ya sea por discapacidad o enfermedades crónicas degenerativas. En la Fundación MGAS, hemos sido testigos del arduo trabajo y la dedicación inquebrantable de estas mujeres. Su labor es fundamental para el bienestar y la calidad de vida de quienes dependen de ellas, pero con frecuencia su esfuerzo pasa desapercibido o no recibe el reconocimiento y apoyo que merece. Es por eso que me siento llamada a levantar la voz en defensa de las cuidadoras primarias, a asegurarme de que sus necesidades y preocupaciones sean escuchadas y atendidas en todas las instancias pertinentes. En una reunión tan importante como la CSW68, donde se discuten políticas y estrategias para promover la igualdad de género, es fundamental incluir la agenda de cuidados y asegurar que estas mujeres sean parte integral de la conversación.

Además, como Directora de Diversidad, Equidad e Inclusión en Hogan Lovells México, me comprometo a trabajar a favor de lugares de trabajo con políticas y prácticas que reconozcan y valoren a os equipos diversos, entendiendo el enorme valor que suman a las diferentes empresas, organizaciones ya la sociedad en su totalidad.

Es crucial reconocer que las cuidadoras primarias enfrentan múltiples desafíos en su día a día. Muchas de ellas se ven obligadas a sacrificar sus propias aspiraciones y sueños para poder cuidar a sus seres queridos. La falta de apoyo financiero y emocional, así como la escasez de servicios de cuidados asequibles y de calidad, agravan aún más su situación. Es urgente que se implementen políticas y programas que reconozcan y respalden el trabajo de estas mujeres, brindándoles acceso a recursos y servicios que les permitan conciliar sus responsabilidades de cuidado con otras áreas de sus vidas, como la educación, el trabajo y el desarrollo personal.

Asimismo, es importante destacar que las mujeres cuidadoras no son un grupo homogéneo, sino que provienen de diversos contextos socioeconómicos, culturales y geográficos. Es necesario abordar las necesidades específicas de cada grupo, teniendo en cuenta factores como la edad, la situación migratoria, la orientación sexual y la identidad de género, entre otros. Las políticas y programas diseñados para apoyar a las cuidadoras deben ser inclusivos y sensibles a la diversidad de experiencias y realidades que enfrentan estas mujeres en su vida diaria.

La ONU, al dar este protagonismo a la agenda de género, ofrece una plataforma única para abordar estas cuestiones y promover un enfoque integral de la igualdad de género. La participación activa de mujeres líderes y defensoras de derechos en este evento es fundamental para asegurar que las voces de las cuidadoras primarias sean escuchadas y tenidas en cuenta en las discusiones y decisiones políticas. Además, es importante que se reconozca el papel fundamental de las mujeres en la promoción de la justicia social y el cambio transformador en nuestras sociedades.

Un tema doloroso que es importante reconocer y abordar con seriedad es el uso de la violencia sexual como arma de guerra en los conflictos armados. Esta práctica despreciable no solo causa un sufrimiento inmenso a las víctimas, sino que también socava la estabilidad y la seguridad de las comunidades afectadas. Es fundamental que la comunidad internacional adopte medidas concretas y eficaces para prevenir y castigar estos crímenes atroces, así como para brindar apoyo y protección a las supervivientes.

Otro tema que tabú y complejo de poner en la luz pública es la terrible violencia sexual contra mujeres con discapacidad, un problema que suele ser pasado por alto y que enfrenta una falta significativa de visibilidad y atención. Las mujeres con discapacidad son especialmente vulnerables a la violencia y el abuso debido a su posición marginalizada en la sociedad y a las barreras adicionales que enfrentan para acceder a servicios de apoyo y protección. Es fundamental que se reconozca y aborde esta forma de violencia de manera integral, teniendo en cuenta las necesidades específicas de las mujeres con discapacidad y garantizando su plena participación en los procesos de toma de decisiones que las afectan.

Otro tema crucial que se abordó en la CSW68 fue la situación de desventaja de las mujeres indígenas, quienes enfrentan múltiples formas de discriminación y violencia debido a su género, etnia y condición socioeconómica. Es fundamental que se reconozcan y respeten los derechos de las mujeres indígenas, así como su contribución invaluable a la preservación de la cultura y el medio ambiente. Las políticas y programas destinados a promover la igualdad de género deben tener en cuenta las necesidades y aspiraciones específicas de las mujeres indígenas y garantizar su plena participación en la toma de decisiones que afectan sus vidas y comunidades.

La CSW68 ha sido una experiencia inspiradora y enriquecedora que nos recuerda la importancia de seguir trabajando juntos para lograr la igualdad de género y los derechos de las mujeres en todo el mundo. Sigamos adelante con determinación y solidaridad, sabiendo que juntos podemos construir un futuro más justo y equitativo para todas y todos. ¡El poder de la sororidad y la colaboración es inmenso y juntos podemos lograr un cambio real y duradero!

Directora DEI Hogan Lovells México / Presidenta Fundación MGAS