/ jueves 30 de junio de 2022

Recarbonización alemana y transición energética en México

El pasado 23 de junio, el Gobierno alemán anunció la activación de la fase dos del plan nacional de emergencia para enfrentar la falta o disminución importante del suministro de gas, derivada de que la empresa estatal rusa Gazprom redujo en alrededor de un 60 por ciento, desde el 15 de junio y hasta ahora, las entregas de este insumo al país germano.

Grazprom señaló que la reducción se debe a que dos de las turbinas del gasoducto Nord Stream 1, las cuales conectan directamente las estaciones de bombeo rusas con Alemania a través del mar Báltico, se encuentran en reparación. La multinacional alemana Siemens, que está a cargo de la compostura de ambas piezas, indicó que una de ellas está siendo arreglada en Canadá, pero no se ha devuelto en virtud de las sanciones canadienses, estadounidenses y europeas a Gazprom, en el marco de la guerra en Ucrania.

Por su parte, el Gobierno ruso manifestó que la segunda turbina se encuentra en reparación en San Petersburgo, proceso que ha sufrido demora debido al retraso en la entrega de componentes por parte de la misma firma alemana Siemens.

Ante la disminución del abastecimiento de gas ruso a Alemania, el ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, expresó que ello “Se trata de un ataque económico que fue llevado a cabo de forma deliberada por el presidente ruso Vladímir Putin”.

De manera paralela a la activación de la mencionada fase, el ministro Habeck anunció desde el 19 de junio pasado que se utilizarán más las carboeléctricas, como acción provisional para reducir el consumo de gas.

La recarbonización alemana, resultado de una transición energética planeada tecnocrática y neoliberalmente, no es una medida nueva, ya que se venía dando desde 2019, antes de la guerra en Ucrania, y apareció por el cierre de las plantas nucleares, cuyo plazo se fijó en 2022, así como por la insuficiente generación eléctrica de parte de las fuentes de energía alternativas.

En México, la transición energética hacia fuentes de energía limpias va por buen camino y se realiza a partir de la supervisión y planeación del Estado, y bajo el principio de soberanía energética. Así, el orden de entrega de electricidad a la Red Nacional de Transmisión por parte de las centrales de generación eléctrica del país es el siguiente: 1) hidroeléctrica, 2) nuclear, 3) geotérmica, 4) gas CFE, 5) térmica, 6) eólica, 7) solar, 8) gas particulares, y 9) carbón.

Cabe señalar que México, por medio de la CFE, cuenta sólo con tres carboeléctricas, mientras que, por ejemplo, China tiene 1,110; Estados Unidos, 240, y Alemania, 63. La electricidad que se produce por medio del carbón es altamente contaminante. Por ello, somos de los países con menor porcentaje de generación eléctrica a través de este insumo (con un tres por ciento).

Sin duda, el ejemplo alemán deja ver que la transición energética es un tema complejo, el cual se debe realizar bajo una planeación ordenada y progresiva, sin sobrevalorar la capacidad de las energías alternativas para generar la electricidad que los países requieren, pero logrando un equilibrio entre la proveniente de las centrales nucleares que funcionan y aquellas que se han desactivado. Esto también en relación con la producción de electricidad que pueden brindar las energías renovables, pero sin perder de vista el enfoque de soberanía que elimine la dependencia energética de un país respecto a otro.

En México se ha retomado el control de la planeación y el desarrollo de la transición energética, priorizando fuentes limpias, pero sin sobrestimar a algunas —como la solar o la eólica—, para así evitar que no pueda ser cubierta de manera permanente la demanda eléctrica que el país necesita.

Por ello, la validación que hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación el pasado mes de abril a los cambios propuestos por el presidente López Obrador a la Ley de la Industria Eléctrica, con el fin de seguir fortaleciendo a la CFE y mantener el compromiso gubernamental de no aumentar el precio de la electricidad, es un hecho histórico en favor de este sector y la soberanía energética del país.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA


El pasado 23 de junio, el Gobierno alemán anunció la activación de la fase dos del plan nacional de emergencia para enfrentar la falta o disminución importante del suministro de gas, derivada de que la empresa estatal rusa Gazprom redujo en alrededor de un 60 por ciento, desde el 15 de junio y hasta ahora, las entregas de este insumo al país germano.

Grazprom señaló que la reducción se debe a que dos de las turbinas del gasoducto Nord Stream 1, las cuales conectan directamente las estaciones de bombeo rusas con Alemania a través del mar Báltico, se encuentran en reparación. La multinacional alemana Siemens, que está a cargo de la compostura de ambas piezas, indicó que una de ellas está siendo arreglada en Canadá, pero no se ha devuelto en virtud de las sanciones canadienses, estadounidenses y europeas a Gazprom, en el marco de la guerra en Ucrania.

Por su parte, el Gobierno ruso manifestó que la segunda turbina se encuentra en reparación en San Petersburgo, proceso que ha sufrido demora debido al retraso en la entrega de componentes por parte de la misma firma alemana Siemens.

Ante la disminución del abastecimiento de gas ruso a Alemania, el ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, expresó que ello “Se trata de un ataque económico que fue llevado a cabo de forma deliberada por el presidente ruso Vladímir Putin”.

De manera paralela a la activación de la mencionada fase, el ministro Habeck anunció desde el 19 de junio pasado que se utilizarán más las carboeléctricas, como acción provisional para reducir el consumo de gas.

La recarbonización alemana, resultado de una transición energética planeada tecnocrática y neoliberalmente, no es una medida nueva, ya que se venía dando desde 2019, antes de la guerra en Ucrania, y apareció por el cierre de las plantas nucleares, cuyo plazo se fijó en 2022, así como por la insuficiente generación eléctrica de parte de las fuentes de energía alternativas.

En México, la transición energética hacia fuentes de energía limpias va por buen camino y se realiza a partir de la supervisión y planeación del Estado, y bajo el principio de soberanía energética. Así, el orden de entrega de electricidad a la Red Nacional de Transmisión por parte de las centrales de generación eléctrica del país es el siguiente: 1) hidroeléctrica, 2) nuclear, 3) geotérmica, 4) gas CFE, 5) térmica, 6) eólica, 7) solar, 8) gas particulares, y 9) carbón.

Cabe señalar que México, por medio de la CFE, cuenta sólo con tres carboeléctricas, mientras que, por ejemplo, China tiene 1,110; Estados Unidos, 240, y Alemania, 63. La electricidad que se produce por medio del carbón es altamente contaminante. Por ello, somos de los países con menor porcentaje de generación eléctrica a través de este insumo (con un tres por ciento).

Sin duda, el ejemplo alemán deja ver que la transición energética es un tema complejo, el cual se debe realizar bajo una planeación ordenada y progresiva, sin sobrevalorar la capacidad de las energías alternativas para generar la electricidad que los países requieren, pero logrando un equilibrio entre la proveniente de las centrales nucleares que funcionan y aquellas que se han desactivado. Esto también en relación con la producción de electricidad que pueden brindar las energías renovables, pero sin perder de vista el enfoque de soberanía que elimine la dependencia energética de un país respecto a otro.

En México se ha retomado el control de la planeación y el desarrollo de la transición energética, priorizando fuentes limpias, pero sin sobrestimar a algunas —como la solar o la eólica—, para así evitar que no pueda ser cubierta de manera permanente la demanda eléctrica que el país necesita.

Por ello, la validación que hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación el pasado mes de abril a los cambios propuestos por el presidente López Obrador a la Ley de la Industria Eléctrica, con el fin de seguir fortaleciendo a la CFE y mantener el compromiso gubernamental de no aumentar el precio de la electricidad, es un hecho histórico en favor de este sector y la soberanía energética del país.


ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA