/ viernes 3 de agosto de 2018

Sin Gafete

A partir de su llegada a la secretaría de Seguridad pública de la Ciudad de México no ha soltado el chaleco antibalas. Y gracias a eso se han detenido aproximadamente 150 asaltantes cada día, se han resuelto secuestros y evitado robos de vehículos en el momento.

¿Diferencia con su antecesor? Del tamaño del planeta tierra. No sólo porque personalmente acude al lugar de los hechos, supervisa, ordena, sino porque todos los “arreglos” en lo oscurito que tenían paralizada a la policía, para decirlo de una manera amable, se desbarataron.

En el argot policíaco se repite mucho una frase: Lo de antes como antes, lo de hoy como hoy. Y vaya que se cumple en las oficinas de la Zona Rosa.

Los helicópteros están vigilando todo el día. Las patrullas en la calle. Y el sentido común prevalece. Es decir, vigilar las zonas donde ha habido mayor número de asaltos.

Darse por enterado. Hacer su chamba. Enfrentar a los malos.

Dejar de un lado las complicidades con criminales que nos han tenido con "el Jesús en la boca" por mucho tiempo.

¿Con esto es suficiente? Diría que es bastante. Que se trata de un cambio radical. Que la policía sea eso: policía. Sea autoridad que cuida a los ciudadanos. No lo era. ¿Asunto de dinero? Quiero suponer que, de muchos intereses y mucha incapacidad, enormes incapacidades consentidas. Los que se fueron no iban pobres.

¿Cómo se termina con la corrupción en el interior de una institución como la policía de la Ciudad de México, que tiene mayor número que muchos ejércitos en el mundo? No aceptando dinero. Collins al llegar a su oficina llamó a todos los jefes y les dijo, justamente, que no había cuotas, que no había petición de dinero por parte de ninguno. Y punto. Si no permea arriba…

¿Y la inseguridad? ¿Es suficiente con la presencia de la policía? Quiero suponer que es un principio incuestionable. Presencia comprometida, supervisada desde la misma oficina de Collins, al que no le cuentan mentiras.

¿Hay delincuencia organizada en la Ciudad de México?

Es obvio que sí. ¿Podrá Collins contra ésta? Diría yo que, si alguien puede confrontarlos de frente, es Raymundo Collins. Sabe quiénes son y no les tiene miedo, no acepta negociaciones ni cochupos.

Paso a paso.

Collins tiene vocación por la seguridad. Conoce los entretelones de la policía de la Ciudad de México desde hace muchos años. Sabe de qué lado mascan las iguanas poderosas y ha salido incólume de muchas batallas.

¿Cuatro meses alcanzan? No sé si para el cambio profundo que se necesita. Por lo pronto unos días, semanas apenas han alcanzado para romper con apatía, simulación y complicidad.

Por lo pronto si le roban la bicicleta, si lo intentan asaltar, si oye pasos en la sala de su casa, si se da cuenta de que lo vienen siguiendo, marque el 911 que está funcionando. La policía va a llegar. Y muchas veces también su jefe…

Collins tiene vocación por la seguridad. Conoce los entretelones de la policía

@isabelarvide / EstadoMayor.mx / CambioQRR.com


A partir de su llegada a la secretaría de Seguridad pública de la Ciudad de México no ha soltado el chaleco antibalas. Y gracias a eso se han detenido aproximadamente 150 asaltantes cada día, se han resuelto secuestros y evitado robos de vehículos en el momento.

¿Diferencia con su antecesor? Del tamaño del planeta tierra. No sólo porque personalmente acude al lugar de los hechos, supervisa, ordena, sino porque todos los “arreglos” en lo oscurito que tenían paralizada a la policía, para decirlo de una manera amable, se desbarataron.

En el argot policíaco se repite mucho una frase: Lo de antes como antes, lo de hoy como hoy. Y vaya que se cumple en las oficinas de la Zona Rosa.

Los helicópteros están vigilando todo el día. Las patrullas en la calle. Y el sentido común prevalece. Es decir, vigilar las zonas donde ha habido mayor número de asaltos.

Darse por enterado. Hacer su chamba. Enfrentar a los malos.

Dejar de un lado las complicidades con criminales que nos han tenido con "el Jesús en la boca" por mucho tiempo.

¿Con esto es suficiente? Diría que es bastante. Que se trata de un cambio radical. Que la policía sea eso: policía. Sea autoridad que cuida a los ciudadanos. No lo era. ¿Asunto de dinero? Quiero suponer que, de muchos intereses y mucha incapacidad, enormes incapacidades consentidas. Los que se fueron no iban pobres.

¿Cómo se termina con la corrupción en el interior de una institución como la policía de la Ciudad de México, que tiene mayor número que muchos ejércitos en el mundo? No aceptando dinero. Collins al llegar a su oficina llamó a todos los jefes y les dijo, justamente, que no había cuotas, que no había petición de dinero por parte de ninguno. Y punto. Si no permea arriba…

¿Y la inseguridad? ¿Es suficiente con la presencia de la policía? Quiero suponer que es un principio incuestionable. Presencia comprometida, supervisada desde la misma oficina de Collins, al que no le cuentan mentiras.

¿Hay delincuencia organizada en la Ciudad de México?

Es obvio que sí. ¿Podrá Collins contra ésta? Diría yo que, si alguien puede confrontarlos de frente, es Raymundo Collins. Sabe quiénes son y no les tiene miedo, no acepta negociaciones ni cochupos.

Paso a paso.

Collins tiene vocación por la seguridad. Conoce los entretelones de la policía de la Ciudad de México desde hace muchos años. Sabe de qué lado mascan las iguanas poderosas y ha salido incólume de muchas batallas.

¿Cuatro meses alcanzan? No sé si para el cambio profundo que se necesita. Por lo pronto unos días, semanas apenas han alcanzado para romper con apatía, simulación y complicidad.

Por lo pronto si le roban la bicicleta, si lo intentan asaltar, si oye pasos en la sala de su casa, si se da cuenta de que lo vienen siguiendo, marque el 911 que está funcionando. La policía va a llegar. Y muchas veces también su jefe…

Collins tiene vocación por la seguridad. Conoce los entretelones de la policía

@isabelarvide / EstadoMayor.mx / CambioQRR.com