/ martes 3 de octubre de 2017

Sin Gafete

Un técnico en Turismo, Luis Felipe Puente, presuntamente estuvo a cargo de la respuesta oficial a los sismos de septiembre.

¿Por qué presuntamente? Porque hemos insistido en que el Plan MX, que se puso en efecto ante la emergencia, en todas las ciudades afectadas por los sismos, no tiene un mando aparente. Esto, aparte del primer mandatario, que para efectos prácticos tiene la responsabilidad mayor. Este señor, a cargo de Protección Civil, que viene del Estado de México, que no tiene preparación profesional para el cargo que desempeña, qué hizo, que contabilidad ha llevado de los edificios colapsadas o las víctimas, qué decisiones tomó.

Hay muchos cuestionamientos pendientes. El primero quién decidió qué autoridad sería responsable del rescate de cada uno de los edificios que se cayeron. Porque en alguno estuvieron los militares, en otros los marinos, y donde hubo el mayor número de víctimas, donde se siguen buscando cuerpos, el de Álvaro Obregón 286 el mando recayó en autoridades del gobierno de la Ciudad de México, quienes enviaron a funcionarios menores, sin ninguna experiencia en el tema.

En los Estados no sabemos qué papel jugaron los presidentes municipales, los gobernadores, la sociedad civil. Lo único que sigue llegándonos son las imágenes de destrucción y abandono. Ni siquiera conocemos qué hicieron el jefe de gobierno de la Ciudad y los delegados, o las razones por las que no estuvieron cada día en los edificios colapsados.

¿Cuándo se decidió, por quiénes, que había que demoler un edificio como sucedió con el de las costureras, en el centro de la Ciudad de México? ¿Quiénes hicieron las listas de las personas aparentemente atrapadas entre los escombros, quiénes decidieron enviar los cadáveres al Servicio Forense sin ser identificadas o, siquiera, avisar a sus familiares?

¿Quién organizó la participación de los expertos extranjeros que vinieron a ayudar? ¿Por qué unos se quedaron más tiempo que otros?

Lo cierto, verdad inmensa, es que el gobierno no está preparado para estas emergencias.

Por muchos años, sobre todo los inmediatos posteriores al sismo del 85, se habló del Plan DNIII como la respuesta inmediata a una catástrofe como la que vivimos. La Secretaría de Marina, a su vez, preparó otro Plan para enfrentar emergencias.

¿Y quién diseñó, por qué, para qué efectos, el Plan MX?

Al nombrar a Puente en Protección Civil tal vez, quiero imaginar, no se tomó en cuenta su falta de preparación profesional y de experiencia en este ámbito. Esto pensando que no iba a hacer falta, que su posición era cómoda. No ha sido así.

¿Cómo entran los programas de reconstrucción en esto? ¿A partir de qué criterio se decidió “regalar” tarjetas hasta de 120 mil pesos para que las víctimas que perdieron sus casas puedan reconstruirlas? ¿Esto es un criterio federal, directamente del presidente Peña Nieto?

¿Y la ayuda de renta de 3 mil pesos por 3 meses… a quién se le ocurrió?

¡Qué necesidad de que todo parezca improvisado, diseñado sobre las rodillas! Somos un país que ha vivido grandes tragedias por inundaciones, por huracanes, por sismos. Y todo indica que así seguirá pasando. ¿Por qué no estamos preparados, profesionalmente, para responder ante esta realidad?

En los primeros días posteriores a este 19 de septiembre se repitió el error de hace 32 años, de mandar a militares armados a “cuidar” los edificios derrumbados. Esto, dijeron, para “salvaguardar el orden”. Por su parte, el caos de información del colegio Rébsamen dañó la imagen de la Secretaría de Marina sin necesidad.

@isabelarvide

EstadoMayor.mx

CambioQRR.com

Un técnico en Turismo, Luis Felipe Puente, presuntamente estuvo a cargo de la respuesta oficial a los sismos de septiembre.

¿Por qué presuntamente? Porque hemos insistido en que el Plan MX, que se puso en efecto ante la emergencia, en todas las ciudades afectadas por los sismos, no tiene un mando aparente. Esto, aparte del primer mandatario, que para efectos prácticos tiene la responsabilidad mayor. Este señor, a cargo de Protección Civil, que viene del Estado de México, que no tiene preparación profesional para el cargo que desempeña, qué hizo, que contabilidad ha llevado de los edificios colapsadas o las víctimas, qué decisiones tomó.

Hay muchos cuestionamientos pendientes. El primero quién decidió qué autoridad sería responsable del rescate de cada uno de los edificios que se cayeron. Porque en alguno estuvieron los militares, en otros los marinos, y donde hubo el mayor número de víctimas, donde se siguen buscando cuerpos, el de Álvaro Obregón 286 el mando recayó en autoridades del gobierno de la Ciudad de México, quienes enviaron a funcionarios menores, sin ninguna experiencia en el tema.

En los Estados no sabemos qué papel jugaron los presidentes municipales, los gobernadores, la sociedad civil. Lo único que sigue llegándonos son las imágenes de destrucción y abandono. Ni siquiera conocemos qué hicieron el jefe de gobierno de la Ciudad y los delegados, o las razones por las que no estuvieron cada día en los edificios colapsados.

¿Cuándo se decidió, por quiénes, que había que demoler un edificio como sucedió con el de las costureras, en el centro de la Ciudad de México? ¿Quiénes hicieron las listas de las personas aparentemente atrapadas entre los escombros, quiénes decidieron enviar los cadáveres al Servicio Forense sin ser identificadas o, siquiera, avisar a sus familiares?

¿Quién organizó la participación de los expertos extranjeros que vinieron a ayudar? ¿Por qué unos se quedaron más tiempo que otros?

Lo cierto, verdad inmensa, es que el gobierno no está preparado para estas emergencias.

Por muchos años, sobre todo los inmediatos posteriores al sismo del 85, se habló del Plan DNIII como la respuesta inmediata a una catástrofe como la que vivimos. La Secretaría de Marina, a su vez, preparó otro Plan para enfrentar emergencias.

¿Y quién diseñó, por qué, para qué efectos, el Plan MX?

Al nombrar a Puente en Protección Civil tal vez, quiero imaginar, no se tomó en cuenta su falta de preparación profesional y de experiencia en este ámbito. Esto pensando que no iba a hacer falta, que su posición era cómoda. No ha sido así.

¿Cómo entran los programas de reconstrucción en esto? ¿A partir de qué criterio se decidió “regalar” tarjetas hasta de 120 mil pesos para que las víctimas que perdieron sus casas puedan reconstruirlas? ¿Esto es un criterio federal, directamente del presidente Peña Nieto?

¿Y la ayuda de renta de 3 mil pesos por 3 meses… a quién se le ocurrió?

¡Qué necesidad de que todo parezca improvisado, diseñado sobre las rodillas! Somos un país que ha vivido grandes tragedias por inundaciones, por huracanes, por sismos. Y todo indica que así seguirá pasando. ¿Por qué no estamos preparados, profesionalmente, para responder ante esta realidad?

En los primeros días posteriores a este 19 de septiembre se repitió el error de hace 32 años, de mandar a militares armados a “cuidar” los edificios derrumbados. Esto, dijeron, para “salvaguardar el orden”. Por su parte, el caos de información del colegio Rébsamen dañó la imagen de la Secretaría de Marina sin necesidad.

@isabelarvide

EstadoMayor.mx

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