/ viernes 24 de diciembre de 2021

Sutilezas | Termina 2021, entre pocas esperanzas y pocos resultados 

Recuerdo aún, de una forma muy cercana, como hacia el final de un caótico año, como lo fue el 2020, buscábamos ver al 2021 con algún grado de esperanza, quizá pensando que al menos, peor, no iba a ser.

Durante el 2020, vivimos el inicio y puntos culminantes de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que desarrolla la enfermedad conocida como covid-19. Diariamente, nos enterábamos de cómo iban muriendo a lo largo y ancho del mundo miles de personas, al tiempo que la economía global iba entrando en crisis y cientos de miles de negocios iban cerrando sus puertas, al tiempo que el desempleo se multiplicaba.

Con el 2021, venían llegando las primeras vacunas contra la devastadora enfermedad, destacando en principio las Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson y AstraZeneca, al tiempo que la rusa, Sputnik V, desarrollada por el instituto Gamaleya, resultaba más un motivo de polémica, que, de esperanza, a un grado tal, que, hasta el presidente, Vladimir Putin, eludió el inoculársela.

Tal como se esperaba, fue el mundo desarrollado el primero en administrar a su población, de forma masiva, el biológico, siendo el país que lo hizo de una forma más rápida, Israel, que compró las vacunas con anticipación, ocurriendo algo similar con la Gran Bretaña.

Estados Unidos, llegó a hacerlo a un ritmo de 2 millones de inoculaciones diarias, pero allá, se politizó a un grado tal la administración de la vacuna, que los estados gobernados por republicanos, son aquellos en los que más personas se han negado a vacunarse, lo que ha complicado las cosas con la llegada de nuevas cepas del virus, como la Delta y la más reciente, Ómicron, cuyo ritmo de contagio es mucho más rápido que las variantes previas.

En la medida en que fue avanzando el ritmo de vacunación, al menos en el mundo desarrollado, se fue registrando un importante grado de recuperación económica, que en buena medida se volvió esperanzador, pero hay dos factores que han limitado la nueva movilidad económica, uno es que al limitarse la inoculación de vacunas en naciones en vías de desarrollo, estas se vuelven caldo de cultivo para nuevas cepas del coronavirus, lo que hace a la búsqueda global de un nuevo crecimiento, más lenta.

Por otra parte, el hecho de que importantes grupos de población se estén negando a colocarse las vacunas, en las naciones desarrolladas, termina facilitando que el virus y sus nuevas variantes, lleguen a contagiarse con mayor velocidad, provocando incluso nuevos récords de hospitalizaciones, así como ocupación de unidades de terapia intensiva.

Es precisamente en este contexto, que estamos llegando al final del 2021, con la esperanza de colocarnos dosis de refuerzo de las vacunas, hacia el 2022 e incluso poder tener cuartas dosis Enel mismo año, para de tal forma, volver a estar fortalecidos frente al SARS-CoV-2 y así poder tener un 2023 en relativa normalidad.

México, por supuesto forma parte de todo esto, con más del 50% de la población ya vacunada, pero ahora con la necesidad de terceras dosis, todo un reto para el año por venir.



*: Diputada Federal por Durango

yolanda.delatorre@diputados.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @yoladelatorre


Recuerdo aún, de una forma muy cercana, como hacia el final de un caótico año, como lo fue el 2020, buscábamos ver al 2021 con algún grado de esperanza, quizá pensando que al menos, peor, no iba a ser.

Durante el 2020, vivimos el inicio y puntos culminantes de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que desarrolla la enfermedad conocida como covid-19. Diariamente, nos enterábamos de cómo iban muriendo a lo largo y ancho del mundo miles de personas, al tiempo que la economía global iba entrando en crisis y cientos de miles de negocios iban cerrando sus puertas, al tiempo que el desempleo se multiplicaba.

Con el 2021, venían llegando las primeras vacunas contra la devastadora enfermedad, destacando en principio las Pfizer-BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson y AstraZeneca, al tiempo que la rusa, Sputnik V, desarrollada por el instituto Gamaleya, resultaba más un motivo de polémica, que, de esperanza, a un grado tal, que, hasta el presidente, Vladimir Putin, eludió el inoculársela.

Tal como se esperaba, fue el mundo desarrollado el primero en administrar a su población, de forma masiva, el biológico, siendo el país que lo hizo de una forma más rápida, Israel, que compró las vacunas con anticipación, ocurriendo algo similar con la Gran Bretaña.

Estados Unidos, llegó a hacerlo a un ritmo de 2 millones de inoculaciones diarias, pero allá, se politizó a un grado tal la administración de la vacuna, que los estados gobernados por republicanos, son aquellos en los que más personas se han negado a vacunarse, lo que ha complicado las cosas con la llegada de nuevas cepas del virus, como la Delta y la más reciente, Ómicron, cuyo ritmo de contagio es mucho más rápido que las variantes previas.

En la medida en que fue avanzando el ritmo de vacunación, al menos en el mundo desarrollado, se fue registrando un importante grado de recuperación económica, que en buena medida se volvió esperanzador, pero hay dos factores que han limitado la nueva movilidad económica, uno es que al limitarse la inoculación de vacunas en naciones en vías de desarrollo, estas se vuelven caldo de cultivo para nuevas cepas del coronavirus, lo que hace a la búsqueda global de un nuevo crecimiento, más lenta.

Por otra parte, el hecho de que importantes grupos de población se estén negando a colocarse las vacunas, en las naciones desarrolladas, termina facilitando que el virus y sus nuevas variantes, lleguen a contagiarse con mayor velocidad, provocando incluso nuevos récords de hospitalizaciones, así como ocupación de unidades de terapia intensiva.

Es precisamente en este contexto, que estamos llegando al final del 2021, con la esperanza de colocarnos dosis de refuerzo de las vacunas, hacia el 2022 e incluso poder tener cuartas dosis Enel mismo año, para de tal forma, volver a estar fortalecidos frente al SARS-CoV-2 y así poder tener un 2023 en relativa normalidad.

México, por supuesto forma parte de todo esto, con más del 50% de la población ya vacunada, pero ahora con la necesidad de terceras dosis, todo un reto para el año por venir.



*: Diputada Federal por Durango

yolanda.delatorre@diputados.gob.mx

FB: YolandaDeLaTorreV

Tw: @yoladelatorre