/ jueves 13 de junio de 2019

Tiempo extra

A pesar de que todavía no concluyen, estas finales de la NBA entre Golden State y Toronto se han convertido en un evento sin precedentes que modificará el panorama de la liga para siempre.

Con 9:52 por disputarse en el segundo cuarto del partido #5, Kevin Durant intenta driblar a Serge Ibaka. En ese instante (literalmente se puede ver en cámara lenta), el tendón de Aquiles del súper estrella reventó, poniendo en movimiento un efecto en cadena que transformará el basquetbol que conocemos.

¿Golden State lo empujó demasiado a jugar o fue el propio Durant?

¿Durant, los Warriors o ambos fueron influenciados por factores externos para que regresara a la duela?

¿Existió presión de sus compañeros de jugar lo más pronto posible después que varios de ellos señalaron que estaban jugando lastimados?

¿Los médicos del equipo le afirmaron que no podía empeorar la lesión?

¿Su agente negoció con la gerencia general algo que todavía no conocemos?

¿Está en riesgo la agencia libre de Durant?

¿Su carrera será limitada de alguna manera por esta lesión?

Todas estas preguntas serán lanzadas incesantemente en los próximos meses y algunas de ellas nunca tendrán respuesta.

Lo que les aseguro es que a partir de ahora la liga, directivos y equipos ya no tendrán influencia alguna para obligar a sus basquetbolistas a jugar los partidos como antes lo hacía, si es que existían discrepancias de opiniones sobre la magnitud de las lesiones. La asociación de jugadores tomará medidas para blindar aún más a sus representados en este rubro, sin olvidar que también tomarán acción en el penoso capítulo de Mark Stevens (el dueño minoritario de Warriors que empujó a Kyle Lowry), para que no vuelva a suceder.

Esto será sólo el inicio de un monumental cambio que terminará fortaleciendo los derechos de los jugadores en la liga.

También es momento de que todos los que alguna vez atacaron y cuestionaron la integridad de Kevin Durant se coman sus palabras o por lo menos le ofrezcan una disculpa públicamente.

Será hasta dentro de unas semanas que sabremos exactamente los planes de Durant en la agencia libre.

Podría hacer válida su opción de jugador de 1 año y 31.5 MDD para quedarse en Golden State o inclusive firmar un contrato multianual con los Warriors, sin embargo sus planes antes de la lesión eran firmar con otro equipo por 4 años y 164 MDD.

¿Será que esto cambie sus planes?

Lo único seguro es que lo que decida Durant cambiará para siempre la NBA.

A pesar de que todavía no concluyen, estas finales de la NBA entre Golden State y Toronto se han convertido en un evento sin precedentes que modificará el panorama de la liga para siempre.

Con 9:52 por disputarse en el segundo cuarto del partido #5, Kevin Durant intenta driblar a Serge Ibaka. En ese instante (literalmente se puede ver en cámara lenta), el tendón de Aquiles del súper estrella reventó, poniendo en movimiento un efecto en cadena que transformará el basquetbol que conocemos.

¿Golden State lo empujó demasiado a jugar o fue el propio Durant?

¿Durant, los Warriors o ambos fueron influenciados por factores externos para que regresara a la duela?

¿Existió presión de sus compañeros de jugar lo más pronto posible después que varios de ellos señalaron que estaban jugando lastimados?

¿Los médicos del equipo le afirmaron que no podía empeorar la lesión?

¿Su agente negoció con la gerencia general algo que todavía no conocemos?

¿Está en riesgo la agencia libre de Durant?

¿Su carrera será limitada de alguna manera por esta lesión?

Todas estas preguntas serán lanzadas incesantemente en los próximos meses y algunas de ellas nunca tendrán respuesta.

Lo que les aseguro es que a partir de ahora la liga, directivos y equipos ya no tendrán influencia alguna para obligar a sus basquetbolistas a jugar los partidos como antes lo hacía, si es que existían discrepancias de opiniones sobre la magnitud de las lesiones. La asociación de jugadores tomará medidas para blindar aún más a sus representados en este rubro, sin olvidar que también tomarán acción en el penoso capítulo de Mark Stevens (el dueño minoritario de Warriors que empujó a Kyle Lowry), para que no vuelva a suceder.

Esto será sólo el inicio de un monumental cambio que terminará fortaleciendo los derechos de los jugadores en la liga.

También es momento de que todos los que alguna vez atacaron y cuestionaron la integridad de Kevin Durant se coman sus palabras o por lo menos le ofrezcan una disculpa públicamente.

Será hasta dentro de unas semanas que sabremos exactamente los planes de Durant en la agencia libre.

Podría hacer válida su opción de jugador de 1 año y 31.5 MDD para quedarse en Golden State o inclusive firmar un contrato multianual con los Warriors, sin embargo sus planes antes de la lesión eran firmar con otro equipo por 4 años y 164 MDD.

¿Será que esto cambie sus planes?

Lo único seguro es que lo que decida Durant cambiará para siempre la NBA.