/ jueves 20 de junio de 2019

Tiempo extra

El efecto LeBron-Warriors

Hace un año LeBron James firmaba con los Lakers de Los Ángeles, llevando por primera vez desde que el planeta salió de la Era del Hielo, a un equipo que no estuviera a su cargo alcanzar las finales de la NBA en la Conferencia del Este.

A partir de ese momento empezó una búsqueda frenética de las franquicias contendientes por reforzarse lo mejor posible, es decir, parecían niños en juguetería en Navidad, Reyes, Día del Niño, Cumpleaños y todas las fechas festivas juntas, que terminan con un regalo en manos de los chamacos.

Por eso Boston guardó sus preciadas selecciones colegiales y jóvenes promesas para cambiarlos por Anthony Davis (ya sabemos cómo terminó eso).

Philadelphia trajo a Jimmy Butler y Tobias Harris, sabiendo que las implicaciones contractuales serían prohibitivas.

Milwaukee contrató a todo veterano por debajo de 50 años que pudiera guiar a Giannis Antetokounmpo al siguiente nivel.

Mientras los hoy campeones Toronto Raptors tomaron la apuesta más arriesgada del verano al cambiar, primero, al rostro de la franquicia DeMar DeRozan, por la renta de un año de Kawhi Leonard, y después, al talentoso poste Jonas Valanciunas por Marc Gasol. Hoy el fervor por reforzarse está en la otra Conferencia, en el loco loco Oeste.

Después de las catastróficas lesiones de Kevin Durant y Klay Thompson (que por cierto son agentes libres junto a DeMarcus Cousins), el reinado de Golden State ha llegado a su fin, por lo menos como lo conocemos.

Es por eso que los Lakers hipotecaron su futuro por juntar a Anthony Davis con LeBron James.

El otro equipo angelino, Los Clippers, están haciendo todo lo posible por traerse a Kawhi Leonard con todo y su risa.

Houston, que está enfrascado en rumores de un épico divorcio ente Chris Paul y James Harden, se encuentra en venta nocturna, ofreciendo a todos sus jugadores en precios especiales con la única intención de sumar otra estrella (hola Jimmy Butler).

Hace unas horas, una joven y talentosa escuadra de Utah cambió a tres jugadores por el movedor de balón veterano Mike Conley.

En Oklahoma City, Paul George y Russell Westbrook se operaron todo lo que podían con la única intención de llegar al 100% la siguiente temporada.

El subcampeón de la Conferencia, Portland, tendrá de regreso al poste Jusuf Nurkic y está analizando cambiar a CJ McCollum por un jugador que pueda catapultarlos a las finales. ¿Se viene una apuesta tipo Toronto?

Y no hay que olvidar que Denver tienen los jugadores necesarios para hacer un mega-híper-sorprendente cambio en caso de que su estrella favorita esté disponible.

¿Qué quiere decir todo esto?

En palabras inmortales de José Luis Rodríguez “El Puma”, “Agárrense de las manos” porque lo mejor está por venir.

El efecto LeBron-Warriors

Hace un año LeBron James firmaba con los Lakers de Los Ángeles, llevando por primera vez desde que el planeta salió de la Era del Hielo, a un equipo que no estuviera a su cargo alcanzar las finales de la NBA en la Conferencia del Este.

A partir de ese momento empezó una búsqueda frenética de las franquicias contendientes por reforzarse lo mejor posible, es decir, parecían niños en juguetería en Navidad, Reyes, Día del Niño, Cumpleaños y todas las fechas festivas juntas, que terminan con un regalo en manos de los chamacos.

Por eso Boston guardó sus preciadas selecciones colegiales y jóvenes promesas para cambiarlos por Anthony Davis (ya sabemos cómo terminó eso).

Philadelphia trajo a Jimmy Butler y Tobias Harris, sabiendo que las implicaciones contractuales serían prohibitivas.

Milwaukee contrató a todo veterano por debajo de 50 años que pudiera guiar a Giannis Antetokounmpo al siguiente nivel.

Mientras los hoy campeones Toronto Raptors tomaron la apuesta más arriesgada del verano al cambiar, primero, al rostro de la franquicia DeMar DeRozan, por la renta de un año de Kawhi Leonard, y después, al talentoso poste Jonas Valanciunas por Marc Gasol. Hoy el fervor por reforzarse está en la otra Conferencia, en el loco loco Oeste.

Después de las catastróficas lesiones de Kevin Durant y Klay Thompson (que por cierto son agentes libres junto a DeMarcus Cousins), el reinado de Golden State ha llegado a su fin, por lo menos como lo conocemos.

Es por eso que los Lakers hipotecaron su futuro por juntar a Anthony Davis con LeBron James.

El otro equipo angelino, Los Clippers, están haciendo todo lo posible por traerse a Kawhi Leonard con todo y su risa.

Houston, que está enfrascado en rumores de un épico divorcio ente Chris Paul y James Harden, se encuentra en venta nocturna, ofreciendo a todos sus jugadores en precios especiales con la única intención de sumar otra estrella (hola Jimmy Butler).

Hace unas horas, una joven y talentosa escuadra de Utah cambió a tres jugadores por el movedor de balón veterano Mike Conley.

En Oklahoma City, Paul George y Russell Westbrook se operaron todo lo que podían con la única intención de llegar al 100% la siguiente temporada.

El subcampeón de la Conferencia, Portland, tendrá de regreso al poste Jusuf Nurkic y está analizando cambiar a CJ McCollum por un jugador que pueda catapultarlos a las finales. ¿Se viene una apuesta tipo Toronto?

Y no hay que olvidar que Denver tienen los jugadores necesarios para hacer un mega-híper-sorprendente cambio en caso de que su estrella favorita esté disponible.

¿Qué quiere decir todo esto?

En palabras inmortales de José Luis Rodríguez “El Puma”, “Agárrense de las manos” porque lo mejor está por venir.