/ sábado 27 de marzo de 2021

“Vienes, oyes y te vas”

Así trató AMLO a los gobernadores, imitando al “Comes y te vas” a Fidel Castro, de Vicente Fox. Lo del tlatoani fue más agraviante: se presenta como el “árbitro” de las elecciones y dicta normas a los estatales, que él incumple.

Atemorizados, como los tiene, hasta Palacio Nacional llegaron la mayoría contritos, en especial quienes no militan en Morena. Los que decidieron quedarse en la CONAGO –la tradicional asociación de Ejecutivos Estatales- y los que pertenecen a la “Alianza Nacional” (Opositores), perdieron su precioso tiempo, frente a la obligada convocatoria para firmar el “Acuerdo Nacional Por la Democracia”, aunque hasta sin firma los dejaron.

El tlatoani salió con otro de sus propagandísticos circos. Armó todo un rollo, al que no invitó al Presidente del Instituto Nacional Electoral, pero sí se hizo acompañar por el General Secretario de las Fuerzas Armadas, el de la Marina y el Fiscal General de la República, Gertz Manero (Lo que le interesa es meter miedo). Tampoco convidaron al inexistente Fiscal de delitos electorales, José Agustín Ortíz Pinchetti, del que nadie sabe si es de carne y hueso o se trata de un fantasma.

La demagogia estuvo a cargo de la sonorense Claudia Pavlovich (Quien habló sin que sus colegas tuvieran idea de lo que decía el mentado Acuerdo), la Secretaria de Gobernación y por supuesto se tuvieron que tragar la diarrea verbal histórica, del “preciso”.

El objetivo era el de “comprometerlos a no permitir que se usen programas sociales o recursos públicos, en favor de candidatos o partidos políticos en este proceso electoral”. ¡El colmo del cinismo!

Los llama para que cumplan con lo establecido por la Constitución y las respectivas leyes, mismas que él viola día a día, desde sus mañaneras y con el descarado uso de los recursos públicos, que salen de nuestros bolsillos.

Fue él quien subió la edad de los 65 a los 68 años, para recibir la pensión de los adultos mayores. Ahora la baja a lo que Peña Nieto estableció. Tres meses antes de las elecciones, lo anuncia como logro.

Legiones de “servidores de la nación” recorren las grandes urbes y las zonas rurales, condicionando las ayudas al voto por Morena. Se les ha grabado hasta lo indecible; sin recato, exigen credencial de elector y comprometen a ilusos e ignorantes, al obligado sufragio. Ofertan, en última instancia, un dinero que sale de los contribuyentes y ¡no de la chequera de López!

En la misma línea, el tabasqueño se trepa en la vacuna y repite su cantaleta de que llegará a todos, como si no fuera obligación primordial de cualquier gobierno dotar de salud. La presenta como “graciosa concesión” y más de un incauto se la agradece cuando la recibe, como si no la hubiera pagado con sus impuestos.

Inconcebible que haya quien le crea, a pesar del número de mentiras probadas, que dice. Puede más su poder para hacer que surjan sentimientos y emociones negativas como el resentimiento, la envidia y el ánimo de revancha. Sume al pueblo en peor pobreza, pauperiza a la Clase Media y aun así le aplauden convencidos de que es su salvador.

Y no intentes “aprovechar” la convocatoria a que te inscribas a la pensión de adultos mayores, que varios diarios han publicado. Los teléfonos de la Secretaría del Bienestar, donde se dice que lo harán de inmediato, ¡no contestan!

Farsa tras farsa busca la mayoría congresista. Al igual que usó a los Gobernadores, usa a quienes doblega por hambre.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Así trató AMLO a los gobernadores, imitando al “Comes y te vas” a Fidel Castro, de Vicente Fox. Lo del tlatoani fue más agraviante: se presenta como el “árbitro” de las elecciones y dicta normas a los estatales, que él incumple.

Atemorizados, como los tiene, hasta Palacio Nacional llegaron la mayoría contritos, en especial quienes no militan en Morena. Los que decidieron quedarse en la CONAGO –la tradicional asociación de Ejecutivos Estatales- y los que pertenecen a la “Alianza Nacional” (Opositores), perdieron su precioso tiempo, frente a la obligada convocatoria para firmar el “Acuerdo Nacional Por la Democracia”, aunque hasta sin firma los dejaron.

El tlatoani salió con otro de sus propagandísticos circos. Armó todo un rollo, al que no invitó al Presidente del Instituto Nacional Electoral, pero sí se hizo acompañar por el General Secretario de las Fuerzas Armadas, el de la Marina y el Fiscal General de la República, Gertz Manero (Lo que le interesa es meter miedo). Tampoco convidaron al inexistente Fiscal de delitos electorales, José Agustín Ortíz Pinchetti, del que nadie sabe si es de carne y hueso o se trata de un fantasma.

La demagogia estuvo a cargo de la sonorense Claudia Pavlovich (Quien habló sin que sus colegas tuvieran idea de lo que decía el mentado Acuerdo), la Secretaria de Gobernación y por supuesto se tuvieron que tragar la diarrea verbal histórica, del “preciso”.

El objetivo era el de “comprometerlos a no permitir que se usen programas sociales o recursos públicos, en favor de candidatos o partidos políticos en este proceso electoral”. ¡El colmo del cinismo!

Los llama para que cumplan con lo establecido por la Constitución y las respectivas leyes, mismas que él viola día a día, desde sus mañaneras y con el descarado uso de los recursos públicos, que salen de nuestros bolsillos.

Fue él quien subió la edad de los 65 a los 68 años, para recibir la pensión de los adultos mayores. Ahora la baja a lo que Peña Nieto estableció. Tres meses antes de las elecciones, lo anuncia como logro.

Legiones de “servidores de la nación” recorren las grandes urbes y las zonas rurales, condicionando las ayudas al voto por Morena. Se les ha grabado hasta lo indecible; sin recato, exigen credencial de elector y comprometen a ilusos e ignorantes, al obligado sufragio. Ofertan, en última instancia, un dinero que sale de los contribuyentes y ¡no de la chequera de López!

En la misma línea, el tabasqueño se trepa en la vacuna y repite su cantaleta de que llegará a todos, como si no fuera obligación primordial de cualquier gobierno dotar de salud. La presenta como “graciosa concesión” y más de un incauto se la agradece cuando la recibe, como si no la hubiera pagado con sus impuestos.

Inconcebible que haya quien le crea, a pesar del número de mentiras probadas, que dice. Puede más su poder para hacer que surjan sentimientos y emociones negativas como el resentimiento, la envidia y el ánimo de revancha. Sume al pueblo en peor pobreza, pauperiza a la Clase Media y aun así le aplauden convencidos de que es su salvador.

Y no intentes “aprovechar” la convocatoria a que te inscribas a la pensión de adultos mayores, que varios diarios han publicado. Los teléfonos de la Secretaría del Bienestar, donde se dice que lo harán de inmediato, ¡no contestan!

Farsa tras farsa busca la mayoría congresista. Al igual que usó a los Gobernadores, usa a quienes doblega por hambre.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq