Seguramente una de las cosas por las que el pintor colombiano Fernando Botero se volvió conocido, fue por su peculiar forma de plasmar los cuerpos humanos, pero al igual que muchos, ponía en sus obras el corazón y los sentimientos que en ese momento lo inundaban.
Un ejemplo de ello es su pintura titulada Pedrito a Caballo, que si bien es una tierna representación de un niño disfrutando de sus juegos, esconde una triste historia que sumió al artista en una depresión.
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Pedrito a Caballo es la representación de su hijo de 4 años, quien falleció a causa de un accidente automovilístico. El momento traumático de su padre al perderlo lo llevó a crear su pintura favorita.
La muerte de Pedrito
Mientras la familia viajaba en auto durante sus vacaciones en 1974, un camión perdió el control y se estrelló contra ellos. Fue ahí donde Botero perdió la falange de su dedo meñique, pero también a su pequeño hijo que murió al instante.
En unas vacaciones en 1974, cuando iba con su familia en el carro entre Sevilla y Córdoba, un camión perdió el control y se estrelló contra ellos. Su hijo Pedrito, de cuatro años, murió inmediatamente y el pintor perdió la falange del meñique derecho.
Botero se perdió en su dolor, pero no dejó de pintar. Durante meses se dedicó a la obra que ahora se exhibe en el Museo de Antioquia, ubicado en Medellín, Colombia, y que se convirtió en su favorita pese a recordarle su dolorosa pérdida.
“Fue la primera obra que realicé después de ese terrible momento y es definitivamente mi mejor obra, es muy especial. Si alguna vez hice algo bien en la vida fue ese día".
¿Qué significa la pintura?
No es un secrerto que Pedrito a Caballo es un homenaje al hijo de Botero, pero además de poner en el centro a Pedrito con el que quizá fue su juguete favorito, a los lados el artista plasmó el dolor y sufrimiento por la pérdida.
“La pintura, además de presentar al niño en un caballo de juguete, muestra en los ángulos inferiores dos dolorosas escenas: la del padre viendo a su hijo muerto, y la de los padres de luto en la casa vacía”, señala el museo.