Luego de que la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la desaparición del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine), la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) buscará restaurar los apoyos que éste otorgaba a la industria, a través de tres puntos clave.
Así lo detalló en entrevista con El Sol de México su directora general, Tábata Vilar: “Para nosotros es importante recuperar un mecanismo donde el cine que se apoye tenga una lógica industrial y comercial”, explicó.
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“En segundo lugar, que tenga una plurianualidad (que el presupuesto abarque varios años), y finalmente que los comités de selección o evaluación de los proyectos tengan representación de las tres partes de la cadena, que los exhibidores, distribuidores y productores tengan opinión”, agregó.
La desaparición del Fidecine se dio en 2020, en medio de una ola de protestas por parte de la comunidad cinematográfica, que incluyó a figuras como Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón.
Este estímulo, creado en 2002, dio pie a la creación de 279 películas, entre las que destacan títulos como “Temporada de patos”, “La leyenda de la nahuala”, “Abel”, “Un día sin mexicanos”, “Matando cabos”, “Kilómetro 31”, “No se aceptan devoluciones” y “Huesera”.
El pasado miércoles 30 de agosto, por una propuesta del ministro Alberto Pérez Dayán que contó con tres votos a favor y uno en contra, se declaró inválido el decreto presidencial que eliminó el Fidecine.
Tábata Vilar reconoció que no esperaban este resultado, y compartió que “aún no sabemos cómo va a ser ese nuevo mecanismo de apoyo, nosotros llamamos a que sea algo que construyamos juntos. Ojalá vuelva a ser un fideicomiso, porque estos tienen muchas ventajas como los presupuestos plurianuales, y el hecho de que también hay inversión con dinero privado”.
La ejecutiva subrayó también la importancia de los apoyos gubernamentales, no sólo en México sino en el resto del mundo, dado que la realización de una cinta requiere inversiones millonarias.
“Hacer cine es caro, implica una contratación de muchísimas personas, de locaciones, de equipo, obviamente creación de propiedad intelectual, todo eso es muy costoso”, señaló. “Es muy difícil que un productor por sí solo, especialmente uno independiente, pueda reunir ese recurso, de ahí que en todo el mundo los Estados invierten en su cinematografía”.
Esperan llevar el cine a las salas
Con respecto a los niveles de producción desde la eliminación del Fidecine, la directora destacó que hubo un incremento, pero muchas de estas cintas no llegaron a las salas de cine, pues se quedaron en plataformas o circuitos de festivales, por lo que parte de los objetivos es encontrar más pantallas.
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“La participación del cine mexicano en este sexenio ha estado entre el tres y el cinco por ciento, cuando en 2019 llegamos al 10 por ciento. Obviamente hubo una pandemia de por medio, pero la recuperación que ha tenido el cine en general no ha sucedido así para el cine mexicano”, finalizó.