Julio García Castillo
Uno de los souvenirs más populares y bonitos para llevar a casa son los atrapasueños que nos recuerdan esa playa, pueblo, ciudad o comunidad que nos dejó huella en un viaje inolvidable.
Se trata de un regalo o recuerdo de viaje que nos auto-hacemos para cuidar nuestro sueño, para obsequiarlo a esa persona especial y para decirle a alguien que te preocupa su forma de descansar.
Los atrapasueños tienen un significado místico, pero a la vez fascinante. No podemos negar que deseamos de todo corazón que sea un remedio efectivo contra las pesadillas. Se trata de un talismán que brinda protección durante las horas de sueño.
Si te has preguntado cómo nacieron estos encantadores guardianes del descanso, provienen de una sencilla leyenda que tuvo origen en uno de los pueblo del norte de América: “Ojibwa”.
Pueblos como los indios apaches adoptaron rápidamente algunas costumbres al usar estos amuletos; recordemos que las culturas del norte son muy similares y antes no había fronteras.
Así fue como estas tradiciones también llegaron a México y se hicieron muy comunes en comunidades norteñas como el grupo Kikapú que se asienta en la comunidad Tamichopa, en el municipio de Bacerac en la sierra alta de Sonora.
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La analogía es muy sencilla; su nombre “asabikeshiinh” en lengua nativa significa araña, entonces se entiende que la función es filtrar lo negativo atrapando las pesadillas en la telaraña y sus pequeñas cuentas, para así dejar fluir los sueños positivos.
Esta red tejida sobre un aro místico permitirá que los malos sueños atrapados se quemen o se vayan por la mañana con los primeros rayos del sol. ¡Qué fascinante!
La leyenda cuenta que en la aldea una mujer araña “Asibikaashi” cuidaba a los niños y a los adultos durante las horas de sueño, pero al crecer la comunidad no podía estar al pendiente de todos y consolarlos.
Con el tiempo, ella pidió consejo y ayuda a los sabios de la aldea para crear un amuleto simbólico y así evitar pesadillas; Un grupo de animadas mujeres tejieron unas redes en unos aros a manera de filtrar los sueños.
El origen de estos amuletos se fue extendiendo por todo el continente y posteriormente en todo el mundo. Existen estos amuletos en los lugares más recónditos.
Se trata de un circulo hecho a base de ramas de sauce, en el cual se le bordan hilos que se entrelazan en el centro, algunos en forma de telarañas o de distintas formas de flores o figuras asimétricas. Es decorado con cuentas o piedras donde se encierra todo lo malo; y plumas de aves de la región, estas tienen la función de hacer volar los sueños.
Ciertamente existen distintas creencias y significados que tejedores de atrapasueños sostienen. Por ejemplo, algunos los utilizan como instrumentos de poder dentro de la medicina Chamánica.
Por otro lado los Sioux o Dakotas del norte de América afirman que los talismanes atrapan los sueños agradables que no recordamos y estos van bajando poco a poco por las plumas hasta llegar a las personas.
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Cualquiera de los casos es valido, lo importante es que en todos coincide que los atrapasueños son objetos de protección. Por lo tanto, las personas que los adquieren los colocan sobre la cabecera de la cama para evitar las pesadillas y malas vibras.
Hoy esta artesanía se sigue realizando con distintos materiales y algunos elementos que se han ido añadiendo de acuerdo al artesano que los elabora. Finalmente se trata de un souvenir que todos hemos adoptado al paso del tiempo.
En México, me ha tocado ver distintos y coloridos atrapasueños desde Tijuana hasta Playa del Carmen, pasando por San Luis Potosí, Guanajuato, Oaxaca, Nayarit, Chihuahua, Querétaro, Sonora y muchos estados más.
Cuando veas un lugar donde venden estos maravillosos amuletos, seguramente los tejió un interesado en el bienestar de las personas, así que llévate uno, ponlo cerca de tu cama y cuando lo veas, recuerda ese maravilloso viaje y lo bien que la pasaste. Ahora sí, ¡A descansar tranquilamente!
Si quieres saber más de la artesanía y souvenirs de México, visita la sección de turismo cultural en la revista turística El Souvenir y ¡nunca dejes de viajar!
