"En diciembre, el maestro Rius recibió un reconocimiento a nombre de de su amigo, el historietista Gabriel Vargas, en el Museo del Estanquillo. Su discurso fue breve y los asistentes le instamos a continuarlo; hizo una pausa y dijo: Ahora se chingan, voy a seguir hablando, pero permítanme no hacerlo de pie porque me estoy estrenando como eso que llaman enfermo terminal".
La anécdota es compartida por Marcos Cruz, Tlacuilo, presidente nacional de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y colaborador de Diario de Xalapa.
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Tlacuilo señaló que Rius será “permanente dentro de los referentes de nuestro país, su legado de historietas y libros ya forman parte de nuestra cultura popular”. Afirmó que México no podría entender el avance de la libertad de expresión sin Rius, “a quien le tocó una época en que todo era prohibido y tuvo que abrir los caminos a través de golpes de tinta”. “Descanse en paz el admirado, vanguardista y aferrado Rius, un maestro de la caricatura que hizo escuela y que fue generoso con su arte y sus ideas”, dijo Tlacuilo.
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