POR DIANA RAMOS FERNÁNDEZ | El Sol de México
U n 10 de mayo, hace 45 años, México vivió su primera protesta feminista. El reclamo, terminar con el mito materno, es decir, permitir a todas las mujeres elegir ser o no madres. La artista y activista Mónica Mayer documentó dicho movimiento al recabar volantes de ese día. Hoy se exhiben en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo dentro de la exposición retrocolectiva “Si tiene duda, pregunte”, y forma parte del archivo hemerográfico “Pinto mi raya”, encabezado por la artista.
Mayer afirma que, aunque en la capital del país sí se ha logrado permitir a cada mujer tener la posibilidad de decidir su propia maternidad, a casi medio siglo de la primera protesta, aún hay entidades del territorio nacional en que esto no es posible.
En la Ciudad de México se ha avanzado en que sea algo voluntario y no algo impuesto. En el caso de Veracruz hay niñas violadas que se les obliga a tener a ese hijo y no poder abortar”.
[caption id="attachment_233093" align="aligncenter" width="615"] VOLANTE DE la primera protesta feminista en México.[/caption]
Sin embargo, tener voz propia ante la posibilidad o no de maternidad no es la única piedra por derribar dentro del mural del mito materno. Es también el ubicar a la mujer como la única responsable en el cuidado de los infantes, el designarlas como cuidadoras natas.
“Yo no veo mal que cuidemos, más bien todos los seres humanos tenemos que aprender a cuidar, hombres y mujeres. Porque el papel que se nos otorga socialmente siempre acaba siendo el de la cuidadora. Dentro de la familia seamos la que tengamos hijos o no, somos las que cuidamos a los ancianos, a los enfermos. Las profesiones en las que más trabajamos las mujeres son aquellas en las de cuidado a otros como la educación, la enfermería. Prevalece esta cuestión de que como somos mujeres y madres somos las que cuidados”.
Al analizar los logros y cambios obtenidos en más de cuatro décadas de lucha por los derechos femeninos, la pintora señala que en la actualidad todavía: “hay una presión muy grande para las jóvenes de tener hijos. Lo que sí ha cambiado es la visión de que anteriormente una familia podía sostenerse con un solo sueldo. Hoy en día algunas salimos a trabajar porque lo deseamos hacer, pero la gran mayoría ha tenido que hacerlo porque no alcanza el sueldo de uno.
“Creo que a las mujeres nos han puesto en la doble desventaja, por un lado, ser madres, y por el otro lado, tener que trabajar y no tener resuelta socialmente esa situación, porque no hay suficientes guarderías y porque nos siguen pagando menos. Leía que así se descuentan las empresas la licencia que nos dan de maternidad, esa es la excusa de pagarnos menos que a los hombres”.
Mónica Mayer recuerda el motivo por el cual se sumó a las filas del movimiento en los años 70 al estudiar en la Antigua Academia de San Carlos, “yo me hice feminista cuando hace muchos años, me dijeron que las mujeres éramos menos creativas que los hombres, porque la creatividad se nos iba en la maternidad. Fue cuando yo decidí que me tenía que hacer feminista, porque si no mi trabajo no se iba a notar”.
Dentro de esta exposición, también se presenta la pieza “Maternidades Secuestradas”. “En colaboración con un grupo de activistas, analizamos cual es la problemática actual alrededor de la maternidad, porque es tanto de las que queremos tener hijos y tenemos, como de las que no quieren tener y no tienen, se hizo una convocatoria a través de las redes sociales a responder la pregunta Una maternidad secuestrada es… que va desde una niña que se embaraza porque no tiene educación sexual, hasta Una maternidad secuestrada es… las (hijas e hijos) desaparecidas y desaparecidos que abundan en nuestro país y para lo cual todos los años hay una marcha el 10 mayo.
“De ahí toda la problemática que pueda haber en medio: tener tres chambas y no poder estar con tus hijos. Escoger entre trabajar o cuidarlos, o que tu familia te presione para tener hijos porque si no se van a marchitar como mujeres”.
Tras la colaboración de un número diverso de mujeres en el grupo abierto de Facebook y el Twitter, Mónica concluye que: “mi postura de esta pieza y de la maternidad en general es que el día en que todas las maternidades sean voluntarias y gozosas ese día ya resolvimos todos o casi todos los problemas de la humanidad, porque entonces no tendremos miedo de que nos manden a nuestros hijos a la calle, la situación ya estará resuelta, no habrá violencia obstétrica, podremos decidir realmente con la libertad que merecemos, si queremos o no tener hijos.
Mónica Mayer estudió artes visuales y obtuvo una maestría en sociología del arte en Goddard College. Participó dos años en el Feminist Studio Workshop en los Ángeles California. Su producción se compone por obra gráfica, dibujos y performances. Es considerada pionera del performance y la gráfica digital en México, además de precursora del arte feminista en América Latina.