El colaborador mexicano de la AFP y cronista taurino ErnestoNavarrete y Salazar, conocido como "DonNeto", falleció el domingoen la víspera de sus 98 años en el balneario mexicano de PuertoVallarta, según informó el lunes su familia.
"Don Neto" era el decano de los cronistas taurinos en México,el reportero más anciano de la AFP y sin duda uno de losperiodistas en activo más viejos del mundo.
Nacido el 7 de noviembre de 1918 en Veracruz, a orillas delGolfo de México, siguió su vocación como torero hasta que en1939 resultó gravemente herido en un ruedo.
Desde entonces abrazó el periodismo como carrera, primero en laicónica radio difusora mexicana XEQK y después en la prensaescrita.
Durante más de 50 años colaboró con la AFP cubriendo latemporada taurina mexicana, al tiempo que seguía con su crónicade radio.
En los últimos años, acudía con menos frecuencia a las plazasde toros, pero seguía asiduamente las corridas de toros frente asu televisor, apasionado de su trabajo.
"Le bajé el volumen porque no quiero escuchar a loscomentaristas. A menudo no estoy de acuerdo con ellos", relató enoctubre de 2015, con cierta malicia este anciano elegante.
"He tenido problemas en el pasado con los promotores de lascorridas de toros, porque digo lo que veo, digo la verdad, siemprehe querido decir la verdad, y eso a veces desagrada", agregó.
Amigo de grandes matadores como el español Manuel Rodríguez"Manolete", "Don Neto" también fue fundador de la revista"Ovaciones", especializada en la fiesta brava y fue conocido porsus cursos de periodismo taurino.
Bailarín y pintor en su tiempo libre, "Don Neto" fue cuentistay organizador de la ceremonia de entrega de premios a los mejorestoreros del año, en la década de 1960 cuando todos queríantorear en México.
Gracias a él, la AFP fue uno de los primeros en informar de lagrave cornada sufrida por el matador español José Tomás en laarena de Aguascalientes de México, en 2010.
Para "Don Neto" la tauromaquia es un arte. "Pero para esto senecesita que el torero tenga personalidad", explicó antes deimitar en su salón los movimientos bruscos de los malos toreros yaquellos, más amplios y lentos, de aquellos matadores que élconsideraba virtuosos.
"Para ser un buen torero, se necesitan tres cosas -asegurabaeste reportero - la cabeza, el corazón y el estómago. Cabeza paraentender el toreo y saber cómo acometer al toro; el corazón paratener el valor suficiente de hacerlo y el estómago para tenersiempre el hambre y el deseo de convertirse en un gran torero".