Esto no es un enfrentamiento, ni siquiera una comparativa. Lo que buscamos en Autos OEM fue poner frente a frente a dos ejecuciones que, sin menospreciarlos, no destacan precisamente por ser los más poderosos o por presumir los motores más grandes, sino por el nivel de adrenalina que pueden proporcionarnos por lo que son, por lo que representan y con lo que tienen en común: enérgicos motores atmosféricos con sonidos sinfónicos y transmisiones manuales, algo poco común en nuestros días.
En primer lugar, está el Porsche Cayman GT4, que cuenta con un motor bóxer de seis cilindros de 4.0 litros de aspiración natural, que genera 420 caballos de fuerza, 310 libras-pie de torque y una caja de cambios manual de 6 velocidades; en conjunto impulsan a un vehículo que pesa mil 420 kilos.
Luego está un poderoso bloque V8 de 5.0 litros atmosférico del Ford Mustang Mach 1, que entrega 460 caballos de fuerza y 390 libras-pie de torque, también acoplado a una transmisión manual de seis marchas, además de ser el más pesado, con un registro en la báscula de 1,807 kilos.
La prueba
Con las cartas de presentación sobre la mesa comenzamos nuestra aventura de camino hacia Toluca primero a bordo del Ford con 33 centímetros más de carrocería en comparación con el Porsche, y debemos decir que su estilo retro nos encanta, pues estéticamente recupera muchos de los detalles que caracterizaron a este modelo con el apellido Mach 1, toda una leyenda, el cual llegó al Mustang por primera vez en 1968.
Nos referimos a elementos como el diseño de los rines, los gráficos de la pintura, los difusores inferiores, salidas dobles del escape, las entradas de aire inferiores en la fascia y, por supuesto, los dos elementos circulares en la parrilla.
En términos generales el Mach 1 es un vehículo que cautiva por su respuesta al momento de pisar el acelerador, con una postura de manejo pegada al piso, cómoda y con una buena visibilidad a través del parabrisas.
Es ágil a pesar de su mayor peso, compuesto por puro músculo; se siente un vehículo rígido en suspensión y dirección, una preparación especial para el circuito, aunque con la libertad necesaria para ser utilizado como un coche en el día a día, siempre y cuando se seleccione el modo de manejo normal.
Luego llegó el momento de dejar el Mach 1 y acomodarnos en el Cayman, pero no de cualquiera, sino del GT4, el cual tiene una impresionante tonalidad amarilla en su pintura, el enorme alerón trasero fijo, las agresivas entradas de aire inferiores de la fascia delantera y las que se encuentran en las vistas laterales, así como el difusor trasero y las salidas de escape.
La postura de manejo es más ajustada, más parecida a la de un coche de carreras; en el que la fibra de carbono y la alcántara están a la orden del día, aunque su aspecto es sencillo y, mientras en el Mach 1 buscas ganarte su confianza, en el alemán la tienes sin siquiera pedírsela.
En pocas palabras se siente más seguro de sí mismo en cada pisada del acelerador, cambio brusco de dirección y frenada, y aunque los neumáticos que calza son de un perfil más bajo, la suspensión en más amigable con nuestra espalda. La pisada del embrague es mucho más suave que en el Mach 1, y es más sencillo insertar las marchas en esta transmisión.
Quizá es aquí donde el Mach 1 gana en honestidad, pues mientras el Porsche cuenta con más electrónica para hacer de cualquier conductor uno más experimentado, en el Ford la menor cantidad de electrónica ofrece una sensación más pura y con más exigencia por parte del conductor.
Dos coches que no han perdido su atractivo y no lo perderán; que son capaces de robar tantas miradas como sea posible a su paso, un punto más a la lista de cualidades.
- Porsche 718 Cayman GT4 Precio $2,028,000
- Ford Mustang Mach 1 Precio $1,277,900