Cuando México y Francia pusieron en marcha la primera Copa del Mundo de futbol varonil, el 13 de julio de 1930, en Montevideo, Uruguay (que se saldó con goleada 4-1 sobre los nuestros), el balompié llevaba casi una década prohibido para las mujeres en varios países europeos. Desde entonces, todo ha sido cuesta arriba para el futbol femenil, que se alista para vivir su noveno Mundial en Australia y Nueva Zelanda.
El conflicto inició en Inglaterra. En la cuna del futbol, las mujeres se abrieron paso a patadas en plena Primera Guerra Mundial. Vacíos los campos de futbol de hombres que marcharon a la guerra, las mujeres tomaron su lugar, como lo hicieron en todo.
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Pronto la afición abrazó a los equipos femeniles. El más popular, el Dick, Kerr's Ladies, se formó por trabajadoras de una fábrica de Preston y llegó a congregar más de 50 mil aficionados en un partido.
Terminada la guerra, las mujeres fueron social y culturalmente relegadas nuevamente a las labores domésticas, pero el futbol se mantuvo y el Dick, Kerr's Ladies realizó giras por todo el país con partidos a beneficio de los afectados por la guerra.
Ese éxito incomodó a la Asociación de Futbol (FA), que finalmente en 1921 impuso la prohibición a todos sus agremiados de apoyar el balompié femenino al considerar que el deporte era “inadecuado para las mujeres”. La medida fue replicada más tarde por Alemania y Francia.
Dick, Kerr's Ladies, que en 1926 cambió su nombre a Preston Ladies FC, sobrevivió hasta 1965, jugando en campos y torneos amateurs no reconocidos oficialmente.
En 1970, al margen de la FIFA, surgió en Italia la Federación Internacional y Europea de Futbol Femenino y organizó el Campeonato Mundial de Futbol Femenil, que resultó un éxito.
A pesar de la prohibición participaron Inglaterra y Alemania (Occidental), además de Dinamarca, Austria, Suiza, México y la anfitriona Italia. Las danesas se llevaron el título al vencer a 2-0 a las locales. Las mexicanas quedaron en tercer lugar.
Un año después, en julio de 1971, la FA decidió derogar la prohibición y la FIFA recomendó a sus agremiados tomar el control de las competencias femeninas.
Aun así, el Campeonato Mundial de Futbol Femenil se volvió a organizar entre agosto y septiembre de ese año sin reconocimiento del rector mundial. México fue sede y sólo hubo cinco invitados: Inglaterra, Italia, Dinamarca, Francia y Argentina.
Nuevamente se impuso Dinamarca, que en la final disputada en el Azteca ante más de cien mil aficionados venció 3-0 a México, que a su vez tenía un equipo histórico comandado Guadalupe Tovar, Alicia ‘La Pelé’ Vargas y María Eugenia ‘Peque’ Rubio.
Al año siguiente no fue posible disputar el torneo por la negativa de las federaciones de presentar equipos debido a la presión que ejercía la FIFA para desconocer un organismo ajeno. Sin embargo, FIFA no organizó un campeonato oficial hasta el Torneo Internacional de Futbol Femenino de 1988 en China, en el que participaron 12 equipos por invitación y se coronó Noruega tras superar a Suecia 1-0 en la Final.
El éxito del certamen bastó para que el organismo se convenciera de dar a las mujeres un campeonato en forma y por fin, el 16 de noviembre de 1991, China y Noruega inauguraron la Copa Mundial Femenina de Futbol en Cantón con goleada 4-0 para las anfitrionas.
Una historia distinta
El mapa de las potencias del futbol femenil tiene una configuración muy distinta al varonil, misma que se vio reflejada en el podio desde esa primera Copa del Mundo con Estados Unidos como campeón, seguido por Noruega y Suecia.
EU se ha consolidado como la potencia a vencer, como lo demuestran sus cuatro títulos Mundiales, en ocho competiciones. Alemania (con dos), Noruega y Japón son los otros países que han conseguido alzar la Copa. En finales han estado selecciones como China, Suecia y Japón, que en la rama varonil son sólo animadores, pero nunca protagonistas.
Con figuras como Alex Morgan y Megan Rapinoe a la cabeza, el equipo de las barras y las estrellas llega con la intención de lograr su tercer título al hilo en Australia-Nueva Zelanda 2023 (del 20 de julio al 20 de agosto).
Enfrente tendrá la resistencia de equipos como la Brasil de Marta, la España de Alexia Putellas y la Inglaterra de Lucy Bronze, todas ellas ganadoras del premio The Best a la Mejor Jugadora del Año.
Con mil 120 millones de espectadores globales en televisión y plataformas digitales, el Mundial 2019 en Francia marcó un hito histórico y dejó en claro que el futbol femenino va en ascenso y nunca más podrá ser relegado nuevamente.