Marysol Fragoso
FOTOS: CORTESÍA DE TADEO ALCINA
TEXCOCO.- Cuando los toreros son capaces de crear faenas quereivindican al toreo al generar sensaciones tan intensas querevuelven el interior de ser humano, entonces se escriben páginasdoradas en la historia taurina. Eso sucedió ayer en la PlazaSilverio Pérez. El resultado de la tercera corrida del ciclo nofue numérico sino artístico. Se trató de un grandioso dueloentre dos de los toreros con más temple en la actualidad: uno, unmaestro español; otro un torero mexicano al alza. De este modo,tanto Enrique Ponce como Juan Pablo Sánchez han cortado unapéndice, respectivamente, sin embargo, su éxito ha sido laejecución misma de los trasteos y la emoción que provocaron enlos tendidos.
Si bien el juez de plaza Guillermo Valderrama estuvo estricto enel otorgamiento de premios para ambos coletas y al final se llevóuna bronca por no conceder una oreja a Juan Pablo Sánchez en elsexto de la tarde, el público que hizo tres cuartos de entrada,ejecutó justicia por su propia mano.
Para la mayoría: Vox Populi–Vox Dei, tanto Ponce con Sánchezdebieron recibir premios mayores, pero no hoy manera de medir ni elarte ni el valor. Ambos salieron del coso a pie pero también sefueron dentro del corazón de pueblo que es el que levanta a losídolos.
Para que se generara este final, tuvo un papel fundamental elencierro de Torreón de Cañas, cuyo juego, mantuvo cautiva a losasistentes al tiempo que exigió a los toreros dartodo.
ENLOQUECIÓ AL PÚBLICO
Enrique Ponce recibió al segundo toro con lentas verónicas,aunque este protestaba en el último tiempo del capotazo. Cuandotomó la muleta lo llevó al filo del tercio para erguir la figuray torear con despaciosidad, así como con gran estética. Lanaturalidad de su tauromaquia se hizo presente en una labor desuavidad y de temple en cada muletazo. Tras varios pinchazos y unaestocada entera fue ovacionado en los medios.
El quinto embestía calamocheando, pero Ponce se hizo de élapenas en la segunda tanda de muletazos. Este animal poco traíapor el pitón izquierdo por lo que el torero español plateó lamayor parte de su faena con la mano diestra. En base a la soleraque la da la experiencia que tiene en los ruedos, además, le sumóla alegría que gusta a la gente de México para enloquecer alcoso.
Remató de un cuarto de estocada arriba pero no fue suficientepara que el ejemplar doblara por lo que separó a los integrantesde su cuadrilla y recetar unos doblones al toro y luego ejecutó uncertero golpe de descabello para hacerlo caer entre la pasión delpúblico.
Por parte del palco de la autoridad recibió una oreja.
CAUTIVÓ CON SU TEMPLE
Juan Pablo Sánchez sabía que esta era una cita clave para ély la asumió con responsabilidad. Con el tercer toro cautivó enlos lances y el remate a una mano. Inició la faena de muleta porel pitón derecho. Luego se descalzó para dar rienda suelta a suarte. Su faena alcanzó altas cotas al ajustarse al astado en cadapase. Hizo vibrar a la asistencia. Tras media estocada cortó unaoreja.
Ante el sexto toro tuvo que meterse entre los pitones desde quese hizo de la muleta. Con cabeza fría y corazón caliente se pegóun arrimón muy serio. Aguantó enormidades para ir consiguiendocada pase. La gente valoró su esfuerzo de provocar una embestidatras otra rozando con los muslos, los pitones del ejemplar. Tras unpinchazo y una estocada entera y arriba en la que se atracó detoro, tenía ganada la oreja. La mayoría la pidió, pero laautoridad la negó y el torero de Aguascalientes dio una vuelta alruedo entre la clamorosa ovación popular.
DESPEDIDA
Entre estos matadores toreó el rejoneador Rodrigo Santos quetuvo una tarde desigual. El primero fue una gran toro, con tranco ynobleza, pero el potosino no estuvo fino ni en la colocación dedos rejones ni en la de banderillas. Se puso pesado con el rejónfinal y terminó entre división de opiniones. Para el cuarto, quemarcó su despedida de esta plaza, la empresa preparó un bellomarco. Una serie de caballistas realizó un carrusel para luegoentregarle una escultura. Ante este toro, sus caballos rehusaronvarias veces acudir al encuentro con el toro, no obstante, Rodrigologró colocar rejones y banderillas por todo lo alto e inclusocolocó una temeraria banderilla al violín. Una vez más se pusopesado con el rejón final para retirarse en silencio. Por suparte, los Forcados de Puebla no concretaron la pega del primerejemplar y en este los hicieron al segundo intento.