Cabalgan el Quijote y Sancho por Asunción, y hasta hablan guaraní

Agencia AFP

  · miércoles 21 de septiembre de 2016

Don Quijote de la Mancha se convirtió en el“kihote Guarani”, vistiendo camisa tradicional de Paraguay paraadaptar a la lengua nativa de este país sudamericano las hazañasdel “ingenioso hidalgo”, en una versión que será lanzada enoctubre en Asunción.

En esta primera adaptación al idioma guaraní-oficial con el castellano en Paraguay- “Kihote” cabalga sobre“Ro-sinante” por la avenida del Palacio de López (sede deGobierno), el edificio legislativo y la Catedral de Asunción,cuando no recorre en compañía de su fiel escudero “Sáncho”las ruinas de las reducciones jesuíticas cuyos vestigios siguen enel sur del país.

“Kihote Guarani” es una obra encargada por elInstituto Cervantes al sacerdote jesuita español Bartomeu Meliá,lingüista y antropólogo, autor de una veintena de libros, engeneral investigaciones basadas en la evolución de la culturaguaraní.

Meliá, un mallorquino de 84 años que tiene casisiete décadas viviendo entre Argentina, Brasil y Paraguay, llevóa cabo esta edición en coordinación con cuatro traductoreslocales, profusamente ilustrado para concitar el interés de niñosy jóvenes del área rural.

“En Paraguay ni los creyentes entienden si en lamisa no les graficamos los mensajes bíblicos en guaraní”,subraya Meliá a la AFP sobre la lengua indígena que habla másdel 75 por ciento de los siete millones de habitantes.

PATRIMONIO EN LETRAS Y DIBUJOS

“Vámonos a Paraguay, dijo Kihote al amanecer deaquel día...”, comienza la narración en esta versiónenciclopédica de poco menos de 200 páginas apoyadas por dibujosque recrean las desventuras del secular personaje de Miguel deCervantes.

Los textos se toman libertades que llevan al hidalgode Cervantes citando a autores locales. Es así como sobre Paraguaydice que “es una ínsula (nación) no rodeada de agua sino detierra, al otro lado del océano”, en una referencia al escritorparaguayo Augusto Roa Bastos (“Yo, el Supremo”) para describiresta nación mediterránea. “El guaraní tiene las palabrasprecisas para transmitir las emociones del autor”, indicó a laAFP Mirtha Martínez, especialista en la traducción delidioma.

Para el académico del guaraní, Tadeo Zarratea,“no se le puede privar a ningún pueblo acceder a una obra que esPatrimonio de la Humanidad”.

Zarratea, catedrático y magistrado, tradujo en 2015el capítulo 55 de la novela de Cervantes junto a Domingo Rivarola,a pedido del Ayuntamiento del Toboso, España.

“El Quijote en guaraní es de alto interéseducativo. Es un aporte que ayuda al proceso de recuperaciónsocial de nuestro idioma”, dijo Gloria Pereira Parquet, directorageneral del Ministerio de Educación que tiene planes para traducirotras grandes obras clásicas de la literatura universal.

ARPAS PARAGUAYAS EN LAS BODAS DE CAMACHO

Kihote se adapta hasta al folclore tradicional deParaguay.

En el capítulo de “Las bodas de Camacho”, elambiente de fiesta toledano se traduce a la costumbre paraguaya delasado, con conjuntos musicales de arpas y guitarras y hasta unavivado perro de la calle que se roba una ristra de chorizos.

La bella y amada Dulcinea se pronuncia Endarusinea enel minucioso trabajo que le llevó 10 años años a Meliá y sustraductores.

La vigencia del guaraní como lengua de uso habitualmasivo de Paraguay se remonta a los tiempos del aislamiento cuandoFelipe IV dividió las provincias y convirtió a la de Paraguay enmediterránea, recuerda el historiador Jorge Rubbiani.

“Desde antes de la llegada de los jesuitas (1600)esta región fue olvidada por el Reino de España porque noencontraron el pretendido El Dorado”, explica el experto.

“Los conquistadores dejaron de tener auxilio deEuropa y prácticamente se indianizaron. Se cruzaron (con susmujeres), aprendieron la lengua, recurrieron a los comestibles, losmedicamentos indígenas que nutren hasta hoy día las farmacias delmundo moderno”, relató.

Hasta la Guerra de la triple Alianza, que entre 1864y 1870 libraron contra Argentina, Brasil y Uruguay, “losparaguayos hablaban exclusivamente guaraní. Se comunicaban enguaraní”, recordó el padre Meliá.

“Exterminada la población y con las migraciones sehabló un poco más el castellano”, apuntó.

El aislamiento de Paraguay de la costa atlántica ypor ende de los adelantos científicos, terminó fortaleciendo ynutriendo la lengua nativa, que también se habla en grandes zonasde Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay.

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