En 1963 desde el puerto espacial francés de Hammaguir, despegó un cohete Véronique con la gatita Felicette, en un vuelo espacial exitoso
Animales en el espacio
Después del vuelo de la perrita Laika de la Unión Soviética en 1957 y otros que siguieron, y del chimpancé Ham de los Estados Unidos en 1961 y después varios más, Francia se convirtió en la tercera nación en llevar seres vivos al espacio. El 22 de febrero de 1961 voló la ratita Héctor. Meses después volaron dos ratitas más, el 15 y 18 de octubre.
Las ratas llevaban implantes en su cerebro para medir su actividad neurológica y conocer los cambios que experimenta un ser vivo en gravedad cero.
Siendo un éxito el vuelo de Héctor y las otras ratas, los científicos franceses deseaban experimentar con un animal más grande. Se decidieron por los gatos, ya que habían acumulado suficientes conocimientos neurológicos de ellos, y eso les ayudaría a comprender los cambios sufridos en el vuelo espacial.
El cohete Véronique
Francia inició su proyecto de cohetes Véronique en 1948, abandonando sus intentos de experimentar con el cohete V-2 de la Alemania nazi y favoreciendo un diseño propio.
Los cohetes llevaban por nombre Véronique, en alusión a la ciudad francesa en donde se construían, Vernon, más el sufijo "onique" de electronique.
Los primeros vuelos del cohete Véronique versión R y P se realizaron en las ciudades franceses: Suippes, Vernon y Cardonnet. En 1952, una vez que el proyecto alcanzó suficiente madurez, los lanzamientos se trasladaron a las bases francesas de Hammaguir y Reggane, en el Sahara argelino. Ahí, los cohetes versión N, de 6 metros de alto y entre 1 y 2 toneladas, alcanzaron los 70 km de altura.
Podía transportar hasta 60 kg de carga útil, cerca de la frontera entre la Tierra y el espacio, ubicada a 100 km de altura. Le siguió el Véronique AGI de 7.10 m de alto y podía alcanzar los 210 km de altura.
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La historia de Felicette
Cierto día de 1963 en París, un vendedor de mascotas recogió de la calle una gatita pinta, la cual fue adquirida junto a 13 más, por el Centro de Enseñanza e Investigación de Medicina Aeronáutica CERMA. Sí, todas eran hembras, ya que su temperamento tranquilo las hace excelentes tripulantes para el viaje espacial.
El entrenamiento era similar al de los humanos, las astrogatitas fueron sometidas a una centrifugadora con movimiento en tres ejes. A la inmovilización dentro de una cápsula y a la tela sujetadora, al ruido y vibraciones del cohete en el despegue y la reentrada en la atmósfera. Al final, solo seis fueron seleccionadas.
El 17 de octubre de 1963, se escogió a C 341 por su tranquilidad y peso adecuado, de 2.5 kg.
A la mañana siguiente, el 18 de octubre, hace 60 años, la astrogatita Felicette subió al cohete Véronique AGI No. 47, en una cápsula especial diseñada para ella.
A las 8:09 a. m. despegó el cohete, su motor se encendió por 42 segundos, hasta llevarlo a una altura de 157 km. Felicette experimentó hasta 9.5 g. o 9.5 veces la gravedad que sentimos en la Tierra. Su ritmo cardíaco y respiración se aceleraron pero regresaron a la normalidad. Desde el centro de control se monitoreó su actividad cerebral mediante un encefalograma.
El vuelo espacial fue suborbital, es decir la capsula espacial regresa a la Tierra antes de completar una vuelta a nuestro planeta. El vuelo duró apenas 10 minutos y 32 segundos, de los cuales, la astrogatita experimentó 5 minutos de ingravidez.
Minutos después, la capsula espacial regresó a la Tierra y desplegó su paracaídas, aterrizó a 2.4 km de la base de lanzamiento, los equipos de recuperación llegaron a ella 13 minutos después. Felicette se encontraba en buen estado de salud.
El vuelo fue exitoso y Felicette se convirtió en la primera y única gatita en ir al espacio.
Un triste final
Diez días después sucedió un accidente en otro vuelo espacial. El cohete Véronique AGI No. 50 se estrelló al poco de despegar, a 120 km de la base de lanzamiento. Su tripulante, otra astrogatita no sobrevivió.
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Meses después, en 1964, Felicette murió de forma deliberada, para que los científicos recuperaran los electrodos implantados en su cerebro. Con ellos se descubrió que durante la ingravidez la gatita sufrió de somnolencia, algo llamado inhibición central. Se pensó que se debe a una perdida de sensibilidad sensorial durante el vuelo espacial. Los humanos no lo sufren porque, al parecer, las tareas y la comunicación evita la somnolencia al llegar al espacio.
Felicette recibió su nombre después del vuelo, ya que ninguna tenía nombre para evitar que los científicos se encariñaran con ellas. La prensa le llamó Felix, pero al anunciarse que era hembra, se le llamó Felicette.
Desde entonces, ya no hubo más vuelos de astrogatitas. En marzo de 1967 Francia envió al espacio a dos monos hembras, Martine y Pierrette, en sendos vuelos exitosos. Después Francia colaboró con la Unión Soviética en los estudios biológicos de los vuelos espaciales.
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El vuelo de Héctor y Felicette en Francia, como de Laika, Bielka y Strielka en la Unión Soviética o de Ham y Albert en los Estados Unidos, ayudaron a comprender la biología y neurología del viaje espacial y permitieron el vuelo espacial de los seres humanos.
german@astropuebla.org