Una gran mayoría de las personas afroamericanas que viven en Estados Unidos son descendientes de los cientos de miles de africanos que fueron transportados a la fuerza al país entre 1501 y 1867, según la revista Science.
Entre los años 1774 y 1850, el horno de hierro de Catoctin, en Maryland, Estados Unidos, era considerado un lugar infernal para los esclavos que llegaban ahí. Algunos fueron explotados hasta su muerte y enterrados en el mismo lugar.
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Un estudio realizado por la Facultad de Medicina de Harvard y publicado por la revista Sciense ha podido vincular el ADN de esclavos que estuvieron en el horno de hierro de Catoctin con descendientes que se encuentran vivos.
La investigación relacionó el ADN de 27 esclavos con una base de datos de nueve millones de personas, lo que dio la oportunidad de rastrear su linaje hasta la actualidad.
Los resultados lograron ubicar a 42 mil parientes vivos, además, han localizado su lugar de origen y en qué parte de Estados Unidos se encuentran sus descendientes.
El análisis identificó cinco grupos familiares biológicos entre los individuos enterrados en ese lugar de Maryland.
"Recuperar las conexiones genéticas directas de los afroamericanos con antepasados hasta ahora enterrados en el pasado esclavista es un paso de gigante tanto desde el punto de vista científico como genealógico, que abre nuevas posibilidades a los que buscan sus propias raíces familiares", dijo Henry Louis Gates, uno de los autores del estudio.
Este estudio es el primero en combinar la tecnología del ADN antiguo con una base de datos de pruebas de ascendencia personal y en utilizar un nuevo algoritmo, que significa un avance en la genómica durante la última década.
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David Reich, profesor de Genética en el Instituto Blavatnik de la Facultad de Medicina de Harvard y coautor principal del trabajo, dijo que esta tecnología es una muestra del poder del ADN para proporcionar información sobre los orígenes ancestrales de las personas.
Con información de EFE