Dos investigaciones separadas de la Universidad de Columbia Británica (UBC) en Vancouver, Canadá, abren nuevos caminos para solucionar el problema global de la contaminación plástica, al crear un material hecho a base de madera como alternativa al plástico de un solo uso, y por otro lado, utilizar polvo de madera para retirar los microplásticos presentes en el agua.
El doctor Feng Jiang, investigador de la UBC, ha desarrollado una película de celulosa que parece y se comporta como plástico, pero que es biodegradable, es decir que puede descomponerse por la acción biológica de plantas, seres vivos o microorganismos como las bacterias y los hongos.
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El proceso de Jiang descompone las fibras de madera, procedentes de desechos forestales, en una mezcla homogénea compuestas por una sustancia denominada hidróxido de sodio frío, combinada con una serie de compuestos que conforman lo que se conoce técnicamente como mezcla mecánica suave.
A continuación se recicla el hidróxido de sodio, dando como resultado una película celulósica que es translúcida, fuerte y resistente al agua, según explica la UBC.
Otros investigadores también han desarrollado películas celulósicas, pero el proyecto de Jiang, es el primero que utiliza pequeñas cantidades de energía y productos químicos en la fabricación, según la UBC.
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Al igual que con el plástico convencional, con la película de la UBC se pueden fabricar en bolsas para café, patatas fritas, cereales o frutas congeladas, así como envoltorios protectores similares al plástico de burbujas.
La diferencia con el plástico convencional es que, al final de su ciclo de vida, esta película de celulosa se puede enterrar en el suelo o tirar en un contenedor de materia orgánica, donde se descompondrá en tres semanas, explica Jiang.
Esta biodegradación rápida es importante porque se calcula que ciertos plásticos pueden tardar hasta un millón de años en descomponerse, y porque el plástico de un solo uso es una fuente masiva de contaminación y utiliza cantidades significativas de productos químicos tóxicos durante su fabricación, explica.
FILTRO PARA MICROPLÁSTICOS
Otro grupo de investigadores de la misma universidad desarrolló un filtro a base de polvo de madera que permite atrapar y eliminar casi por completo los microplásticos presentes en el agua, los cuales son una amenaza creciente para los ecosistemas acuáticos y la salud humana, según la UBC.
Este filtro podría ser una solución para mantener fuera del suministro de agua la contaminación por microplásticos, pequeños trozos de desechos plásticos resultantes de la descomposición de productos de consumo (ropa, bolsas, envases), materiales de pesca y desechos industriales, según el doctor Orlando Rojas, director científico del Instituto de BioProductos de la UBC, que desarrolló este sistema.
Los científicos de este instituto descubrieron que si agregan taninos a una capa de polvo de madera, se puede crear un filtro que atrapa prácticamente todas las partículas microplásticas presentes en el agua.
Para resaltar la importancia de este hallazgo y su potencial aplicación, Rojas señala que un estudio “encontró que prácticamente toda el agua del grifo está contaminada con microplásticos”, y otras investigaciones afirman que para 2025 se habrán dispersado en el medio ambiente “más de 10 mil millones de toneladas de desechos plásticos mal gestionados”.