"No aguanta nada", "presión de qué", "son de la generación de cristal", fueron algunas de las críticas que el público lanzó en redes sociales tras el anuncio de Simone Biles sobre sobre retirarse de algunas competencias en Tokio 2020 para enfocarse en su salud mental.
La estigmatización de las personas por algún padecimiento ha sido una constante a los largo del tiempo y recientemente el tema de las enfermedades mentales está llamando la atención.
El problema de las etiquetas con base en alguna característica particular por el padecimiento de una enfermedad es que pueden derivar en situaciones discriminatorias.
Estas conductas impactan fuertemente en la disposición de las familias para buscar ayuda profesional o someterse a tratamiento, sumado al arraigo de la idea de que las enfermedades mentales son un tema menor.
Enfermedades mentales en el mundo
De acuerdo con estimaciones del Organización Mundial de la Salud (OMS) entre 450 y 500 millones de personas presentan algún trastorno mental. Aunque no hay un acuerdo respecto a las cifras, de éstas, 300 millones padecen depresión, 60 millones sufren trastorno bipolar, y casi 21 millones esquizofrenia.
A esto se suma el suicidio de un millón de personas al año, lo que representa más muertes que las provocadas por la guerra o los desastres naturales.
En el mismo sentido, cuatro de las seis causas principales de los años vividos con discapacidad tienen su origen en trastornos neuropsiquiátricos: depresión, trastornos por el abuso del alcohol, esquizofrenia y trastorno bipolar.
Según la información de la OMS, una de cada cuatro familias tiene al menos un miembro afectado por un trastorno mental. Aunque no hay manera de cuantificar la carga que este produce en los familiares, que suelen ser los cuidadores primarios, se puede afirmar que la calidad de vida de todos se ve mermada por el padecimiento. Sin embargo esto suele ser ignorado.
Estigma de las enfermedades mentales
Cada vez que el tema de las enfermedades mentales se coloca bajo el reflector, aparecen al mismo tiempo quienes descalifican estos padecimientos y señalan a los afectados como personas débiles, sin detenerse a pensar el contexto, o menospreciándolo.
El caso más reciente ocurrió hace unos días, cuando la gimnasta estadounidense, Simone Biles, decidió retirarse de la final de gimnasia, por equipos e individual, por considerar que ponía en riesgo su salud mental.
De inmediato, las opiniones en redes sociales se volcaron a señalar a la medallista olímpica de Rio 2016 por ser "débil", o que debería estar acostumbrada a la presión que representan las competencias deportivas de alto rendimiento.
No obstante, convenientemente olvidan que Biles declaró, precisamente después de los pasados Juegos Olímpicos, que padece Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que si persiste en edad adulta acarrea grandes niveles de estrés –como si competir en unos Juegos Olímpicos no fuera suficiente– y propicia cuadros de depresión y ansiedad.
Asimismo, Simone Biles fue víctima de abuso sexual por parte de uno de los médicos del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés derivado de traumas sufridos es uno de los factores que más influyen en el desarrollo de trastornos mentales.
Tristemente, Biles no es la única deportista que visto afectada su carrera –y que ha sido atacada– por una situación de este tipo.
A principios del mes de junio, la tenista Naomi Osaka, la atleta femenina mejor pagada del mundo, se retiró del Abierto de Roland Garros, después de recibir una multa de 15 mil dólares por no asistir a una conferencia de prensa posterior a un partido.
Osaka declaró que le resultaba "estresante" involucrarse con la prensa y tratar de las "las mejores respuestas". Luego de ser amenazada con la expulsión del torneo si volvía a faltar a una conferencia de prensa, la tenista decidió retirarse.
"Aquí en París ya me sentía vulnerable y ansiosa, así que pensé que era mejor ejercitar el cuidado personal y omitir las conferencias de prensa", comentó.
Al igual que pasó con Simone Biles, muchas personas criticaron la postura de Osaka. Sin embargo, muchos más defendieron su decisión y han agradecido la decisión de estas deportistas por hablar abiertamente de los problemas mentales y priorizar su salud.
El tema de la salud mental ha cobrado relevancia en la última época, debido a que estos padecimientos se extienden a un amplio porcentaje de la población, sin mencionar que afecta todos los aspectos de la vida.
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Uno de los pasos más importantes para enfrentar esta problemática es eliminar los estigmas que rodean a los trastornos mentales para que cada vez más gente se sienta segura buscar ayuda y no tema el rechazo social al reconocer su padecimiento.
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