ACAPULCO, Guerrero. El crecimiento acelerado y la mayor presencia que están teniendo las instituciones de tecnología financiera (fintech) en el país, requiere de una regulación más profunda que la que se promulgó en 2018, pues actualmente hay empresas que incluso buscan la licencia bancaria.
Sebastián De Lara, director general de la Asociación Fintech México (AFM), expuso que la Ley Fintech ya “le queda chica” al sector, y que a finales de 2023 ya eran más de 770 empresas tanto nacionales como extranjeras.
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“La Ley Fintech fue muy exitosa en 2018, pero se hizo para el presente, es decir, en esa época, y lo que pasó después es que nos quedó chica de manera muy rápida (...) El sector está madurando y cada vez hay más fintech que quieren dar servicios a otros usuarios, sobre todo las que atienden a personas físicas ya vieron que tienen que hacer ajustes regulatorios aunque aún deban ser empresas de tecnología y finanzas”, dijo De Lara en entrevista con El Sol de México.
De acuerdo con información de la AFM, las inversiones en este mercado durante el año pasado ascendieron a casi seis mil millones de dólares, al tiempo que concentran a más de 70 millones de usuarios a nivel nacional.
La legislación permite que las fintech ofrezcan tarjetas de crédito, productos de ahorro, inversiones, préstamos automotrices, pagos digitales, envío de remesas, entre otros servicios, según el tipo de compañía con el que operen.
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Por ejemplo, hay fintech que pueden ofertar préstamos de nómina, pero sin envío de remesas o inversión, o como aquellas que dan rendimientos a sus usuarios, aunque no tengan la opción de tener una tarjeta de crédito.
“Hay algunas que pueden captar ahorros, pero no pueden prestarlo o invertirlo. Hasta que no haya una reforma o modificación de la Ley Fintech que entró en vigor en 2018, vamos a seguir viendo que estas compañías prefieran operar como bancos”, agregó Sebastián De Lara.
Sin embargo, el directivo recalcó que los cambios deberían tener una visión de largo plazo, pues la tecnología evoluciona de manera constante.
“Realmente podemos generar una nueva ley donde a lo mejor sí que las fintech sean instituciones financieras 100 por ciento digitales, pero que permitan a los clientes tener experiencias similares a un banco, sin que necesariamente sean bancos”, sostuvo.
Buscan licencia bancaria
Hasta ahora, Nu México y Kapital son dos de las fintech que están en proceso de obtener la autorización para poder operar como un banco, misma que depende de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que encabeza Jesús de la Fuente.
La primera de ellas solicitó la licencia a la CNBV desde finales del año pasado, mientras que Kapital destaca porque recientemente adquirió Banco Autofin, lo que le ha permitido lanzar productos como tarjetas de crédito, inversiones automatizadas y herramientas financieras para pymes impulsadas por inteligencia artificial.
René Saúl, director general de Kapital, comentó en entrevista que con esta adquisición y eventual autorización, la institución podrá seguir ofertando productos de manera personalizada y posicionar a la institución en el mercado de créditos automotrices.
“El banco ahora está en una etapa de crecimiento, ya empezamos con una colocación de crédito más agresiva. Tener una licencia bancaria tiene muchas ventajas”, expuso el directivo.
Destacó que una de las ventajas es que los usuarios pueden tener más certidumbre sobre sus recursos, pues están respaldados por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).
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Mientras tanto, la carrera por convertir una fintech en un banco está liderada por la argentina Ualá y Revolut, de origen londinense. La primera de ellas adquirió a ABC Capital, mientras que la segunda solicitó directamente a la CNBV operar como un banco en México.
“No hay sector financiero sin bancos y sin fintechs, aquí es de donde hay que partir. Necesitamos una regulación secundaria y nosotros tenemos las puertas abiertas. Esperemos que con el nuevo sexenio podamos hacer ya una modificación regulatoria”, concluyó el presidente de la Asociación Fintech México.