Por primera vez en su carrera, Erik Hayser se enfrentó a un personaje que padece síndrome de Asperger. Se trata del doctor José Alfredo Jiménez, que aparece en la serie Cecilia, un proyecto donde comparte la pantalla con Mariana Treviño y César Bono.
En entrevista con El Sol de México, el actor compartió que acercarse a ese tema lo llevó a reflexionar sobre el trato que le damos a las personas con autismo, y hoy se siente más comprometido con fomentar la tolerancia.
“Me llenó de estas ganas de hacerle eco y voz, para que como sociedad intentemos mejorar y entender a las personas que viven con ello, y sepamos cómo involucrarlas y no marginarlas, como ha sucedido en muchas ocasiones. Es algo de lo cual hay que hablar, es más común de lo que imaginamos”, declaró.
La serie sigue a Cecilia (Treviño), una mujer que da todo por atender a su caótica familia, pero vida da un giro cuando sufre un accidente cerebrovascular el día de los XV años de sus hijas, hecho que la lleva a cuestionarse su rol en su hogar. Mientras todo eso sucede, ella inicia una historia de amor con su neurocirujano, el Dr. Jiménez, lo que se convierte en una oportunidad para poner en orden su camino.
Para preparar su papel, trabajó con una neuróloga, quien le dio los pormenores del comportamiento de un paciente con Asperger, y lo ayudó a desarrollar la faceta como médico de José Alfredo. Asimismo, pasó varias horas leyendo y viendo documentales sobre el tema.
Aunque reconoce que fue un proceso complejo, Erik se dijo privilegiado de formar parte de este elenco, pues a nivel actoral, le resultó muy interesante entrar en contacto con un perfil que no había interpretado antes, por lo que considera a este proyecto un paso muy importante en su carrera.
“Lo más atractivo para mí fue tener la oportunidad de enfrentarme a un personaje completamente distinto a otros que he tenido la fortuna de interpretar. Me obligó a investigar y a trabajar mucho, así como a conocer cosas en mí que, hasta este proceso, no había explorado, entonces tengo mucho que agradecerle”, dijo.
En su vida personal también tuvo un impacto fuerte, porque le permitió acercarse más a sus propias emociones, y valorar las sorpresas que se le presentan, pero sobre todo disfrutar de “la magia de estar vivo”.
“Ese es un ejercicio diario, de mirarme y analizar mi conducta, y mi relación, no sólo hacia los demás, sino con mi entorno. También es un ejercicio que hago a diario para ser mucho más empático con el mundo que me rodea, una de las cosas más lindas que me deja este personaje es estar en contacto conmigo mismo, y lo importante que es tener mis emociones a flor de piel”.
Al preguntarle cómo considera que personajes como el suyo influyen en el público, externó su deseo de cambiar su percepción de manera positiva, y enseñarlos a ser más comprensivos con los demás.