César Costa, el auténtico Papá soltero

El actor y cantante recuerda la calidez que surgió en este programa, que inició un nuevo género en la televisión, y que para él hace mucha falta en los contenidos actuales por el mensaje de comunicación que emitía

Adolfo López | El Sol de México

  · viernes 19 de junio de 2020

La calidez y familiaridad que se veía en la televisión podría ser casi la misma que ocurría fuera del set del programa Papá Soltero. Los consejos y el cuidado que César daba a sus hijos en la historia también ocurrían entre César Costa, Edith Márquez, Gerardo Quiroz y Luis Mario Quiroz: “Realmente formamos una familia muy sólida”, afirma el protagonista de este show.

“Después de las grabaciones yo me ponía a repartirlos en su casa. Les daba un aventón, primero a Gerardo y a Luis Mario, y luego a Edith, y ya de ahí me iba a mi casa. Eso se prolongó por ocho años, así que realmente sí llegamos a ser una familia muy unida”, dice César Costa en una entrevista vía telefónica.

Aunque esos jóvenes apenas comenzaban su carrera, fue él quien recibió el mayor aprendizaje, sobre todo por la dinámica de trabajo donde la disciplina era un elemento clave. “Se formaron afectos muy especiales, fueron ocho años de vernos muy seguido y de establecer un objetivo común que era la búsqueda de la excelencia para hacer este programa”.

A propósito del Día del Padre, César Costa recuerda el valor que un programa como Papá Soltero tenía en la televisión a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Y es que para el actor este era un programa que tenía un objetivo muy claro: crear un puente de comunicación entre padres e hijos.

“Me da gusto que sin ser amarillistas presentamos problemas muy serios como el alcoholismo en la juventud, la timidez en los jóvenes y más. Tocamos una paleta muy diversa de problemas tanto de niños, como de adolescentes y del propio papá, pero sin un tono dramático, sino siendo ligeros para entretener al público”, dice emocionado el cantante y protagonista de este programa.

NUEVO GÉNERO

Eran los años ochenta y la televisión mexicana apostaba por los programas de variedades como Siempre en domingo o La carabina de Ambrosio en la comedia. Los más pequeños se divertían con Odisea burbujas o Chiquilladas o Chachún Chachún Ra-Ra.

Fue en ese contexto donde a César Costa le llegó el título de Papá Soltero “y entonces me puse a pensar cómo darle forma”, recuerda. “Al diseñar el perfil del padre me di cuenta de que tenía una riqueza bárbara y que era una gran oportunidad para comunicarme con mi público a través de los distintos problemas que vivía cada uno de los hijos, de Gumara (Aurora Alonso) y Pocholo (José Luis Cordero)”.

Era una apuesta arriesgada, sobre todo porque el programa abriría un nuevo género en la televisión mexicana. Pero no había miedo ni duda en hacerlo, confiesa César Costa, lo único que pidió a los directivos de Televisa fue paciencia para crear un vínculo entre el público y los personajes.

“Les pedí que me dieran un plazo tres meses para que arrancara el programa, necesitaba que el público identificara a los personajes y eso tomaría un poco de tiempo. Tuve razón y por suerte germinó la semilla del Papá soltero y duró ocho años en los primeros lugares de la televisión”, dice con emoción.

Pero los primeros lugares en televisión y los reconocimientos que el programa recibió no fueron cosa esencial para Costa, “sino el efecto positivo que tuvo en la sociedad. Muchos amigos y conocidos míos que yo no sabía que eran padres solteros me agradecían entonces porque veían con sus hijos el programa y les servía mucho para establecer esa comunicación”.

Para César Costa, esta historia llegó en un momento donde la imagen del papá soltero no existía en la televisión, recuerda el actor. “Apenas se visibilizaban los problemas de los papás solteros, así es que fue una experiencia enriquecedora. Realmente creamos un nuevo género de televisión porque era entretenimiento familiar. Me daban premios en categorías de comedia porque no existía este concepto”.

Papá Soltero comenzó transmisiones en 1987, fue producida por Luis de Llano y Marco Flavio Cruz. Durante ocho temporadas, el programa abordó la relación de un hombre que lleva una vida ligera tras su divorcio. Pero cuando la madre de sus hijos muere, tiene que hacerse cargo de sus tres hijos y llevarlos por el buen camino a través de consejos y pláticas.

“Afortunadamente al personaje le gana la responsabilidad paterna y entiende la importancia de su familia e hijos y cambia totalmente su forma de vida. En la historia también abordamos temas del padre como la soledad, la preocupación por los hijos, la responsabilidad y hasta su trabajo en sí, porque se trataba de un productor”, recuerda el actor.

EL REGRESO

Han pasado 26 años desde que se emitió el último episodio de Papá Soltero. Y aunque sabe que los tiempos han cambiado, el actor dice que la esencia de lo que significa ser un padre es la misma.

“Lo básico de ser padre no cambia. Me refiero a que sí es el proveedor, pero además hablamos de que un papá soltero es el padre y la madre, de alguna manera, es alguien que tiene que saber escuchar a sus hijos. Y uno de los mensajes importantes del programa era el hecho de saber escuchar, tender puentes con los hijos para saber qué los aqueja”, reflexiona.

Lo cierto es que en estos momentos donde los contenidos familiares cada vez son menos en la televisión mexicana, un programa como Papá Soltero hace falta más que nunca.

“Me parece que es un programa que nunca debió desaparecer porque la familia pudo ir creciendo. Posteriormente me pidieron que hiciera un piloto para hacer Abuelo Soltero, era la misma familia, pero años después, donde se pueden vislumbrar los problemas que aquejan a la juventud a las personas de la tercera edad”.

Lamentablemente, César Costa no ve que la televisión hoy tenga interés en hacer programas con contenido familiar. “Creo que los medios televisivos perdieron un poco la brújula. Me parece que se degradó un poco el contenido de la televisión en muchos ámbitos, se fueron por el camino fácil, las groserías, la vulgarización de los temas”.

“La vulgaridad no me gusta, menos cuando escuchas palabras altisonantes en la televisión porque estás entrando en el seno de las familias y yo no puedo aceptar eso, no va conmigo”, dice.

A pesar del oscuro panorama, César Costa dice que estaría encantado de revivir estos personajes ya sea como un reencuentro o como un nuevo proyecto televisivo.

“Seguimos con la idea latente, pero no hay nada definitivo, todos los que participamos tenemos el deseo de poder regresar todos con muchísimo cariño, pero los medios están volcados en otro tipo de contenidos”, lamenta.