La Ingrata o cómo cancelar a los tacvbos

Aunque es uno de los más grandes éxitos de Café Tacvba, la letra de La Ingrata fue motivo de polémica por la violencia de género que vive México

Eduardo Bautista | El Sol de México

  · viernes 19 de noviembre de 2021

Debido a los altos índices de violencia en México, Café Tacvba decidió cambiar la letra de La Ingrata. / Foto: Cuartoscuro

Nadie pensó que llegaría el momento en que cantar a todo pulmón tu canción favorita se convertiría en un momento bochornoso. Quizás La ingrata sea uno de los temas más reproducidos en la historia del rock mexicano. Desde que Café Tacvba entró a Spotify, este éxito de 1994 no deja de estar en el top 5 de los temas más escuchados de la banda.

Pero, lo que alguna vez fue la canción más coreada hoy es motivo de cuestionamientos morales y culturales: ¿Es correcto cantar que se le puede dar un par de balazos a una mujer sólo porque es hipócrita en sus sentimientos? A juzgar por la respuesta del propio Café Tacvba, no.

El escándalo comenzó en febrero de 2017, cuando los integrantes del grupo ofrecieron una entrevista al periódico argentino La Nación. Allí, anunciaron una bomba: jamás volverían a tocar La ingrata.

"Éramos bien jóvenes cuando se compuso y no estábamos sensibilizados con esa problemática como ahora todos sí lo estamos”, dijo el vocalista Rubén Albarrán en referencia a la ola de feminicidios que vivía el país.

Ese mismo año, México estaba por vivir uno de sus periodos más violentos contra las mujeres. Según un informe del Instituto Nacional de las Mujeres titulado México feminicida, ese año se registraron 12 mil 811 casos de muertes de mujeres por presunción de homicidio.

"Para nosotros, las mujeres siempre son dignas de mucho respeto, amor y cuidado", explicó la banda. "Creo que es un momento de repensar si la vamos a seguir tocando o si le cambiamos la letra".

Dos años después, Café Tacvba eligió la segunda opción. Y en un concierto en el Foro Sol, de la mano de la cantante colombiana Andrea Echeverri, de Aterciopelados, cambiaron la letra. Fue así que el famoso coro noventero pasó a esto: “Como madre yo reclamo, ni una más es lo que pido / Ningún macho abusivo violará a una chava / Ingrato”.

“Las industrias creativas educan al público de forma indirecta”, explica Yisel Caballero, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. “Aunque sí debemos de entender que este fenómeno es relativamente nuevo, pues sucede a raíz de los cambios generacionales y de las comunidades de nativos digitales que tienen una educación más autónoma y cuentan con más caminos (como las redes sociales) para exigir cambios que las generaciones anteriores”.

Aunque en el caso de Café Tacvba no existió una presión de las comunidades digitales para que se cambiara la letra de La ingrata, no todas las agrupaciones pueden decir lo mismo. Molotov, por ejemplo, accedió a hacer una versión alternativa de Puto luego de que durante varios días se mantuviera en trending topic el tema de la supuesta homofobia de la canción.

La polémica se inició en julio de 2020, cuando el tuitero JOTAC43 publicó el siguiente mensaje, acompañado de la portada del álbum de Molotov, ¿Dónde jugarán las niñas? (1997): “¿Ustedes se imaginan lo que pasaría si este disco hubiera sido publicado en esta época de la generación de cristal?”.

La respuesta de la “generación de cristal” fue inmediata y explosiva. Muchos le reprocharon su falta de sensibilidad; otros, lo llamaron machista. El tema se volvió tendencia y la cuenta fue suspendida por Twitter en cuestión de horas. Pero la polémica ya estaba sobre la mesa.

El 19 de agosto de 2020, Paco Ayala, integrante de la banda, aseguró a esta casa editorial que el tema no era homofóbico y criticó a quienes vilipendiaron Puto, su más grande éxito.

“Estas nuevas generaciones se agarraron de algo sin sustento y una vez más le dieron promoción a un disco que se grabó hace más de 20 años. El enojo no les dura ni 24 horas. Creo que sí hay cosas importantes en las que deberíamos de unirnos y manifestarnos en contra: ahí sí lograríamos algo”, dijo el guitarrista en aquella ocasión.

Sin embargo, Molotov ya traía un as bajo la manga. En un acto inédito, el vocalista Tito Fuentes cambió la letra de la canción con la colaboración de Georgel, uno de los raperos más reconocidos entre la comunidad LGBT+. La canción ahora se titulaba No Putx. En ella, ambos criticaban la violencia que sufre la comunidad, desde terapias de conversión y discrminación hasta torturas o asesinatos.

“Cuando se acusa a una industria creativa, ya sea un grupo, una película o un videojuego, se promover la violencia o la apología del feminicidio, los autores entran en el conflicto entre la cultura de la cancelación y la libertad de expresión. Aquí entra un asunto de responsabilidad social de los mismos creadores de contenido”, observa la académica de la UNAM.

Hubo, sin embargo, quienes se negaron a cambiar la letra, como Los Ángeles Azules. En junio pasado, un usuario de Twitter que se identificó como Miguel Landa Blanco y como psicólogo, tuiteó lo siguiente: “Si usted hace una fiesta, tenga la decencia de NUNCA poner la canción 17 años de los Ángeles Azules. Su letra habla de cómo un hombre viejo se aprovecha de una niña ¿Por qué la gente pone esta canción con un contenido evidentemente condenable?”.

El grupo mexicano de cumbia respondió que la canción no hace apología de la pedofilia ni el abuso. Días después, el colectivo feminista Verde Aquelarre publicó un video donde aparecen dos mujeres cantando la canción con otra letra: “Amigo, no mames, acabas de conocer, a una chavita que aún es una niña”.

“La solución (que proponemos) desde la Academia es que se eduque a los jóvenes y a los creadores para que generen contenidos responsables. No podemos atentar contra la libertad de expresión, pero sí podemos educar”, apunta Caballero.