El semáforo epidemiológico naranja con alerta se disfrazó de verde. Lejos de atender el llamado del Gobierno capitalino a no bajar la guardia ante el repunte de las hospitalizaciones por Covid-19, miles de personas aprovecharon el fin de semana de quincena para salir a pasear. Abarrotaron tianguis en Reforma, bares en la Zona Rosa y restaurantes y calles del Centro Histórico.
Decenas de jóvenes se olvidaron de la sana distancia en el llamado rock show, un punto de comercio e intercambio de figuras coleccionables y cómics que se instala cada sábado en la Plaza José Martí, a un lado de la Alameda Central
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Todo esto en momentos en que la autoridad alerta de un rebrote del coronavirus, ya que no sólo en la capital, sino en todo el país, hay un aumento de casos nuevos y de hospitalizaciones. Esto motivó que las autoridades cerraran panteones para estas celebraciones de Día de Muertos y reforzaran la vigilancia para que los comercios operen con las medidas sanitarias necesarias.
Al finalizar la próxima semana las autoridades determinarán si se endurecen las medidas con el recorte de horarios en actividades. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que existe la posibilidad de que en este ajuste entren los restaurantes, que hasta el momento operan con un aforo de entre 30 y 40 por ciento.
Sin embargo, en esta megaurbe parece ser que el hartazgo por el confinamiento es mayor al miedo de contraer esta enfermedad que hasta el momento ha contagiado a 160 mil 749 personas, de las cuales 15 mil 115 han fallecido.
En un recorrido sobre la avenida Juárez se observó a los paseantes tomaban foto tras foco con las botargas, que anteriormente se instalaban sobre la calle de Madero.
En la Alameda Central un grupo de teatro se dio tiempo para hacer una representación con motivo del Día de Muertos.
En el ala poniente de este parque, el llamado Barrio Alameda también lució lleno de comensales departiendo comidas y bebidas. En la Plaza de la Solidaridad un grupo de adultos mayores disputaban sus partidas de ajedrez mientras los jóvenes intercambiaban y comerciaban tarjetas de colección.
Los bares y terrazas de Génova, en la Zona Rosa, estaban todos ocupados, mientras que decenas de parejas y familias acudieron al Bosque de Chapultepec.
La escena de este sábado fue la de un semáforo naranja con alerta que se puso el disfraz de verde. Fue notoria la relajación de las medidas: personas sin cubrebocas y sin respetar el distanciamiento físico.
Los rebrotes en Europa que han obligado a los gobiernos a decretar un nuevo confinamiento y los tres días de luto nacional que decretó el presidente Andrés Manuel López Obrador no parecen ser noticia en el Centro Histórico. "Zona de alto contagio", dice una manta sobre Madero, "acuda individualmente", dice otra en la calle 16 de Septiembre, pero los mensajes no calan en los ciudadanos, que bien acudían en grupo o bien se retiraban el cubrebocas un momento para darse un respiro, uno que podría ser fatal al estar en medio de una pandemia.
En un recorrido nocturno realizado el viernes pasado por Paseo de la Reforma, en las inmediaciones de El Ángel de la Independencia, los vendedores de artesanías atraían a más paseantes.
Bajo la luminosa luna de octubre no sólo había curiosos que se daban el gusto de caminar y disfrutar de su ciudad, sino que hubo quienes llevaron a niños pequeños con disfraces de superhéroes, antihéroes, diablitos, catrinas y brujitas.